Aquí hay seis formas y maquinaciones en que Satanás y sus demonios tratarán de tentarte:

1) Presionándonos unos a otros

Si un cónyuge se siente rechazado por su pareja y decide no tener sexo  como arma durante un desacuerdo, entonces están privando a la otra pareja.

La Biblia dice «No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.» (1 Cor 7:5).

Esto deja una grieta en la puerta para Satanás entrar porque es más difícil tener autocontrol cuando tu esposa(o) te ha privado de intimidad sexual.

La otra cara de la moneda de esto es que la pareja que se siente despreciada podría pensar que está bien si coquetean con otra persona ya que no están siendo satisfechos por su esposo(a). Eso es un error enorme y cualquier adulterio puede ser activado en la pareja que decide no tener sexo, además que aumenta la probabilidad de tentación.

Este puede ser uno de los pecados más graves pero también uno de los más sutiles. David comenzó su pecado cuando vio a Betsabé bañándose y en vez de darse la vuelta instantáneamente, permitió que la lujuria en su corazón lo llevará al adulterio y más tarde al asesinato del esposo de Betsabé, Urías.

Parece que en una fracción de segundo, la lujuria en el corazón puede tomar el control y luego «Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.» (Santiago 1:15).

2) Racionalización del Pecado

A veces vemos a otros Cristianos haciendo cosas que los verdaderos Cristianos no deberían hacer y eso nos hace pensar que nosotros deberíamos hacerlo también.

¿Cuál es el problema en tomar unos tragos en una noche el fin de semana?  ¿Cuál es el problema?, correcto…hasta que el alguna enfermedad (ETS) venga y el mundo se derrumbe a su alrededor.

Se supone que no debemos usar a otros para juzgarnos a nosotros mismos y no debemos «Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.» (2 Cor 10:12).

Nuestra medida es la semejanza a Cristo.  Satanás o sus demonios quieren que pensemos «Oye, lo que estás haciendo no es tan malo como lo que cual o tal persona está haciendo».

«Tendemos a racionalizar el pecado como Eva y Adán lo hicieron al desear el conocimiento del bien y del mal. Es demasiado fácil tratar de racionalizar la Palabra de Dios como la serpiente antigua, ¿Conque Dios os ha dicho? (Gen 3:1).

3) El Orgullo

¿Adivina qué es lo que está justo en el centro del orgullo?  «Yo» estoy en medio del orgullo y también lo están todos los demás que han nacido.  Durante la mayor parte de mi vida se trató del «yo» y mi vida se centró en mí como el «Yo soy».»El Gran YO SOY», el único y verdadero Dios tuvo que humillarme antes de que pudiera extender Su gracia (Santiago 4:6).

El universo no gira alrededor de mí, sino alrededor de Dios, gloria y glorioso Hijo Jesucristo. Orgullo es con lo que Satanás tentó a Eva para que deseara el conocimiento del bien y del mal y luego esa tentación dio a luz al pecado, que es como Santiago describe el proceso cuando «cada persona es tentada cuando es atraída y seducida por su propio deseo.Entonces el deseo cuando ha concebido da a luz al pecado, y el pecado cuando está completamente maduro da a luz la muerte» (Santiago 1:14-15). 

El orgullo de Satanás causó su caída del cielo, causó mi caída, y causa que muchos caigan actualmente.  La buena noticia es que la caída te pone en una posición donde ¡sólo puedes mirar hacia arriba!

4) Su eslabón más débil

Somos tan fuertes como nuestro eslabón más débil y Satanás o sus demonios pueden ver las áreas más vulnerables de tu vida donde tienes más probabilidades de pecar.

Él ya te está acusando ante Dios por la última vez que tú y yo pecamos (Apocalipsis 12:10).  Por mi, no me acerco a las fiestas donde se sirve alcohol, ten en cuenta que no voy a muchas fiestas de todos modos, pero para mí podría ser una piedra de tropiezo y no quiero ponerme en una posición para caer.

Para algunos, ese eslabón débil puede ser la pornografía, el abuso de drogas, las compras, el trabajo, la familia, Internet, o cualquier otra cosa que se pueda imaginar.  Usted y yo estamos en una batalla espiritual y el enemigo está buscando la debilidad de su armadura de Dios.

5) Mirar Está Bien

Este podría ser un problema más para los hombres que para las mujeres, al menos estadísticamente.  Mirar a los demás es una cosa, pero mirar y codiciar a los demás no es algo un pecado inocente, sólo humano.

No hay reflexiones cuando se trata de inmoralidad sexual.  Dios perdonará pero eso no significa que las consecuencias no estén presentes.

Jesús dijo «Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón» (Mateo 5:28).

Conociendo su propio corazón, Job dijo «He hecho un pacto con mis ojos; ¿cómo entonces puedo mirar a una virgen? Debe haberse dado cuenta de que podría haber cometido inmoralidad sexual, incluso en su mente, por lo que se negó a entretenerse con cualquier imagen lujuriosa en su mente.

6) Rendirte

A Satanás le encantaría tratar de desanimarte siempre y luego hacer que te alejes de la fe.  Entonces perderías tu testimonio y te sentirías como la última persona en la tierra que compartiría el evangelio con alguien.

El enemigo y sus demonios podrían estar constantemente bombardeando tu mente con la idea de que no eres un verdadero cristiano. Podría incluso ser una Escritura que te convence con Jesús diciendo «Por lo tanto, tienes que ser perfecto, como tu Padre celestial es perfecto» (Mateo 5:48).

Satanás sabe que no somos perfectos ni podríamos serlos nunca de este lado del cielo, pero afortunadamente, Su justicia fue imputada a todos los que se arrepintieron y confiaron en Cristo (2 Corintios 5:21). El enemigo puede ganar una victoria sí puede sofocar el testimonio de una sola persona, así que ciertamente nos tentará a ti y a mí a renunciar de la vida cristiana.

Espero que esto te haya ayudado a ser más consciente de las tácticas de Satanás.  Él es un conspirador (2 Corintios 2:11) pero Dios es soberano sobre las vidas de todos los que se han arrepentido y han confiado en Cristo, pero todavía necesitan tomar toda la armadura de Dios (Efesios 6).  Tú y yo estamos peleando contra un enemigo invisible y vamos a necesitar algo de ayuda.