Pero la Palabra de Dios, ¿es el único testimonio de la existencia de Diosí ¡No! La creación es una magnífica prueba de la grandeza del Creador. Leyes inmutables la rigen; éstas fijan el ritmo de las estaciones, la reproducción de las especies y la gravitación universal. ?Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos? (Salmo 19:1). Estas demostraciones del poder de Dios, accesibles a la inteligencia y a los sentidos, se imponen a todo ser humano, salvo si rehúsa verlas. Además, el hombre conoció realmente a Dios hasta el diluvio y no se habla de idolatría. Las circunstancias referentes al diluvio, la señal del arco iris, todo hablaba de la majestad y bondad divinas. Los descendientes de Noé comunicaron a las generaciones siguientes ese conocimiento de Dios. Rastros de esa transmisión se hallan en las tradiciones de tribus paganas, como lo descubrió el antropólogo y misionero D. Richardson. Por desdicha, poco a poco el hombre olvidó lo que le había sido transmitido, alejándose de Dios y volviéndose a los ídolos.

       Dios, quien es justo, estimará el grado de responsabilidad de cada hombre. Pero usted que ha oído hablar de Jesús y tiene la Biblia a su disposición, ¿qué hace con ella?