ENTRANDO EN EL REPOSO SEGÚN LA BIBLIA

En la misma forma en que Satanás habló por medio de los espías para evitar que Israel consiguiera su destino divino, te hablará por medio de otras personas – -tal vez por tus mejores amigos y seres queridos—para intentar desanimarte en cumplir tu visión. Puedan decir cosas como:

-No se puede hacer

-¿Estás seguro que Dios te dijo que hicieras eso?

-Esta situación no tiene esperanzas.

-Más vale rendirte.

Escuchar a tales voces provocará que te rebeles y que rechaces la voz de Dios, como lo hicieron los hijos de Israel.

Después de todo lo que hizo Dios por Israel—los milagros que hizo para liberarlos de las manos de los egipcios, guiarlos, darles de comer y mantenerlos durante su viaje—es difícil entender por qué hicieron caso a los reportes negativos en vez de creer en las promesas de Dios.

Nos preguntamos cómo podría Israel dudar de Dios, sin embargo hay muchos creyentes hoy día que reaccionan de la misma manera. Dios nos ha dado un escrito de sus milagros que hecho por su pueblo a través de los siglos.

Experimentamos personalmente Su amor, provisión y poder de sanación. Pero cuando nos enfrentamos a circunstancias en nuestras vidas que requieren que actuemos en obediencia a Su Palabra, a veces se llenan nuestros corazones de duda, incredulidad, y rebelión igual a los hijos de Israel. Pablo advirtió lo siguiente:

Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;

Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.

Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, Entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.

¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?

¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?

¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad (Hebreos 3:12,15-19 RV1960).

La palabra “reposo” que usó Pablo, no se refiere a un lugar de un descanso físico ni a un lugar donde estás libre de los problemas y de las preocupaciones de esta vida.

Se refiere a esa poderosa dimensión espiritual donde uno toma posesión de su herencia. Es una dimensión de paz y seguridad— libre de miedo, preocupación, y estrés—aún en la plena adversidad.

Es un lugar de bendición y provisión, un lugar de poder y victoria sobre el enemigo, un lugar de alegría y satisfacción, un lugar donde puedes dejar de esforzarte por caminar por tu propio esfuerzo y caminas en el poder de Dios.

El lugar de reposo espiritual está ante ti hoy. Rechaza las voces de incredulidad. No hables palabras de duda. Por fe, entra en el reposo de Dios.