Pensé que sabía cómo llegar a la conferencia en Eikenhof. Pero, en algún lugar hice un viraje incorrecto. La carretera que tomé tenía árboles y flores a los lados, y disfruté manejando por ella. Durante todo ese tiempo estuve buscando las señales que me mostraran cómo volver a la ruta correcta. Pero, no logré reconocer nada. Al fin, me sentí tan preocupada que llamé por teléfono a una persona en el centro de conferencias para preguntarle dónde me había salido de la carretera correcta y cómo podía encontrar mi ruta de regreso.

La carretera de la vida a menudo está llena de personas y eventos que pueden ser placenteros, pero que no nos conducen a donde Dios quiere que estemos. A menudo no estamos conscientes de que hemos hecho el viraje equivocado hasta que estamos completamente perdidos. En esos momentos, podemos clamar a Dios para pedirle su dirección. Dios nos va ayudar a voltear y nos va a guiar en la dirección correcta.

 

 

Oración:

Dios Padre, director y gobernador de nuestras vidas, muéstranos las sendas que nos dirigen a ti. Amén.