Un Rey Ungido En La Biblia

Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová (Isaías 11:1-2).

Ya hemos visto a nuestro Dios de las promesas garantizando que llamará a un pueblo para sí mismo, que liberará a su pueblo de la esclavitud, que luchará por su pueblo y que le dará un reino eterno. Ahora, Dios promete un rey ungido para su pueblo.

Este rey ungido fue prometido a través de la familia de David. «Saldrá una vara del tronco de Jesé». Jesé era hijo de Obed y padre de David. «Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David» (Rut 4:22). A este rey se le da aquí un título mesiánico, Renuevo. «Un renuevo retoñará de sus raíces».

También otros profetas habían hecho promesas proféticas similares con respecto a este renuevo real. «He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra…». Voy a sacar a mi siervo el renuevo. . . ¡He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo! (Jeremías 23:5 y Zacarías 3:8; Zacarías 6:12).

Este rey («el Renuevo») serviría por el poder del Espíritu Santo. «El Espíritu de Jehová reposará sobre él». El Espíritu de Dios no solo vendría sobre Él a veces (como con el rey Saúl): «Y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos» (1 Samuel 10:10). El Espíritu estaría continuamente sobre Él para el ministerio: «El Espíritu de Jehová reposará sobre él». Por supuesto, este rey, el Renuevo, sería Jesucristo.

Jesús aplicó un pasaje mesiánico similar a sí mismo. «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque cuanto me ha ungido» (Lucas 4:18). Sí, Jesucristo es el Mesías, el Rey ungido. De hecho, Cristo es el término griego para «ungido». Mientras que Mesías es el término hebreo para lo mismo.

El ministerio del Mesías se caracterizaría por la sabiduría amorosa, el entendimiento celestial, el consejo perfecto, el poder divino, el conocimiento completo y la reverencia santa hacia el Padre. Todo esto fue producido por la obra del Espíritu Santo sobre Él: «Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová» (Isaías 11:2).

Jesús, mi Rey ungido, todo lo que demostraste en tus días en esta tierra son las mismas necesidades que tengo en mi vida diaria. Por Tus promesas, a través de la obra de Tu Espíritu, por favor suple estas realidades en mí caminar, Amén.