La venida de Jesús En La Biblia

Juan 1:1-18; Lucas 1:30-38; 1 Juan 1:1-3

Por ser Dios, Jesús siempre ha existido. Vamos a explorar la verdadera identidad de Jesús -antes y después de su nacimiento terrenal- y el anuncio de su venida. Descubriremos al verdadero Jesús y sabremos cómo debemos responder a él.

Jesús vive para siempre y es el creador

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:1-4, 14, Reina Valera).

Muchos creen que el apóstol Juan, escritor del Evangelio que lleva su nombre, había sido primero discípulo de Juan el Bautista, el cual le presento a Jesús. Luego, Juan supuestamente debió convertirse en un discípulo de Jesús, pero la Escritura detalla otra ocasión en la que Jesús llamó a Juan junto al mar de Galilea, donde había vuelto a su oficio de pescador con su hermano Santiago y el padre de ambos, Zebedeo. Esta vez, cuando Jesús lo llamó, Juan y Santiago lo dejaron todo, padre y barca incluidos, y le siguieron (Marcos 1:19-20). En ese momento, Jesús ya había hecho su primer milagro de convertir el agua en vino (Juan 2:1-11), había desalojado el Templo por primera vez (Juan 2:13-22) y había sido visitado por Nicodemo por la noche (Juan 3:1-21). El llamado de Juan y Santiago también se produjo después de que Herodes encarcelara a Juan el Bautista (Lucas 3:19-20), de que Jesús hablara con la mujer samaritana en el pozo (Juan 4:1-26) y de que Jesús fuera rechazado en Nazaret (Lucas 4:16-30).

Así que Juan y su hermano Santiago se convirtieron en dos de los doce discípulos principales de Jesús y, junto con Pedro, disfrutaron de una relación especial con Jesús. A veces, Jesús los llamaba solo a ellos tres para que vieran algún acontecimiento importante, como su transfiguración.

Por lo tanto, Juan fue testigo ocular de la vida y las enseñanzas de Jesús. En su carta a la iglesia, Juan escribió: «lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos» (1 Juan 1:1). Como alguien que había visto a Jesús de cerca, Juan quería que todos comprendieran la verdadera identidad de Jesús.

En Juan 1:14 aprendemos que el «Verbo» se refiere a Jesús. Los teólogos y filósofos, tanto judíos como griegos, utilizaban el término «Verbo» (en griego, logos) de diversas maneras. En el lenguaje hebreo del Antiguo Testamento, «Verbo» se describe como un agente de la creación (Salmo 33:6), la fuente del mensaje de Dios a su pueblo a través de los profetas (Oseas 1:1-2), y la ley de Dios, su norma de santidad (Salmo 119:11).

Para los griegos, «logos» podía significar los pensamientos o la razón de una persona, o podía referirse al discurso de una persona (la expresión de los pensamientos). Como término filosófico, el logos era el principio racional que gobernaba el universo, incluso la energía creativa que generaba el universo.

Tanto en la concepción judía como en la griega, el logos transmitía la idea de los comienzos, como en el Génesis, donde la expresión «dijo Dios» aparece repetidamente (Génesis 1:3ss). Es posible que Juan tuviera estas ideas en mente, pero su descripción muestra que hablaba de Jesús como un ser humano al que conocía y amaba, que era al mismo tiempo el Creador del universo, la máxima revelación de Dios y la imagen viva de la santidad de Dios, «y todas las cosas en él subsisten» (Colosenses 1:17). Jesús, como logos, nos revela la mente de Dios.

Está claro que Juan quería que todos supieran que Jesús no era simplemente un hombre. Jesús era el Dios eterno y todopoderoso que existía antes del tiempo, creó todo y dio la vida.

¿Qué cualidades de Jesús convencieron a Juan de que Jesús era divino, Dios en la carne? ¿Por qué la divinidad de Jesús es crucial para la fe cristiana? Si Jesús hubiera sido solo un hombre muy bueno, su vida y su muerte habrían sido un gran ejemplo de cómo debe vivir una persona. Podríamos honrarlo y aprender de su estilo de vida. Si Jesús hubiera sido solo un gran maestro u orador humano, podríamos sentirnos motivados e inspirados para trabajar y alcanzar logros. Pero un gran líder moral y un orador poderoso no pueden salvarnos de nuestros pecados, no pueden cambiarnos por dentro. Jesús sí puede. Como creador divino, tiene el poder de hacernos de nuevo.

Ora a Dios y agradécele porque haya enviado a su hijo para salvarnos. Pídele al Espíritu Santo que te dé revelación, conocimiento y comprensión de Jesús. Espero que Dios te muestre que Jesús es 100% hombre y 100% Dios.