Fueron muchos los peldaños que subiste antes de tropezar y caer, cuántas lágrimas derramaste porque te viste en el suelo otra vez.
El camino se te hizo duro para continuar, había muchas piedras en el medio que no te dejaban avanzar.
Muchos venían a ayudarte pero te dejaban igual, la desilusión te arropaba porque nadie te podía ayudar.
Otros te observaban desde lejos y hablaban entre si, les apenaba ver tu aspecto pero nada hacían por ti.
Ahí estabas en el suelo sin poderte levantar, mirando cómo te pasaban por el lado y nadie se detenía a ayudar.
Comenzaste a compadecerte de ti mismo, estabas impotente, doliéndote el corazón por el qué dirá la gente.
Por fin te levantaste y dando tras pies un poco avanzaste, lograste muchas cosas, de tu caída te olvidaste.
Comenzaste bien confiado dejando a otros y echándolos a un lado, mirando a aquellos caídos olvidaste ayudarlos.
Les pasaste por el lado y seguiste despreocupado, te fijaste una meta y olvidaste tu pasado.
Que muchas piedras esquivaste y cómo te vanagloriaste, ahora eres autosuficiente, ya no le temes a la gente.
Poco a poco de mi te fuiste olvidando no recordaste que estuve a tu lado, pues te levanté y te di mi mano.
Las fuerzas fuiste perdiendo, tu ánimo fue decayendo, al fin llegaste a tu meta pero ya no te quedaban fuerzas.
Comenzaste a escalar los peldaños y varios escalones fuiste trepando, ya tu esperanza estaba marchita, con el último suspiro avanzaste hacia arriba.
De pronto resbalaste, fuiste cayendo y todo lo que habías avanzado ahora se estaba perdiendo.
Tus pies ya no se afianzaban a los peldaños por donde resbalabas, fue lenta la caída pero estabas consiente de tu ruina, pues aquello que lograste se venía abajo en aquel momento de tu vida.
Cada peldaño por donde caías te causaba grandes heridas, quedaste en el suelo tendido con tu esperanza ya perdida.
Estando lastimado volviste a recordar el pasado, de cómo caído necesitaste y cómo en pie despresiaste a aquellos que caídos estaban echados a un lado.
Alzaste tus ojos al cielo en grande agonía, clamando a los cuatro vientos añorando una salida.
Cómo despreciaste a tus hermanos cuando los viste en el suelo, jamás te imaginaste que pasarías por eso de nuevo, creíste que no me compadecería porque no era la primera vez que estabas en el suelo.
No has leído en mi Palabra que si siete veces cae el justo yo lo levantaré, porqué te agobias tanto pensando que no te recogeré.
Sólo quiero que aprendas que si estas en pie no desprecies a los que caen, levántalos con amor y véndalos hasta que sanen.
No sabes que luego son ellos quienes pueden levantarte cuando te encuentres en el suelo y necesites de alguien.
Es esposo de la mejor mujer, padre de 2 hijos maravillosos, pastor y director de Desafío Joven. En los últimos 12 años ha trabajado con jóvenes, padres y líderes juveniles. Estudio en Rhema Bible Training Center. Su servicio con la palabra de Dios se ha extendido por más de 27 países en 13 idiomas. Es director ejecutivo y consultor de varios ministerios cristianos, desarrollando conferencias, cursos bíblicos, libros, estudios, devocionales, vídeos y recursos para la vida espiritual.