Estudio Bíblico | Explicación de Proverbios 5:15 | Comentario Bíblico Online
Después de mostrar los males que brotan del adulterio, Salomón muestra los remedios que han de adoptarse contra tales males.
1. El principal remedio es quedar satisfecho con los legítimos goces del matrimonio, uno de cuyos fines fue preservar de la impureza. Que nadie se queje a Dios por impedirle gozar de los placeres a los que tan fuertemente le lleva el instinto natural, cuando Dios ha provisto el medio de satisfacerlo dentro de la santidad del matrimonio. El que no se contenta con una mujer, no se contentará con dos ni con cuatro, pues la concupiscencia nunca dice «¡Basta!» El joven que no pueda mantenerse casto, que se case pronto, pues «mejor es casarse que estarse quemando» (1Co 7:9). Compárese el versículo Pro 5:15 con Cnt 4:15 para mejor entenderlo. En su esposa ha de hallar todo su deleite. Es suya no sólo porque él la ha escogido, y debe contentarse con la elección que hizo, sino también porque es la que la providencia divina destinó para él. El versículo Pro 5:19 es como una explanación del versículo Pro 5:15. El original hebreo dice «sus pechos» donde las versiones (la RV) dicen «sus caricias». Los versículos Pro 5:16-18 han sido mal traducidos y se ha corregido el texto original por no entenderlo. El Pro 5:16 presenta los hijos abundantes que juegan por las calles de la ciudad (comp. Jer 9:20; Zac 8:5), sin necesidad de añadir al texto negación o interrogación que no figuran en él. El versículo Pro 5:17 se refiere a esos mismos hijos, todos del legítimo matrimonio, no de dudosa paternidad («para los extraños contigo»). El «manantial» del versículo Pro 5:18 es la propia esposa, fuente de los hijos, los cuales son bendición de Dios.
2. El segundo remedio es andar en la presencia de Dios (v. Pro 5:21). «Los caminos del hombre, todo cuanto piensa y hace, están ante los ojos de Jehová». Dios los ve como son, con sus motivos, sus circunstancias y sus consecuencias. No sólo los ve, sino que los «pesa» (v. Pro 5:21. Lit.) para dar a entender que conoce su verdadero valor (comp. con Dan 5:27) y, de acuerdo con ese valor, emite su juicio sobre ellos.
3. Finalmente, un buen remedio contra el adulterio es prever a tiempo los males que acarrea (vv. Pro 5:22, Pro 5:23). Los que se habitúan a este pecado se prometen a sí mismos impunidad, pero se engañan a sí mismos. No necesitan cárcel ni cadenas, pues bastarán sus propios pecados para retenerlos en prisión. Dice el Talmud: «Al principio, la mala inclinación es como una tela de araña, pero finalmente los hilos aumentan hasta convertirse en sogas de carreta».
