Devocional Cristiano – Madruga y ven a tu encuentro con Dios

«En la madrugada del tercer día hubo truenos y relámpagos, y una densa nube se posó sobre el monte. Un toque muy fuerte de trompeta puso a temblar a todos los que estaban en el campamento. Entonces Moisés sacó del campamento al pueblo para que fuera a su encuentro con Dios. Exodo 19:16-17

«A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer. Proverbios 8:17

`Que bonito es buscar al Señor en la madrugada, buscarle temprano exige dedicación, esmero, interés de tener un encuentro con él, es el tiempo ideal para escuchar su voz sin interferencias, es el tiempo ideal para conversar con el mejor amigo.

«Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza. En toda la noche no pego los ojos, para meditar en tu promesa. Salmo 119:147–148.

El Señor se daba a conocer a sus siervos cuando ellos lo buscaban con esa diligencia, pero también era el propio Dios quien anticipándose les decía que debían dormir poco, o mejor, él mismo los despertaba. Por ejemplo, a Moisés siempre lo despertaba temprano para darle instrucciones, David componía sus hermosos Salmos, Isaías escuchaba la profecía que declararía en el Nombre de Dios, Jesús muy de madrugada buscaba los lugares solitarios para orar.

Moisés: «El Señor le dijo a Moisés: Mañana vas a madrugar…» Exodo 8:20 «El Señor le ordenó a Moisés madrugar al día siguiente» Exodo 9:13. David: «Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor, por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta» Salmo 5:3 Isaías: «Todo mi ser te desea por las noches, Por la mañana mi espíritu te busca» Isaías 26:9.

Así como le damos un tiempo precioso a nuestro descanso, el reparar las fuerzas del día con un buen sueño no es cosa de juego para muchos, es protegido con celo porque sabemos que si no hay ese tiempo de reparación no podremos resolver los problemas del mundo. Igual o con mayor responsabilidad debiéramos ser diligentes en darle el mejor tiempo de la mañana al Señor, es él quien nos dará las instrucciones para salvar nuestra alma y después al mundo. Puedo contarles una anécdota sobre mi mejor amiga ahora que esta de viaje, ella me daría permiso de hablar estas cosas si estuviera aquí, me soporta muchas cosas porque me quiere, como yo a ella. La llamaré Momi para inventar un nombre que no viole su privacidad. Cuando la conocí, una de las cosas que más me llamaban la atención de ella, era el celo con que cuidaba su siesta de la tarde; me da risa recordar toda la ceremonia que le antecedía su hora respetada de sueño, alguna vez participe con ella de este glorioso acto. Los teléfonos, ventanas, cortinas y puertas se clausuraban, todos debían ponerse la ropa de descanso, y con ojos y oídos tapados meterse a la cama por una hora respetada y anunciada a casi la totalidad de amigos y familiares que sabíamos que a Momi no la debíamos molestar en su hora de siesta. Ella ya no es así, es una sierva de Dios en todo lo que hace, ha aprendido que sus renuncias tienen premios mayores, que hasta una privación tan pequeña como un sueño puede tener una recompensa eterna. Yo la llamo mi momita con cariño porque la he visto crecer en su fe y amor al Señor, y una de las pruebas de esto es que su mejor tiempo de descanso es, cuando medita en la Palabra, acomodada en los brazos de Dios.

«Si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios» Proverbios 2:4-5.

Madrugamos para trabajar, amanecemos estudiando para alcanzar nuestros sueños, nos adelantamos al día para correr o hacer ejercicios para mejorar la silueta, estamos dispuestos ni siquiera a pegar los ojos si alguien nos promete dar algo valioso en la mañana, todos vamos tras los sueños, la buscamos como a la plata, ahora Dios quiere que entiendas, que busques, es decir que madrugues y hallarás el conocimiento de Dios. Despiértate y ven a tu encuentro con Dios. El Señor quiere que te despiertes bien temprano, quiere disipar tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la bruma de la mañana, vuelve a él temprano, y él te redimirá.

Dios te bendiga

Marta V. de Bardales