Estudio Bíblico | Explicación de Oseas 4:1 | Comentario Bíblico Online
Tanto este capítulo como el siguiente comienzan con un solemne «¡Oíd!», expresión frecuente en otros profetas, pero muy rara en Oseas.
1. La idea de pleito de Dios con Su pueblo es también frecuente en otros profetas: Además de Ose 12:2, puede verse en Isa 1:18; Isa 3:13; Jer 25:31; Miq 6:2. La causa de este pleito está expresada de dos formas: negativa, en el versículo Ose 12:1; positiva, en el versículo Ose 3:2. «Porque no hay verdad» dice (v. Ose 4:1) , es decir, sinceridad en el trato mutuo (hebr. emeth), donde se incluye la fidelidad a la palabra dada, aunque en la raíz de esta mala conducta está la falta de lealtad al pacto con Dios; tampoco hay amor constante, cariño misericordioso (hebr. jesed) al prójimo, ni conocimiento íntimo, experimental, de Dios (hebr. dáath), donde deberían tener su fundamento tanto la verdad como el amor (v. 1Co 8:3; 1Jn 4:8).
2. La falta de esas tres virtudes fundamentales, fidelidad, amor y conocimiento de Dios, se reflejaba al exterior en el quebrantamiento de la Ley (v. Ose 4:2). Para mejor poner de relieve este quebrantamiento de la Ley, ensarta los pecados con la conjunción copulativa we, y, una serie de infinitivos absolutos: «Perjurar y mentir y asesinar y hurtar y adulterar» (lit.). Un pecado engendra otro. El perfecto parátsu que sigue a esa lista puede traducirse de dos maneras: (A) «Se incrementan», se refiere a los infinitivos que preceden. (B) «Hacen violencia», uniéndolo con lo que sigue: «y la sangre toca en la sangre» (lit.), es decir, los asesinatos se suceden sin solución de continuidad. Recuérdese que, tras el largo y próspero reinado de Jeroboam II en Israel, se sucedieron tres reyes en un solo año; dos de ellos fueron asesinados a sangre fría.
3. La tierra, esto es, Palestina (más concretamente, Israel, el reino del norte), como al final del versículo Ose 12:1, se viste de luto (v. Ose 4:3). Es el pecado del hombre lo que atrae el castigo de Dios sobre la tierra (v. Gén 3:17, Gén 3:18; Isa 16:8; Jer 12:4; Amó 8:8; Rom 8:22). Dice Buck: «El universo todo se pone a tono con el destino humano. Por eso, cuando el hombre desconoce a Dios y se arroja al pecado y a la muerte, arrastra consigo al país y al universo entero … Por otra parte, cuando san Pablo escribe que «toda la creación ha estado gimiendo hasta ahora con dolores de parto» (Rom 8:22), se indica que la restauración completa en la creación, a fin de cuentas, ha de resultar del retorno del hombre a la amistad con su Dios».
