Significado de HOMOSEXUALIDAD Según La Biblia | Concepto y Definición

HOMOSEXUALIDAD Significado Bíblico

¿Qué Es HOMOSEXUALIDAD En La Biblia?

Relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Cuando se trata el tema, el énfasis bíblico está en la conducta, y el veredicto siempre la declara pecaminosa.
La homosexualidad es consecuencia del rechazo al orden creado
Prima facie, el argumento contra la homosexualidad en las Escrituras se encuentra en el plan creador de Dios para la sexualidad humana. Dios creó a la humanidad como hombres y mujeres que debían procrearse en el contexto del matrimonio (Gén 1:27-28; Gén 2:18-24). Este orden de la creación para la sexualidad humana recibió la aprobación del Señor Jesucristo (Mar 10:6-9; Mat 19:4-6) y del apóstol Pablo (Efe 5:31). En apariencia, la conducta homosexual se debe reconocer como pecaminosa porque viola el plan original de Dios para la monogamia heterosexual.
Sobre este trasfondo del esquema de Dios para la expresión sexual humana, Pablo presenta un argumento teológico en Rom 1:18-32, donde dice que la homosexualidad es consecuencia de rechazar a Dios como Creador y rechazar el orden creado. Pablo plantea que tanto la homosexualidad como el lesbianismo son resultado de negar a Dios. Comienza señalando que al rechazar la “creación” (Rom 1:20) y al “creador” (Rom 1:25) las mujeres “cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza” (Rom 1:26 NVI). Agrega que también los hombres “dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes” (Rom 1:27 NVI). El argumento paulino es que como esas personas rechazan a Dios, Él las entrega a los deseos pecaminosos de sus corazones. A lo largo de este pasaje, Pablo usa varios términos negativos adicionales para describir la homosexualidad, por ej. “inmundicia”, “deshonra”, “pasiones vergonzosas”, “extravío”, “mente depravada”, “cosas que no deben”. Además, la homosexualidad se incluye aquí en una lista de vicios que merecen la muerte, no solo para quienes los practican sino también para quienes los aprueban (Rom 1:32).
En cuanto a la idea moderna de “orientación homosexual”, la perspectiva bíblica considera que cualquier inclinación hacia el mismo sexo es tan dañina como la tendencia hacia cualquier otro pecado, como una de las consecuencias negativas de la naturaleza humana caída con inclinación al mal. A la luz de Rom 1:1-32, la predisposición homosexual también puede ser señal y resultado de otros pecados anteriores.
La homosexualidad es un pecado que da como resultado el juicio
La primera mención de homosexualidad en la Biblia describe el juicio de Dios por considerarla pecado. Fue la notoria trasgresión de Sodoma y Gomorra. La severidad del juicio en este caso es indicador de la gravedad de este pecado (Gén 19:1-11). Ambas ciudades fueron destruidas cuando “Jehová hizo llover desde los cielos azufre y fuego” (Gén 19:24). El comentario del NT sobre este hecho es que esas dos ciudades fueron convertidas en cenizas por la ira santa de Dios, específicamente porque sus habitantes se habían entregado a la inmoralidad sexual y a los “vicios contra naturaleza” (2Pe 2:6-7; Jud 1:7).
Algunos intérpretes que están a favor de la homosexualidad han afirmado que el pecado de Sodoma y Gomorra no era la homosexualidad en sí sino la que estaba asociada con bandas de violadores. Aunque es cierto que los hombres de Sodoma intentaron violar a los huéspedes de Lot, el texto no indica que habría sido aceptable si los visitantes angelicales hubiesen accedido. Además, el juicio de Dios sobre dos ciudades enteras es un argumento a favor en cuanto a que lo que ofendió a Dios no fue un único incidente de violación por parte de un grupo de Sodoma. Por el contrario, Dios había anunciado Su plan de destruir Sodoma y Gomorra antes del incidente de intento de violación. Esto indica que la práctica de conducta homosexual en ambas ciudades era una afrenta a la santidad divina. Cuando los homosexuales pidieron “conocer” carnalmente a los invitados de Lot, sencillamente procuraban hacer lo que ya venían haciendo antes. Lot protestó diciendo: “No hagáis tal maldad” (Gén 19:7). Pero mucho antes que esto, cuando Lot estableció su campamento cerca de la ciudad de Sodoma, leemos que “los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera” (Gén 13:13). Una vez más, antes del intento de violación por parte de ese grupo, Dios ya había dicho que “el pecado de ellos se ha agravado en extremo” (Gén 18:20), y Abraham también había expresado que ellos eran “impíos” (Gén 18:23; Gén 18:25).
Otra interpretación a favor de la homosexualidad es que el pecado de Sodoma y Gomorra consistió en falta de hospitalidad y no en homosexualismo ni violación homosexual. Según Eze 16:49, el juicio de Sodoma se pronuncia debido a la falta de hospitalidad. A partir de este pasaje se afirma que, en Gén 19:1-38, los hombres querían “conocer” (yada’) a las visitas de Lot solo en el sentido de “familiarizarse con ellos”. Sin embargo, la palabra yada’ se emplea en sentido sexual por lo menos diez veces en el AT, y la mitad aparece en Génesis. Además, el contexto de Gén 19:1-38 argumenta a favor del significado sexual de “conocer”. No tiene sentido decir que en el v. Gén 19:8 yada’ significa “familiarizarse” cuando Lot dice que sus hijas no han “conocido varón”. Con toda seguridad ellas estaban familiarizadas con los hombres de la ciudad pero no habían “conocido sexualmente” a ningún hombre.
Los intérpretes de la “falta de hospitalidad” también señalan la ausencia de menciones de homosexualidad en otros pasajes que hablan de Sodoma y Gomorra como ejemplos de juicio, por ej. Isa 1:10; Jer 23:14; Mat 10:14-15 y Luc 10:10-12. Pero este enfoque también presenta varios problemas. En primer lugar, estos pasajes no excluyen la homosexualidad. En el caso de Eze 16:49, el pecado sexual tendría que ser considerado como una forma de egoísmo, pero en el v. Eze 16:50 se evidencia que el pecado era sexual porque se dice que “hicieron abominación”. En Lev 18:22 se usa la misma palabra para describir pecados homosexuales. Pero el problema principal de este enfoque es que los pasajes de 2 Pedro y Judas vinculan el juicio a las dos ciudades con el pecado de homosexualidad, y esto no contradice los demás textos que hablan del juicio. Quienes toman en serio la autoridad de las Escrituras rechazarán el argumento pro-homosexual de la falta de hospitalidad (Jue 19:16-24).
Violación de la ley del Antiguo Testamento
Las leyes de santidad, que transmitían las exigencias de Dios para ordenar la vida de Su pueblo del pacto, incluía dos prohibiciones claras contra la actividad homosexual. En una larga sección sobre moralidad sexual que debería considerarse como extensión del séptimo mandamiento, “Habló Jehová a Moisés, diciendo […] No te echarás con varón como con mujer” (Lev 18:1; Lev 18:22). Más adelante, al repetir junto con Lev 18:22 que la homosexualidad “es abominación”, Lev 20:13 agrega: “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos”.
Violación de la ética del Nuevo Testamento
En 1Ti 1:8-10, Pablo señala el valor de la ley del AT para la era presente si se la emplea con sabiduría. Se debe utilizar para juzgar a los “pecadores”. Luego incluye a los homosexuales (arsenokoitai) en la lista de vicios con que describe a los “impíos”. En 1Co 6:9-11 también aparece la expresión “homosexuales” en una lista similar de pecados, y Pablo comenta que cualquiera que los practique no heredará el reino de Dios. Arsenokoites se refiere a la parte activa en el acto homosexual. Sin embargo, además de los homosexuales que se mencionan en 1Co 6:9, Pablo agrega otra palabra, “afeminados” (malakoi). Este término alude a la parte pasiva en la relación homosexual. La cuestión es que ambos tipos de conducta homosexual, la pasiva y la activa, son pecaminosos, impíos e inhabilitan para entrar al reino de Dios a quienes los practican.
La posibilidad de perdón y cambio por medio de Jesucristo
Sin importar cuán impío e inmerecedor del reino de Dios pueda ser un homosexual, existe la oportunidad de ser perdonado, cambiado y declarado justo por medio de Jesucristo. En 1Co 6:11, Pablo sigue diciendo: “Y esto erais algunos de vosotros”. Es evidente que en la iglesia de Corinto había ex homosexuales que se habían convertido. Es más, Pablo agrega “pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados; ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios”. El homosexual que se arrepiente y cree recibe la misma limpieza, santificación y justificación que cualquier otro creyente que se vuelve del pecado a Cristo.

Jerry A. Johnson