Significado de LENGUAS, DON DE Según La Biblia | Concepto y Definición

LENGUAS, DON DE Significado Bíblico

¿Qué Es LENGUAS, DON DE En La Biblia?

El NT, en Hechos y 1 Corintios, trata sobre la práctica de hablar en lenguas, y la presenta de manera ejemplificadora e instructiva. También se hace una breve mención de este don en el prolongado final del libro de Marcos. No existe una presentación específica de la práctica en el AT, si bien algunos intérpretes consideran que las actividades proféticas de Saúl y de los ancianos son antecedentes del don de lenguas (1Sa 10:9-13; 1Sa 19:18-24). Sin embargo, no existe evidencia clara textual de que dicha acción de profetizar incluyera hablar en lenguas.
Tres pasajes del libro de los Hechos hablan sobre este fenómeno. En Hch 2:1-47, los discípulos son bautizados por el Espíritu en el día de Pentecostés y, como testimonio de ese acontecimiento, comienzan a hablar en otras lenguas (heterais glossais, Hch 2:4). Esas lenguas eran idiomas conocidos, tal como se demuestra en los versículos siguientes donde los peregrinos de Capadocia, Frigia, Egipto, etc., escuchan hablar en sus propios idiomas (dialektoi, Hch 2:8) o lenguas (glossais, Hch 2:11) sobre las maravillas de Dios. Aquí Lucas utiliza de manera indistinta dos palabras, dialektos (lenguaje) y glossa (lengua, lenguaje). En otros pasajes del NT ambos términos también se usan para referirse a un “idioma conocido” (comp. Hch 1:19; Hch 22:2; Hch 26:14 para obtener ejemplos de dialectos; y Apo 7:9; Apo 10:11; Apo 11:9; Apo 13:7; Apo 14:6; Apo 17:15 para ejemplos de glossa), a pesar de que la palabra glossa también alude a la lengua como parte de la anatomía humana (Hch 2:26; Stg 3:5; Apo 16:10). Glossa se emplea además para identificar la lengua con una persona que está hablando (metonimia): “Toda lengua confiese” (Flp 2:11 NVI; Rom 14:11, “confesará”). Glossa tiene la misma variedad de significados en otros tipos de literatura griega.
El don de lenguas descrito en Hch 2:1-47 es de carácter probatorio. El hablar en otras lenguas es prueba fehaciente de que algo sobrenatural les había sucedido a los 120 discípulos de Jesús. Las lenguas eran señal de que estas personas habían recibido la promesa hecha por Jesús en Hch 1:5 : “vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Esta señal era lo suficientemente clara como para que todos los presentes en la fiesta de las semanas presenciaran un acontecimiento milagroso. El hablar en lenguas que aparece en este capítulo tiene un propósito adicional, aunque secundario: la comunicación del evangelio a personas que hablaban idiomas extranjeros. Es probable que los peregrinos presentes hablaran griego pero, aun así, el texto indica que la comunicación del evangelio en sus propios idiomas también fue importante.
En Hch 10:1-48, Dios envió a Pedro a predicarle a Cornelio, un centurión de la guardia romana, y a su familia y colaboradores. Mientras el apóstol predicaba, el Espíritu cayó sobre las personas allí reunidas (v. Hch 10:44) y los gentiles hablaron en lenguas, lo cual demostró a los judíos que estos habían “recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros [los judíos]” (v. Hch 10:47). Pedro volvió inmediatamente a Jerusalén para informarles a los creyentes sobre la salvación de los gentiles. Cuando los cristianos de Jerusalén se enteraron del don del Espíritu evidenciado por las lenguas, respondieron: “De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida” (Hch 11:18). En el cap. Hch 19:1-41, Pablo se encontró con un grupo de doce discípulos de Juan el Bautista. Les mostró que Juan había instruido al pueblo para que “creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús” (Hch 19:4 NVI). Cuando creyeron en Cristo, el Espíritu descendió sobre ellos y “empezaron a hablar en lenguas y a profetizar” (v. Hch 19:6). Esto era importante ya que Juan aún tenía muchos discípulos en el mundo en esa época, y él mismo había sido el primero en predecir que Jesús bautizaría con el Espíritu (Mat 3:11).
El libro de los Hechos contiene estos tres textos que presentan lo que los eruditos denominan “glosolalia”. Si bien el texto no menciona específicamente las lenguas, es posible que la evangelización de los samaritanos en Hch 8:1-40 también haya incluido el ejercicio de este don, ya que Simón el mago presenció un fenómeno inusual cuando se otorgó el Espíritu (Hch 8:17-18). En todos los casos, la experiencia se vincula con la acción de recibir el Espíritu. Sin embargo, es importante notar que cada ocasión representa el traslado del evangelio para incluir a un nuevo grupo: judíos, samaritanos (posiblemente), gentiles, discípulos de Juan. No existen otros ejemplos de glosolalia en Hechos.
La otra exposición extendida sobre este don se encuentra en 1 Corintios. Allí Pablo lo menciona como un don espiritual (1Co 12:7-10), da instrucciones sobre su naturaleza, sugiere cómo utilizarlo y lo diferencia del don de profecía (1Co 14:1-40). El que habla en lenguas habla misterios (musteria1Co 14:2). Pablo, Juan y Jesús emplean esta palabra para referirse al otorgamiento de nuevas revelaciones a la nueva comunidad del pacto (Mat 13:11; Rom 11:25; Rom 16:25; 1Co 2:1; 1Co 2:7; 1Co 4:1; 1Co 15:51; Efe 1:9; Efe 3:3-4; Efe 3:9; Efe 6:19-20; Col 1:25-27; Col 2:2; Col 4:3; 1Ti 3:9; 1Ti 3:16; Apo 10:7; Apo 17:5-7). De modo que, entre otras cosas, las lenguas constituyeron una de las maneras en que Dios transmitía el contenido de la revelación del NT a la iglesia primitiva. El apóstol observó además que, a menos que el mensaje en lenguas fuera interpretado, no debía emplearse en la adoración colectiva ya que el propósito de los dones espirituales es la edificación del cuerpo (1Co 14:3-6). No obstante, el mensaje en lenguas interpretado podía cumplir la misma función que la profecía. Además, al igual que todas las expresiones públicas de adoración, debía realizarse de manera ordenada (Hch 14:26-28). Algunos intérpretes han postulado que el don de lenguas que había en Corinto era diferente del descrito en Hechos. Para ellos no se trataba de idiomas sino de un “discurso extático”. Esta afirmación no puede comprobarse con evidencia lingüística ya que Lucas y Pablo utilizaron sobre todo la palabra glossa. Tampoco puede demostrarse por el contexto dado que no hay evidencias textuales de que se trate de un tipo de discurso diferente al descrito en Hechos. Es difícil que una persona llegue a esa conclusión con una simple lectura del texto de Corintios. Esta interpretación probablemente provenga de la experiencia de comunidades que practican la glosolalia, ya que muy pocas veces se hablan verdaderos idiomas.
Han surgido varias preguntas cruciales sobre esta práctica. Primero: ¿se trata solo de un don del NT o de la iglesia a lo largo de toda la historia? Como se mencionó anteriormente, las lenguas en el NT tienen tres funciones: mostrar la progresión del don del Espíritu a los diversos grupos de personas en el libro de los Hechos en cuanto a la historia de la salvación; dar a conocer el contenido de la revelación del NT, y actuar como medio de comunicación entre personas con distintos idiomas. Los dos primeros objetivos ya no serían aplicables dado que el evangelio ha sido difundido por el mundo entero y la revelación del NT ya se completó. De modo que nos referiremos brevemente a la tercera posibilidad. Segundo: ¿el don de lenguas es una señal del bautismo del Espíritu? Así fue en Hechos, pero solo entre los grupos de personas que conformaron el proceso de la historia de la salvación: judíos, samaritanos, gentiles y finalmente los discípulos de Juan, quienes fueron los primeros en predecir el don del Espíritu. El bautismo del Espíritu se produce en el momento de la conversión y su evidencia es el fruto del Espíritu, no las lenguas (Gál 5:22-23). Tercero: ¿todas las personas deben hablar en lenguas? Pablo responde claramente que no (1Co 12:30). Cuarto: las lenguas que se practican en la actualidad ¿son idiomas o expresiones extáticas? Este artículo ha expresado que no existe motivo para creer que la “expresión extática” equivalga al don bíblico de lenguas. Quinto: ¿existe un lenguaje privado de oración? Las personas oran en diferentes idiomas, pero nada en el texto indica que exista un lenguaje privado de oración. Si bien en 1Co 14:2; 1Co 14:14-15, Pablo menciona la oración con referencia a las lenguas, todo el contexto remite a la adoración pública y no a la oración privada. Tal acción de hablar en lenguas debe someterse a la instrucción de todo el capítulo en cuanto a cómo manejarse con las lenguas en público. Sexto: ¿es posible que hablar en lenguas sea algo demoníaco? Es posible. El enemigo puede imitar los dones otorgados por Dios. Pero aun en casos donde las “lenguas” de una persona no coincidan con el criterio bíblico, es posible que la experiencia no sea demoníaca sino que esa persona tenga la capacidad básica de producir dicho discurso libre de reglas lingüísticas. No sería lo mismo que el don de lenguas bíblico ni tampoco un milagro pero, aun así, podría practicarse de manera reverente. Séptimo: ¿es posible que una persona reciba un don de lenguas con el fin de evangelizar? Nadie desearía limitar la capacidad de Dios para otorgar tal don. Existen relatos de eventos de esta clase en la actividad misionera, aunque indudablemente algunos han sido exagerados. También es cierto que todos los grupos pentecostales que envían misioneros, previamente los capacitan en idiomas. Ver Bautismo en el Espíritu Santo; Dones espirituales; Espíritu Santo; Pentecostés.

Chad Brand