Significado de MALAQUÍAS, LIBRO DE Según La Biblia | Concepto y Definición

MALAQUÍAS, LIBRO DE Significado Bíblico

¿Qué Es MALAQUÍAS, LIBRO DE En La Biblia?

Nombre de persona que significa “mi mensajero”. Autor del último libro profético del AT del que no se tiene más información. La persona acerca de la cual Mal 3:1 profetiza que “preparará” el camino del Señor para llegar a Su templo también es identificado como mal’aki, “mi mensajero”. Algunos creen que el libro es en realidad anónimo y que toma su nombre de este versículo. Es evidente que el énfasis del libro está en el mensaje más que en el mensajero, dado que 47 de los 55 versículos del libro son declaraciones directas del Señor.
Trasfondo histórico
Aunque no se le otorga una fecha determinada en función de la mención de algún gobernante o acontecimiento específico, la evidencia interna, al igual que su posición en el canon, indica una época posterior al exilio. La mención de un príncipe en Mal 1:8 lo inclina hacia el período persa cuando Judá era una provincia o subprovincia de la satrapía persa Abar Nahara que incluía Palestina, Siria, Fenicia, Chipre y, hasta el 485 a.C., Babilonia. El templo se había reedificado (515 a.C.) y la adoración se había restablecido (Mal 1:6-11; Mal 2:1-3; Mal 3:1; Mal 3:10). No obstante, habían disminuido la emoción y el entusiasmo incentivados por los profetas Hageo y Zacarías. Los problemas religiosos y sociales que expone Malaquías reflejan la situación descrita en Esd 9:1-15 y Esd 10:1-44 y Neh 5:1-19 y Neh 13:1-31, lo cual sugiere fechas inmediatamente previas al regreso de Esdras (aprox. 460 a.C.) o poco después del segundo período de Nehemías como gobernador (Neh 13:6-7; aprox. 435 a.C.).
Mensaje y propósito
 
Acusación
Malaquías presenta el pecado de Judá al citar fundamentalmente palabras, pensamientos y actitudes expresadas por el pueblo (Mal 1:2; Mal 1:6-7; Mal 1:12-13; Mal 2:14; Mal 2:17; Mal 3:7-8; Mal 3:13-15). A Malaquías se le planteó el fracaso de los sacerdotes, que no temían al Señor ni servían al pueblo a conciencia en momentos de dificultad. Esto había contribuido a que Judá se mostrara indiferente a la voluntad de Dios. El pueblo culpaba al Señor y Su supuesta infidelidad hacia ellos en cuanto a los problemas económicos y sociales que enfrentaba. Esto conducía a infidelidad (especialmente a las esposas) y a la profanación del templo al casarse con mujeres paganas. También habían dejado de dar el diezmo para el templo.
Instrucción
Malaquías invita al pueblo a dejar la apatía espiritual y corregir las actitudes equivocadas en la adoración. Para esto debían colocar su confianza en Dios mediante una fe genuina en Él como el Señor viviente. Esto incluía honrar el nombre del Señor con ofrendas limpias, ser fieles a los pactos efectuados con otros creyentes, en especial los pactos matrimoniales, y demostrar arrepentimiento mediante la entrega del diezmo.
Juicio
Si los sacerdotes no modificaban su comportamiento, el Señor los maldeciría y los destituiría vergonzosamente del servicio. Malaquías también anuncia la llegada de un día en que el Señor de justicia llegaría a purificar y pulir a Su pueblo. En ese momento pondría en evidencia la diferencia entre obedientes y malvados, y juzgaría a estos últimos.
Esperanza
Malaquías fundamenta su instrucción en
(1) la demostración de amor del Señor para con Israel (Mal 1:2);
(2) la unidad espiritual establecida por el pacto tanto con Dios como los unos con los otros (Mal 2:10), y
(3) ese día futuro cuando el Señor también bendeciría abundantemente a los que le temen (Mal 3:1-6; Mal 3:16-18; Mal 4:1-3).
El mensajero del pacto
En Mal 3:1-6, Dios promete enviar un “ángel del pacto” que limpiará y purificará al pueblo de Dios, incluso a los sacerdotes. La naturaleza divina-humana de este mensajero se manifiesta al diferenciarse de Dios, que es quien está hablando, pero también al identificarse con Él (Mal 3:1; Zac 12:10-14; Zac 13:1-9). “Mi mensajero” no es la misma persona sino alguien que iba a anunciar la venida del “ángel [“mensajero”] del pacto” (comp. Heb 9:15). El NT identifica a “mi mensajero”, al Elías de Mal 4:5 y también a la “voz” de Isa 40:3 con Juan el Bautista (Mat 3:3; Mat 11:10; Mar 1:2-3; Luc 3:3-6; Jua 1:23).
El papel de Elías como vocero preparatorio del momento de la intervención divina surge por considerárselo el profeta fundamental del arrepentimiento. Así como aparece con Moisés en estos últimos versículos del AT, del mismo modo aparecieron ambos durante la transfiguración de Jesús como representantes de los profetas a fin de dar testimonio de que este era el Mesías (Mat 17:3; Luc 9:29-31). La profecía de Mal 4:5 también fue parcialmente cumplida por Juan el Bautista (Mat 11:14; Mat 17:10-13; Luc 1:15-17). Pero Jesús señaló que otra parte de su cumplimiento aguarda el momento de Su venida (Mat 11:14; Mat 17:11), quizás como se refleja en la profecía de los dos testigos en Apo 11:3 (Deu 19:15).
Estilo y estructura
Si bien las versiones españolas de la profecía de Malaquías lo dividen en cuatro capítulos, el texto hebreo solo presenta tres (Mal 4:1-6 se considera como mal 3:19-24). Malaquías presenta un estilo único entre los libros proféticos del AT. En general se lo puede describir como sermón u oráculo, pero el uso frecuente de la técnica retórica con citas propias de su audiencia, una especie de interacción que se denomina seudo-diálogo, le otorga un carácter distintivo. Se suele decir que consta de una serie de “discursos argumentativos” u oráculos donde se presentan acusaciones y pruebas a manera de careos. Los seis oráculos corresponden a Mal 1:2-5; Mal 1:6-14; Mal 2:1-9; Mal 2:10-16; Mal 2:17; Mal 3:1-5; Mal 3:6-12, y Mal 3:13-18; Mal 4:1-3 (en el texto hebreo mal 3:21), seguidos de dos anexos, Mal 4:4 (en el texto hebreo mal 3:22) y Mal 4:5-6 (en el texto hebreo mal 3:23,24), que a menudo se consideran agregados posteriores.
Una estructura alternativa consiste en considerar la organización del libro como tres discursos interrelacionados con cinco secciones cada uno, que siguen un patrón de alternancia entre acusación, instrucción, juicio y esperanza.
Bosquejo
I. Se exhorta a los sacerdotes a honrar a Yahvéh (Mal 1:2-14; Mal 2:1-9)
A.  Esperanza: El amor del Señor hacia Judá (Mal 1:2-5)
B.  Acusación: Dejar de honrar al Señor (Mal 1:6-9)
C.  Instrucción: Detener la adoración que deshonra al Señor (Mal 1:10)
D. Acusación: Profanar el nombre del Señor (Mal 1:11-14)
E. Juicio: El sacerdocio maldecido por el Señor (Mal 2:1-9)
II. Exhortación a Judá para que sea fiel (Mal 2:10-17; Mal 3:1-6)
A.  Esperanza: Reinado espiritual (Mal 2:10 a)
B.  Acusación: Infidelidad matrimonial (Mal 2:10 b – Mal 2:11-15 a)
C.  Instrucción: Cuidarse de la infidelidad (Mal 2:15 b- Mal 2:16)
D. Acusación: Quejas de Judá por la injusticia (Mal 2:17)
E. Juicio: Justicia que proviene del Señor (Mal 3:1-6)
III. Exhortación a Judá para que vuelva al Señor y recuerde la ley (Mal 3:7-18; Mal 4:1-6)
A.  Instrucción: Dar el diezmo como prueba del arrepentimiento (Mal 3:7-10 a)
B.  Esperanza: Promesa de bendición (Mal 3:10 b- Mal 3:11-12)
C.  Acusación: Arrogancia en cuanto al servicio al Señor (Mal 3:13-15)
D. Esperanza y juicio: La venida del día de Jehová (Mal 3:16-18; Mal 4:1-3)
E. Instrucción: Recordar la ley (Mal 4:4-6)

E. Ray Clendenen