Significado de SEÑOR Según La Biblia | Concepto y Definición

SEÑOR Significado Bíblico

¿Qué Es SEÑOR En La Biblia?

Traducción al español de varias palabras hebreas y griegas. Por lo general, el término se refiere a alguien que tiene poder o autoridad.
Dios como Señor
Jehová (o Yahvéh; en hebreo YHVH, “autoexistente”) es el nombre de Dios que se utiliza con más frecuencia en las Escrituras hebreas. En algunas traducciones españolas aparece como SEÑOR. Los judíos evitaban mencionarlo, y lo remplazaban por otra palabra, Adonai. Sustituyeron las vocales de Adonai por las de Yahvéh y esto dio como resultado el término Jehová.
Siempre es relevante enfatizar la importancia de este nombre. Éxo 3:14 proporciona una clave para el significado de la palabra. Cuando Moisés fue comisionado para ser libertador de Israel, Dios, que apareció en la zarza ardiente, le comunicó cuál era el nombre que debía presentar como credencial de su misión: “Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY [heb. ehyeh asher ehyeh]. Y dijo: ‘Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros’”. En ambos nombres, ehyeh y YHVH, la idea fundamental es de una existencia no creada. Cuando se dice que el nombre de Dios es “Yo soy”, no solo se afirma la simple existencia. Él es en un sentido que ningún otro ser puede ser. Él es, y la causa de Su ser está en Él mismo. Él es porque Él es. El aviso de Éxo 6:3, “mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer”, no implica que los patriarcas ignoraran por completo la existencia o el uso del nombre. Significa sencillamente que antes de haber sido liberados de la esclavitud en Egipto, no conocían de manera personal dicha redención. Bajo el liderazgo de Moisés, iban a experimentar liberación, y el poder redentor de Dios se les iba a convertir en realidad y se les iba a confiar Su nombre redentor. Previamente, como pastores en Palestina, Abraham, Isaac y Jacob habían conocido a Dios como El Shaddai (“el Todopoderoso”, Gén 17:1) y esto demostraba Su poder, pero no con respecto a esta clase de relación redentora. Este nombre afirma el señorío de Dios sobre Su pueblo (Éxo 34:23) como así también Su poder sobre toda la creación (Jos 3:13). Mediante este nombre, Dios declara Su superioridad por sobre todos los otros dioses (Deu 10:17).
En el AT Adonai es otra designación para Dios como Señor. Deriva de la palabra hebrea Adon, un término antiguo que denotaba posesión; por lo tanto, control absoluto. Adon no es un término divino adecuado ya que a veces se utiliza para los seres humanos. Se le aplica a Dios como dueño o gobernante de toda la tierra (Sal 114:7). A veces se lo usa como término respetuoso (como nuestra palabra “señor”), pero unido a un pronombre (“mi señor”). A menudo aparece en plural. Adonai es, en la forma enfática, “el Señor”. Muchos consideran este título como el plural de Adon.
“Señor” o “Amo” (gr. kurios, “supremo”) significa aquel a quien le pertenece una persona o una cosa, el amo, el que dispone de los hombres y las propiedades, como en el caso de “el señor de la viña” (Mat 20:8; Mat 21:40; Mar 12:9; Luc 20:15); “el Señor de la mies” (Mat 9:38; Luc 10:2); “el señor de la casa” (Mar 13:35); el “Señor del día de reposo” (Mat 12:8; Mar 2:28; Luc 6:5), que tiene poder para determinar qué es apropiado para el Sábat, y para liberarse a sí mismo y a los demás de las obligaciones relacionadas con ese día. Este título se aplica a Dios, el gobernante del universo, con el artículo definido ho kurios (Mat 1:22; Mat 5:33; Mar 5:19; Hch 7:33; 2Ti 1:16; 2Ti 1:18) y sin él (Mat 21:9; Mat 27:10; Mar 13:20; Luc 2:9; Luc 2:23; Luc 2:26; Heb 7:21).
Jesús como Señor
Kurios es normalmente la palabra del NT para hablar de Jesús como Señor. No obstante, el término posee un amplio espectro de referencia cuando se utiliza en relación a Dios (Hch 2:34), a Jesús (Luc 10:1), a los seres humanos (Hch 16:19) y a los ángeles (Hch 10:4). Cuando los personajes de los Evangelios hablan de Jesús como Señor, a menudo solo quieren decir “señor” con minúscula. En otras ocasiones, la designación kurios expresa una plena confesión de fe, como en el caso de la declaración de Tomás: “¡Señor mío, y Dios mío!” (Jua 20:28). En Lucas y Hechos, “Señor” pasó a utilizarse como una simple pero profunda designación de Cristo. “El Señor Jesús” también se usaba con frecuencia en Hechos (Hch 4:33) para hablar de la fe en Cristo como Señor (Hch 16:31) y para identificar que el bautismo era en el nombre del Señor Jesús (Hch 8:16; Hch 19:5). La frase “Jesús es Señor” fue evidentemente la confesión de fe cristiana más antigua. En Hch 2:36, Pedro declaró que Dios había hecho a Jesús Señor y Cristo.
A menudo, Pablo utilizaba una frase más completa para hablar del señorío de Cristo: “el Señor Jesucristo”. Es significativo observar que lo usaba junto con la mención de Dios el Padre y del Espíritu Santo (1Ts 1:1; 2Co 13:14). En otras ocasiones, Pablo empleó las fórmulas más simples “el Señor Jesús” (2Ts 1:7) o “nuestro Señor Jesús” (1Ts 3:13). En contraste con los numerosos dioses y señores falsos de los paganos, para los creyentes hay un Dios, el Padre, y un Señor, Cristo Jesús (1Co 8:5-6). Es indudable que el apóstol estaba familiarizado con la antigua expresión “Jesús es Señor”, porque en 1Co 12:3 aseguró que “nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo”. La palabra se emplea a menudo en conexión con la esperanza de la segunda venida de Cristo (Flp 3:20; Flp 4:5; 1Co 16:22; Apo 22:20).
En Apocalipsis, el título “Señor” posee otra connotación. Los emperadores exigían que los llamaran “señor”, y uno de ellos, Domiciano, incluso promulgó un decreto que comenzaba diciendo: “Nuestro señor y dios ordena”. Juan declaró que tales títulos eran una blasfemia, y que Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores, es el único emperador que deben reconocer los creyentes (Apo 19:16).
Segunda Pedro 2Pe 2:1 y Jud 1:4 hablan de Jesús como despotes, “Señor”, palabra que lleva en sí un énfasis mayor en la soberanía de Jesús como Señor. Es interesante observar que la misma palabra se utiliza para dirigirse a Dios en Luc 2:29 y Hch 4:24. Apo 6:10 también emplea este término para aludir a Jesús como el que vengará la sangre de los mártires.
Para un cristiano primitivo acostumbrado a leer el AT, cuando la palabra “Señor” se usaba en relación a Jesús, sugería identificación con el Dios del AT. A diferencia de algunos eruditos que creen que el título se tomó prestado de cultos paganos, las evidencias en Hechos, Corintios y Apocalipsis demuestran que pertenece a la esencia más antigua de la confesión cristiana. El Jesús crucificado y resucitado es el Señor que le devolverá al Padre el mundo juzgado y redimido (1Co 15:28), y Él es el Señor eterno por sobre toda la humanidad (Rom 14:9).
Los seres humanos como señores
La palabra hebrea adon se utiliza más de 300 veces en el AT para referirse a amos humanos o como término respetuoso hacia alguien de igual rango y condición. Adon se emplea para los dueños de esclavos (Gén 24:14; Gén 24:27; Gén 39:2; Gén 39:7, traducido “señor” y “amo”), para los reyes como amos de sus súbditos (Isa 26:13, “señores”) y para un esposo como señor de la esposa (Gén 18:12).
En el NT, el griego kurios se usa para designar a alguien que ejerce autoridad sobre otra persona. También sirve como término para expresar respeto (Mat 21:29-30; Hch 25:26). Kurios (Señor) también es un título de honorabilidad que a veces se traduce “señor” y expresa el respeto y la reverencia con que los siervos saludan a sus amos (Mat 13:27; Luc 13:8; Luc 14:22). Lo empleaba un hijo cuando se dirigía a su padre (Mat 21:30); cualquier persona que deseaba honrar a un hombre distinguido (Mat 8:2; Mat 8:6; Mat 8:8; Mat 15:27; Mar 7:28; Luc 5:12); los discípulos al saludar a Jesús, su maestro y señor (Mat 8:25; Mat 16:22; Luc 9:54; Jua 11:12). Ver Cristo; Dios; Espíritu Santo; Jesús; Mesías; Rabí; Resurrección.

Dale Ellenburg