Significado de SUFRIMIENTO Según La Biblia | Concepto y Definición

SUFRIMIENTO Significado Bíblico

¿Qué Es SUFRIMIENTO En La Biblia?

Las causas del sufrimiento humano
Las Escrituras afirman que el sufrimiento es inevitable en un mundo caído (Gén 3:14-19; Sal 10:1-18; Sal 22:1-31; Sal 38:1-22; Sal 90:1-17; Mar 13:12-13; Jua 16:33; Hch 14:22). En realidad, los cristianos pueden llegar a sufrir más que los incrédulos (Rom 6:1-14; Rom 8:35-39; 1Co 12:26; 1Ts 2:14; 2Ti 3:10-12; 1Pe 4:1-14; Apo 2:10). Las experiencias de sufrimiento se dividen en tres categorías: sufrimiento causado por limitaciones físicas (enfermedad, dolor físico y psicológico, depresión y enfermedad mental), por desastres naturales (tormentas, incendios, inundaciones y terremotos), y por acciones humanas (daño infringido a uno mismo o a otros, individual o colectivamente).
Al enfrentar el sufrimiento, los personajes bíblicos formularon importantes preguntas. Una es: “¿Por qué el Dios verdadero permite el mal y el sufrimiento?” La Biblia enseña en cuanto a sus causas y enuncia varias explicaciones. No obstante, algunos casos no se aclaran y las Escrituras no ofrecen explicación exhaustiva. Las razones y los propósitos de Dios trascienden el conocimiento humano finito, y no siempre podemos comprender el sufrimiento. Algunos acontecimientos siguen siendo un misterio. A veces, debemos confiar en Dios aunque no entendamos (Job 42:2-3; Isa 55:8-9; Hab 2:2-4). No tendremos respuestas completas hasta llegar a la eternidad (Jua 14:1-3; Rom 8:18; 1Co 2:9; 1Co 15:1-58; 2Co 4:16-18; 1Ts 4:13-18; Apo 21:4-5).
Una causa del sufrimiento es el pecado (Sal 7:12-16; Ose 8:7; Rom 2:3-6; Gál 6:7-8; Stg 1:13-15). El mal uso del don divino de la libertad, comenzando con la caída de Adán y Eva y siguiendo con todas las personas, trae aparejadas consecuencias devastadoras (Gén 3:14-19; Rom 3:23; Rom 5:12-21; Rom 6:23). El pecado puede desencadenar sufrimiento (Sal 1:1-6; Jer 31:29-30; Eze 18:2-4), tanto en forma individual o colectiva (Jos 7:1-12; 2Re 17:7-24; Amó 1:3-15; Amó 2:1-16). No obstante, la presunción de que el sufrimiento es siempre resultado del pecado es incorrecta (Job 4:1-21; Job 5:1-27; Job 42:7-8; Luc 13:1-5; Jua 9:1-3). Algunos males y sufrimientos trascienden la depravación humana y son causados por Satanás y sus fuerzas demoníacas (Job 1:9-12; Job 2:6; Luc 9:38-42; Luc 13:16; Hch 10:38; 2Co 12:7-9; Efe 6:10-13). Si bien el sufrimiento se infiltra en la creación de Dios y tergiversa el bien por el mal, nada escapa al control soberano de Dios (2Sa 14:14; Amó 3:6; Isa 45:7; Rom 8:28-39).
Una segunda razón es que Dios envía o permite sufrimiento para enseñarnos, disciplinarnos y hacernos madurar. Cuando sufrimos recordamos nuestras limitaciones y aprendemos a confiar pacientemente en Dios (Jue 2:21-23; Jue 3:1-6; Job 1:9-12; Sal 66:10; Mal 3:3; Rom 5:3-5; Rom 8:28; 1Pe 5:10; 1Co 9:24-27; 2Co 12:7-10). Él disciplina a los que ama; su disciplina es una señal de amor y no de ira (Sal 94:12; Pro 3:11-12; 1Co 11:32; Heb 12:3-13). El sufrimiento no se debe recibir con angustia ni sentimiento de derrota sino con regocijo porque conduce a la madurez y a un carácter piadoso (Stg 1:2-12; 1Pe 1:6-9).
El sufrimiento de los creyentes
Una de las metas de la existencia humana no es evitar el sufrimiento sino tener devoción por las cosas de Dios. El sufrimiento puede ser redentor o vicario (Ose 1:1-11; Ose 2:1-23; Ose 3:1-5; Isa 53:1-12; 2Co 1:3-12; 1Pe 3:18). José se dio cuenta de que su sufrimiento condujo a la bendición de su pueblo, de modo que, a pesar de que en sí no fue bueno, podía producir un bien mayor (Gén 50:15-21; Rom 8:28). Cristo ejemplificó el sufrimiento vicario en la crucifixión (Mat 16:21; Luc 24:44-48; 1Co 15:1-4; Heb 2:9-10; Heb 9:24-28). Los creyentes pueden participar de Su sufrimiento (Mat 5:11-12; Mar 13:7-9; Luc 9:22-26; Hch 5:38-41; Rom 8:17-18; 2Co 1:5-11; 2Co 4:7-18; Flp 1:19-29; Flp 3:8-11; 1Ts 1:4-8; 1Pe 4:12-14).
Otra pregunta es: “¿Por qué Dios permite que el justo sufra?” El injusto en ocasiones prospera y el recto a veces sufre (Sal 73:2-12; Jer 12:1-4; Mal 3:13-15). Job era un hombre justo pero sufrió una gran catástrofe. Sin embargo, a través de su sufrimiento, continuó sirviendo a Dios (Job 1:21). En el ámbito nacional, Habacuc pregunta por qué Dios permite que una nación impía derrote a otra más justa (Hab 1:12-13). Cuando David se dio cuenta de las consecuencias eternas de la injusticia, reafirmó la bondad y la justicia de Dios (Sal 73:1-28).
Los creyentes no deberían sufrir con resignación sino con esperanza (Sal 39:7-13; Sal 73:15-28; 1Co 15:57-58; 2Co 4:16-18; 1Ts 4:16-18; 1Pe 5:8-11). A través de la esperanza en la resurrección, los cristianos pueden soportar con actitud victoriosa y no derrotados ni desesperados (Jua 16:33; Rom 5:1-16; Rom 8:17-39). Las promesas y la presencia de Dios encaminan hacia el futuro al que sufre, con la confianza de que Dios redimirá hasta el peor sufrimiento. La solución final para este, recién llega en el cielo (Apo 21:4-5). Los cristianos experimentan el cuidado de Dios aun en medio del sufrimiento. Él escucha y responde las oraciones que piden fortaleza en medio del dolor (Sal 23:1-6; Sal 66:13-20; Sal 102:1-17; Mar 11:22-24; Heb 4:14-16). Por más doloroso que sea el sufrimiento, es solo una sombra comparado con la gloria venidera (Rom 8:17-18).

Steve W. Lemke