Significado de VASIJAS Y UTENSILIOS Según La Biblia | Concepto y Definición

VASIJAS Y UTENSILIOS Significado Bíblico

¿Qué Es VASIJAS Y UTENSILIOS En La Biblia?

Implementos o recipientes utilizados comúnmente en, por ejemplo, el servicio del templo o las tareas del hogar. Guardaban productos secos o líquidos. En la Biblia se mencionan una cantidad de vasijas y otros utensilios.
Materiales de las vasijas
Las vasijas de los tiempos bíblicos se hacían de una variedad de materiales. En épocas tan tempranas como el 3000 a.C., plateros y orfebres en todo el Cercano Oriente fabricaban copas y tazones de metales preciosos. Estos se utilizaban para el servicio religioso (Núm 7:13; Núm 7:19; 1Cr 28:17; 2Cr 4:8; Esd 1:9-10; Esd 8:27) o por personas de gran riqueza o autoridad (Gén 44:2). También se conocían las vasijas de cobre y de bronce (Éxo 27:3; Lev 6:28).
En las tierras bíblicas se ha hallado platería en abundancia. Aunque palacios y templos a menudo tenían vasijas de oro y plata, el material más común para la platería era una aleación de cobre y estaño denominada bronce. El cobre puro se usaba poco.
Muchos recipientes, tanto grandes como pequeños, se hacían de piedra. El alabastro se tallaba y se pulía fácilmente. Se lo apreciaba especialmente para guardar perfumes (Mat 26:7; Mar 14:3-4; Luc 7:37). Según los escritos rabínicos, los recipientes de piedra no eran susceptibles a la contaminación ritual. Por lo tanto, en los tiempos del NT en Jerusalén existía una extensa industria para la fabricación de una variedad de vasijas de piedra. Las excavaciones realizadas en ese lugar han suministrado muestras de todo tipo y tamaño, desde tinajas grandes de piedra (Jua 2:6) hechas en un torno hasta copas talladas a mano. Para la época del NT, el vidrio se estaba comenzando a utilizar ampliamente para jarras y botellas.
Los canastos de juncos eran recipientes económicos para transportar cosas y, a veces, para almacenaje. Las botellas para agua o vino frecuentemente se hacían de pieles de animales (Jos 9:4; Jos 9:13; Jue 4:19; 1Sa 1:24; 1Sa 10:3; 2Sa 16:1; Neh 5:18; Job 32:19; Sal 119:83; Mat 9:17; Mar 2:22; Luc 5:37). Dichos recipientes de cuero eran populares entre los pueblos nómadas por su durabilidad.
La madera se usaba para fabricar arcones y tazones para almacenaje. Los arcones se hacían clavando planchas de madera, mientras que los tazones se obtenían ahuecando las piezas de madera. En Egipto se han hallado más recipientes de madera debido, en parte, a que el clima es más apto para su conservación que en otras partes de Medio Oriente.
El material más popular para vasijas era la arcilla, que se caracterizaba por ser económica y fácil de conseguir (Núm 5:17; Jer 32:14). La alfarería más antigua, que se inició antes del 5000 a.C., estaba hecha a mano y, en cierta manera, de modo rudimentario. Aunque este tipo de alfarería continuó, en la época de los israelitas predominaba la fabricada con un torno especial.
La abundancia de alfarería y el gran conocimiento que había del proceso de manufactura, proporcionó lecciones objetivas para entender verdades espirituales. Isaías se refirió varias veces al alfarero y sus productos. Comparó la furia de los instrumentos escogidos de Dios con un alfarero que pisa la arcilla (Isa 41:25). Israel se compara con la vasija de un alfarero que, una vez que se quiebra, no deja ningún fragmento utilizable (Isa 30:14). Para Isaías, la obra del alfarero demostraba la soberanía del Creador (Isa 45:9). Pablo usó la misma analogía para señalar un aspecto de la elección (Rom 9:20-21): el alfarero puede hacer la clase de vasija que desee. Jeremías también relacionó de manera alegórica al alfarero y su obra con Dios, quien moldeó a Su pueblo Israel (la arcilla) y tiene la capacidad para remodelar un producto dañado (Jer 18:1-6). El profeta utilizó una vasija de barro terminada para anunciar el destino de Jerusalén, la cual, al igual que la vasija, sería irremediablemente destruida (Jer 19:1-2; Jer 10:1-25; Jer 11:1-23).
Los fragmentos o tiestos de una vasija de alfarería quebrada son extremadamente duros (comp. Job 41:30) y, por lo tanto, permanecen indefinidamente. Se encuentran en grandes cantidades en todo montículo o tel arqueológico del Cercano Oriente y eran bastante conocidos entre los personajes bíblicos. Job, por ejemplo, usaba un tiesto para rascarse las llagas (Job 2:8). Los tiestos servían siempre como símbolos de la sequía (Sal 22:15) y como remanentes inútiles (Isa 30:14). Ver Alfarería; Vidrio.
Tipos de vasijas
El AT a veces se refiere a la alfarería mediante un término genérico que se traduce “vaso de barro” (Lev 6:28; Lev 11:33; Lev 14:5; Lev 14:50; Núm 5:17; Jer 32:14). Solamente dos tipos de vasijas se designan específicamente como piezas de alfarería, “vasijas de barro” (Lam 4:2; Jer 19:1). Sin embargo, otras vasijas comunes mencionadas en la Biblia probablemente también hayan sido de barro. Los términos, especialmente en el caso del AT, no son completamente claros y se traducen de diferentes maneras.
Una de las formas más comunes y elementales de alfarería era el tazón. Los tazones o vasijas grandes para mezclar y servir (Éxo 24:6; Cnt 7:2; Isa 22:24), a los que los arqueólogos denominan “kráteres”, generalmente tenían asas durante el período israelita. Una palabra hebrea diferente identifica tazones similares, quizás más pequeños (Jue 5:25; Jue 6:38). Los tazones para rociar (Núm 7:84-85) comúnmente eran de metal. Una palabra genérica para tazón designa las vasijas de plata que se utilizaban en la dedicación del altar (Núm 7:84). El “plato” principal (2Re 21:13; Pro 19:24; Pro 26:15; Mat 26:23) de las comidas era, en realidad, un tazón sin asas de tamaño mediano. Era lo suficientemente grande como para cocinar (2Cr 35:13). Los modelos más pequeños se utilizaban con otros propósitos (2Re 2:20). Los platos no se comenzaron a usar con continuidad hasta la época del NT. Las copas en el sentido moderno también eran virtualmente desconocidas en los tiempos del AT. Tres palabras hebreas que se traducen así (Gén 40:11; Isa 51:17; Isa 51:22; Jer 35:5; Zac 12:2) se refieren a tazones pequeños. La “copa” de plata de José (Gén 44:2; Gén 44:12; Gén 44:16-17) probablemente haya sido un tazón o un cáliz. Las copas del NT (Luc 11:39) continuaron teniendo el aspecto de un tazón y eran de diversos tamaños.
Una artesa especial con forma de tazón se utilizaba para amasar el pan (Éxo 8:3; Éxo 12:34; Deu 28:5; Deu 28:17). Otros tazones especiales servían como braseros para mantener el carbón (Zac 12:6). Las lámparas en el AT eran esencialmente tazones para aceite en cuyos bordes afinados se sostenían las mechas. En la época del NT, las lámparas (Mat 25:1) constaban de dos partes que formaban un tazón cubierto con una abertura en el centro a la que se le agregaba un pico hecho a mano. Ver Lámparas, candelero.
“Olla” en el AT (Éxo 16:3; 2Re 4:38-41; Job 41:20; Job 41:31) es generalmente la traducción de varias palabras hebreas que designan utensilios para cocinar. En la época pre-israelita eran similares a tazones profundos sin asas. Las ollas israelitas durante el período de la monarquía generalmente tenían dos asas y eran más cerradas. También se desarrolló una forma más aglobada con un cuello corto y una boca más pequeña. Las ollas de cocina en el NT eran similares pero más pequeñas y más delicadas, con asas delgadas como correas. Las ollas requerían un tipo de arcilla que se templaba con diversos materiales de grava a fin de soportar la dilatación producida por el calor extremo y el enfriamiento. Se fabricaban de diversos tamaños muy parecidas a las de la actualidad.
Otra vasija típica básica de la antigüedad era la tinaja, un jarrón alto y ovalado o con forma de pera que generalmente tenía dos o cuatro asas. La parte superior se cubría con un tiesto de forma apropiada o con un tapón de arcilla. Las vasijas se utilizaban para almacenar harina (1Re 17:14) o para transportar y guardar elementos líquidos tales como el agua (Mar 14:13; Jua 4:28). Para guardar aceite se usaba una vasija más pequeña (2Re 4:2). A menudo las tinajas se diseñaban para contener medidas determinadas. Una medida común en el período del AT consistía en dos batos cuyas dimensiones promediaban en 60 cm (25 pulgadas) de alto y 40 cm (16 pulgadas) de diámetro. Las tinajas típicas tenían bases redondeadas, casi puntiagudas y se colocaban en soportes, en agujeros en tablas de madera o se las enterraba en el suelo blando. Una clase especial tenía la forma de un cilindro sin asas pero con un borde acanalado.
Algunas copas o jarros (1Re 14:3; Jer 19:1; Jer 19:10; Jer 35:5) eran más pequeños que las tinajas y generalmente tenían un asa en el cuello o al costado. Había algunos con cuellos anchos y otros estrechos. Los primeros probablemente tenían un borde afinado que formaba un pequeño pico. Una variedad de jarro era el frasco del peregrino, una botella achatada con dos asas iguales a ambos lados de un cuello delgado que funcionaba como una cantimplora. Es probable que Saúl haya utilizado uno (1Sa 26:11-12), pero la misma palabra hebrea (1Re 17:14) se puede referir a una jarra más pequeña. Los arqueólogos que trabajan en la Tierra Santa están muy familiarizados con los jarritos con cuerpo redondeado u oblongo, una sola asa y cuello y abertura pequeños. Se usaban para sacar líquido de vasijas más grandes y para guardar aceite (1Sa 10:1; 2Re 9:3). El NT los menciona como recipientes para almacenar aceite (Mat 25:4) y, los hechos de alabastro, para guardar perfume (Mat 26:7).
Para la época en que Roma había conquistado Palestina en el 63 a.C., apareció un nuevo tipo de vasija cilíndrica con bordes angulares o redondeados. Tenía una base circular y un borde apto para colocar una tapa. Este tipo de vasija era excelente para guardar elementos sólidos, especialmente rollos. Los famosos Rollos del Mar Muerto estuvieron guardados durante casi 2000 años en estos recipientes delicadamente esculpidos.
Utensilios
En el AT se utiliza a menudo una palabra genérica correspondiente a “utensilios” que alude a los elementos de oro y bronce que se usaban en el servicio del tabernáculo (Éxo 25:39; Éxo 27:3; Éxo 27:19; Éxo 30:27-28). Estos incluían despabiladeras, bandejas, paletas, tinajas, tazones, tenedores, sartenes, garfios y artículos semejantes. La misma palabra se utiliza para referirse a los utensilios que se usaban en el servicio del templo (1Cr 9:28-29; 2Cr 24:14-19; Jer 27:18-21) y para los artículos del hogar (1Re 10:21; 2Cr 9:20).
Los utensilios comunes de la casa incluían elementos de cocina. En tiempos del AT, el grano se molía a mano (Éxo 11:5; Isa 47:2) utilizando molinos que generalmente estaban hechos de basalto, una roca volcánica dura con muchas cavidades que formaban bordes cortantes naturales. En el mundo romano del NT eran comunes los ejemplos de molinos de piedra. Los que tenían piedras pesadas y altas (Mat 18:6; Mar 9:42; Luc 17:2; Apo 18:21) requerían de animales o de dos personas (Mat 24:41) para hacerlos funcionar. Las tareas de machacar y triturar se hacían con un mortero y un pisón (Núm 11:8; Pro 27:22). Ver Cocinar y calentar.
Los utensilios para comer por lo general no se hallan en las excavaciones y es probable que estuvieran hechos de madera. Los cuchillos (Gén 22:6; Jue 19:29; Pro 30:14) para diversos propósitos eran de piedra (Jos 5:2-3), cobre, bronce o hierro. Ver Arqueología y estudios bíblicos. Herramientas.

Daniel C. Browning (h) y Mike Mitchell