Significado de VIENTO Según La Biblia | Concepto y Definición

VIENTO Significado Bíblico

¿Qué Es VIENTO En La Biblia?

Fuerza natural que, en su significado más amplio, representa el aliento de vida en los seres humanos y el poder creador y de llenura de Dios y de Su Espíritu.
Conceptos iniciales
Dos palabras de la Biblia, la hebrea ruach y la griega pneuma, contienen el significado básico de viento, pero a menudo se traducen como espíritu. Comprender el trasfondo aclara esta transferencia de significado y enriquece el concepto.
Pneuma originariamente representaba un viento o aliento elemental, vital y dinámico. Era un poder eficaz pero pertenecía al reino de la naturaleza. Esta fuerza indicaba cualquier clase de viento y abarcaba desde una brisa suave hasta una tormenta violenta o una emanación fatal de vapor. Era el viento que las personas y los animales respiraban. Era la vida, ya que el aliento era señal de estar vivo. Era el alma, puesto que la fuerza animadora desaparecía cuando cesaba la respiración.
Al hablar en sentido metafórico, pneuma podía llegar a referirse a una clase de aliento que soplaba desde ámbitos invisibles; por lo tanto, podía designar al espíritu, una señal de la influencia divina sobre las personas, y la fuente de una relación entre la humanidad y lo divino. En la mitología primitiva, este viento cósmico poseía un poder creador de vida, y una deidad podía engendrar a un hijo con su aliento. El aliento divino también inspiraba a los poetas y concedía discursos extáticos a los profetas.
En todas estas reflexiones, el viento continuaba siendo una fuerza impersonal y natural. No obstante, cuando entramos al ámbito de la perspectiva judeocristiana, el concepto y los términos conservan sus características dinámicas pero se elevan de un poder cósmico a un ser personal.
Antiguo Testamento
En el AT, el significado principal de la palabra ruach es viento. Existe la brisa suave (Sal 78:39), el viento tormentoso (Isa 32:2), el torbellino (2Re 2:11), y el viento abrasador (Sal 11:6). Los vientos de las montañas y del mar hacia el norte y el oeste provocaban lluvia y tormenta (1Re 18:43-45; Éxo 10:19; Eze 1:4); los que venían del desierto del sur y del este a veces podían ser suaves pero, con más frecuencia, abrasaban la tierra y secaban la vegetación (Gén 41:6). Al venir de distintas direcciones geográficas, al viento se lo identificaba con esas direcciones que aluden a los cuatro extremos o cuadrantes de la tierra o del cielo (Jer 49:36; Eze 37:9).
Las teofanías o manifestaciones de Dios a menudo se asociaban con el viento. Dios le respondió a Job desde un torbellino (Job 38:1), y los cuatro seres vivientes se le aparecieron a Ezequiel en medio de un fuerte viento del norte (Eze 1:4).
El viento era símbolo de transitoriedad (Sal 78:39 “soplo”), de esfuerzo inútil (Ecl 1:14 LBLA) y de desesperación (Job 6:26). Más importante aún, se lo consideraba una fuerza poderosa a la que solo Dios podía gobernar (Jer 10:13). El viento hacía lo que Dios le indicaba (Sal 104:4), y está tan íntimamente asociado a la voluntad divina que se habla del viento de Dios que sopló sobre el mar para cubrir los carros de Faraón (Éxo 15:10), o mediante el cual congeló los ríos (Job 37:10) y marchitó la grama (Isa 40:7).
El viento también es aliento de vida en los seres humanos (Gén 2:7). Cuando el aliento entra, da vida (Eze 37:5-7) y cuando se quita, la persona muere (Sal 104:29, “hálito”). El aliento que provoca la muerte, al ser quitado, se identifica como aliento de Dios (Job 34:14-15). Este mismo aliento del Todopoderoso es el espíritu de sabiduría y de conocimiento de una persona (Job 32:8). Cuando ruach se utiliza con referencia a la voluntad, el intelecto y las emociones, o cuando se lo relaciona con Dios, el significado a menudo se amplía pasando de viento a espíritu (Isa 40:13). Por lo tanto, el Sal 51:1-19 usa ruach tres veces cuando alude al espíritu firme, dispuesto y quebrantado del salmista, y una vez cuando habla del Espíritu Santo de Dios (vv. Sal 51:10-12; Sal 51:17). Las opiniones a veces difieren en cuanto a si el significado se expresa mejor al traducir la palabra “viento” (aliento) o “espíritu” cuando se refiere específicamente al ruach de Dios.
Nuevo Testamento
Dios hace a Sus ángeles vientos (Heb 1:7 BJL, TLA, DHH “espíritus”) y “con el aliento de su boca” el Señor Jesús destruirá a los impíos (2Ts 2:8).
Después de la experiencia de Pentecostés, el significado extendido se ha tornado dominante, y pneuma generalmente se refiere al ser interior de una persona (a diferencia del cuerpo) con el cual el Espíritu de Dios se comunica y se combina para regenerar y santificar a los creyentes, conformándolos dentro del cuerpo de Cristo (Jua 3:5-8; Rom 8:14-16; 1Co 12:7-13; Gál 5:16-23). En cada uno de estos significados ampliados aún se puede detectar como base la imagen del viento (pneuma) que sopla donde quiere (Jua 3:8). Ver Espíritu.