Significado de ÉXODO Según La Biblia | Concepto y Definición

ÉXODO Significado Bíblico

¿Qué Es ÉXODO En La Biblia?

Nombre para la huida de Israel de la esclavitud en Egipto y su viaje hacia la Tierra Prometida bajo el liderazgo de Moisés. Histórica y teológicamente, este es el suceso más importante del AT. Más de cien veces en diferentes lugares del AT, con excepción de la literatura sapiencial, se proclama a Jehová como “quien los sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”. Israel recordaba el éxodo como la poderosa acción de Dios para redimirlos. Lo celebraba en sus credos (Deu 26:5-9; 1Sa 12:6-8). Lo cantaba durante sus cultos de adoración (Sal 78:1-72; Sal 105:1-45; Sal 106:1-48; Sal 114:1-8; Sal 135:1-21; Sal 136:1-26). Los profetas constantemente le recordaban al pueblo que la elección y el pacto estaban estrechamente vinculados con el éxodo (Isa 11:16; Jer 2:6; Jer 7:22-25; Eze 20:6; Eze 20:10; Ose 2:15; Amó 2:10; Amó 3:1; Miq 6:4; Hag 2:5). En el AT significaba para Israel lo que la muerte y la resurrección de Cristo era para los cristianos en el NT. Del mismo modo que Israel conmemoraba su liberación de la esclavitud egipcia en la fiesta de la Pascua, los cristianos conmemoran su redención del pecado en la celebración de la Cena del Señor (Luc 22:1-20; 1Co 11:23-26).
Historicidad
El único relato explícito del éxodo está en la narración bíblica (Éxo 1:1-22; Éxo 2:1-25; Éxo 3:1-22; Éxo 4:1-31; Éxo 5:1-23; Éxo 6:1-30; Éxo 7:1-25; Éxo 8:1-32; Éxo 9:1-35; Éxo 10:1-29; Éxo 11:1-10; Éxo 12:1-51; Éxo 13:1-22; Éxo 14:1-31; Éxo 15:1-27). No hay testimonios extrabíblicos que hablen directamente de la estadía de los antepasados de Israel en la tierra del Nilo. Sin embargo, fuentes egipcias sí confirman la situación general que encontramos al final del Génesis y al comienzo del libro de Éxodo. Hay muchas referencias de fuentes egipcias acerca de pueblos nómadas llamados habiru, que llegaban a Egipto desde el este huyendo de la hambruna. Evidencias extrabíblicas en Egipto indican que este país usó mano de obra esclava en proyectos de edificación (Éxo 1:11). En un momento, la tierra de Egipto estaba repartida entre muchos terratenientes; pero después del reinado de los hicsos, los faraones se apropiaron de la mayor parte de la tierra y los campesinos se convirtieron en siervos del rey (Gén 47:20). Los estudiosos del AT aceptan la historicidad esencial del éxodo.
Naturaleza del acontecimiento
Algunos eruditos consideran el éxodo como la liberación milagrosa del pueblo de Dios de las garras del ejército del faraón en el Mar Rojo. Otros lo ven como la huida a través de un extendido páramo y un desierto abrasador de una pequeña y heterogénea banda de esclavos de zonas fronterizas. Algunos otros argumentan que el tipo de lenguaje militar del relato del éxodo indica que el acontecimiento fue una escaramuza. Dicho lenguaje tal vez sea el de una guerra santa.
La Biblia afirma que el éxodo fue obra de Dios. Él desplegó las plagas sobre Egipto (Éxo 7:1-5). El milagro en el mar nunca fue tratado como un hecho natural o como la victoria de Israel por sí sola. En los registros más antiguos que evocan este evento, María exclamó: “Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (Éxo 15:21).
Elementos tanto maravillosos como cotidianos contribuyeron al acontecimiento más grandioso del AT. Lo natural y lo sobrenatural se combinan para recrear la liberación divina. El éxodo es al mismo tiempo milagroso e histórico. Un aire de misterio envuelve este hecho, como sucede con todo acontecimiento milagroso. A pesar de las referencias temporales en 1Re 6:1 y en Jue 11:26, todavía se debate cuándo exactamente ocurrió el éxodo. En lugar de esta fecha de siglo XV a.c. , muchos eruditos lo ubican durante el siglo XIII a.c. cuando reinaba Ramsés II. No sabemos con precisión dónde ocurrió, ya que el término hebreo tal vez haya querido decir “Mar Rojo”, tal como lo conocemos ahora, o uno de sus afluentes, o “mar de los juncos”, cuya ubicación se desconoce. No sabemos quiénes ni cuántos participaron. El registro deja claro que Dios liberó a Israel en virtud de su pacto con los patriarcas y porque deseaba redimir a Su pueblo (Éxo 6:2-8).
La fecha del éxodo
La Biblia no ofrece una fecha incontrovertible. En 1Re 6:1 dice: “En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová”. Aunque este versículo se refiere principalmente al comienzo de la edificación del templo de Salomón y solo de manera general a la época del éxodo, hace referencia a un éxodo en el siglo XV a.c. Un problema es que se calcula el cuarto año del reinado de Salomón de manera indirecta. Primero, se menciona al rey Acab en una inscripción extrabíblica que establece que dicho rey luchó en una coalición de ejércitos contra los asirios en la batalla de Qarqar (aprox. 853 a.c.). Segundo, los reinados de los reyes israelitas comienzan a sumarse remontándose en el tiempo hasta llegar al reinado de Salomón. Dejando un margen para cálculos contradictorios del año de asunción en Israel al norte y en Judá, y para corregencias superpuestas y demás, se manejan varias fechas posibles para el comienzo del reinado de Salomón. No obstante, las cronologías que compiten para determinar el comienzo del reinado de Salomón no difieren en más de una década (970; 967; 966; 961 a.c.). El cuarto año del reinado de Salomón podría ubicarse en cualquier momento entre el 966 y el 957 a.c. De modo que aun sin una cifra precisa para el comienzo de su reinado, la Biblia parece afirmar como fecha del éxodo un año entre 1446 y 1437 a.c. La fecha más antigua aceptada comúnmente (entre conservadores) es el 1446 a.c.
Se han presentado tres objeciones importantes a esta conclusión.
(1) Pitón y Ramesés. Éxo 1:11 dice que los israelitas en Egipto edificaron las ciudades de almacenamiento en Pitón y Ramesés. Se declara que el nombre “Ramesés” no se usó hasta el tiempo del nuevo imperio (aprox. 1300 a.c. y siguientes). Sin embargo, la respuesta conservadora es que el editor posterior del Pentateuco probablemente haya usado estos dos últimos nombres para aclarárselo a la audiencia de su época (del mismo modo que un historiador moderno diría que Guillermo el Conquistador cruzó el “Canal de la Mancha”, lo que es claramente un anacronismo).
(2) El período de 480 años. Esto se ha tomado como un lapso simbólico (12 generaciones de 40 años cada una; posiblemente en relación a la genealogía de Aarón hasta Sadoc en 1Cr 6:3-8). Sin embargo, no hay una razón definitoria para que este número sea simbólico. Aparece expresado así solo en 1Re 6:1, y la continuación del versículo especifica el momento exacto de la fundación del templo en el cuarto año del reinado de Salomón. Otro problema surge cuando se suman todos los años desde Éxodo hasta 1 Samuel. Esto suma alrededor de 550 años, pero se puede explicar superponiendo el período de algunos jueces y otros factores. Según el juez Jefté, en ese momento Israel ya había ocupado la tierra de Canaán unos 300 años. Esto impide un éxodo/conquista tardío que solo deja un lapso de 200 años para el período de los jueces (Jue 11:26).
(3) La evidencia arqueológica para una conquista en el siglo XIII. Debido a la escasez de evidencias y a las interpretaciones en conflicto sobre la fecha, no existe hoy un consenso en cuanto a la entrada de Israel a la tierra de Canaán. Actualmente hay tres teorías relevantes sobre el surgimiento de Israel como nación que van del siglo XIII al siglo IX a.c. La primera, siguiendo el modelo de Allbright, presenta la conquista en el siglo XIII. En segundo lugar, hay diferentes enfoques del surgimiento/asentamiento nómada en la región central de Canaán alrededor del siglo XIII. Estos modelos tratan de tomar seriamente en cuenta la falta de fechas de la conquista y la contradicción de evidencias culturales mixtas en la región montañosa central durante la Edad de Bronce tardía (aprox. 1200 a.c.). En tercer lugar, están aquellos que usan la escasez de datos para minimizar la historicidad del texto bíblico y así aferrarse a una fecha como el siglo IX para indicar el comienzo de la nación de Israel con Omri/Acab. En cuanto a los datos, la Estela de Mernepta (aprox. 1220 a.c.) indica que Israel ya estaba en Canaán para esta fecha, pero esto no impide una fecha anterior. Los datos de Laquis, Bet-el, Azor, Debir y demás podrían interpretarse como respaldo para ubicar la conquista en el siglo XIII, pero algunos de estos niveles de destrucción podrían atribuirse a la época de los jueces. El análisis de Bryan Woods de la evidencia de Jericó ha demostrado que era correcta la interpretación original de John Garstang en cuanto a un nivel temprano (aprox. 1400 a.c.) de la destrucción de Jericó. El último análisis de Woods de las excavaciones de un equipo italiano en Jericó indica que la muralla de protección alrededor de esta ciudad fue construida y destruida durante la última parte del período de Bronce I. Esta es una evidencia adicional para establecer una fecha temprana para la destrucción (y conquista) de Jericó, como así también para una fecha temprana para el éxodo. La identificación de Hai con Et-Tell ha demostrado no ser concluyente debido a que el sitio no existía ni en la fecha temprana ni en la tardía. Sin embargo, el sitio de Khirbet el-Maqatir, excavado por Bryan Woods y Garry Byers, sí existía cerca de allí a fines de la Edad de Bronce y podría ser el Hai bíblico. Se ha refutado el estudio de Transjordania realizado por Nelson Glueck, donde llega a la conclusión de que no existían evidencias de edomitas, moabitas ni tribus nómadas como para que los israelitas se toparan con ellas en la fecha temprana. El estudio de Transjordania de Maxwell Miller (específicamente de la meseta moabita) ha demostrado que hay evidencia de tribus nómadas a través de los períodos de tiempo en cuestión para ambas fechas del éxodo. Ver Pitón y Ramesés.
El faraón del éxodo
El faraón del éxodo está directamente ligado a la interpretación de los datos para establecer la fecha del éxodo/conquista. Si se toma la fecha tardía del éxodo (aprox. 1270 a.c.), el faraón de la opresión tal vez haya sido Seti I, y el faraón del éxodo Ramsés II (1304–1237 a.c.). Sin embargo, si se toma la fecha temprana del éxodo (aprox. 1446 a.c.), el faraón de la opresión fue Tutmosis III, y el faraón del éxodo fue Amenhotep II (1450–1425 a.c.). Ninguna de estas fechas tiene evidencia cronológica concluyente, lo que lleva a muchos a determinar que el éxodo/conquista no ocurrió o que ocurrió en etapas. Si bien hay evidencia conflictiva, no existen razones concretas para contradecir el año 1446 a.c. como fecha del éxodo como se indica en la Biblia. En textos antiguos, Amenhotep II se describe como un guerrero poderoso y un faraón bélico que dirigió varias campañas contra Canaán y que luego, abruptamente, cesó su actividad militar. El padre de Amenhotep II, Tutmosis III, fue uno de los faraones más poderosos y más ricos de la dinastía XVIII. Egipto estaba en la cúspide de su poderío y bienestar cuando Amenhotep II accedió al trono y se convirtió en el faraón del éxodo. Aunque no es concluyente, la estela del sueño de Tutmosis IV, hijo y sucesor de Amenhotep II, indica que Tutmosis IV no fue el primogénito de Amenhotep II, una posible alusión a la décima plaga que afectó a los primogénitos de Egipto.
La cantidad de personas en el éxodo
En nuestras Biblias en español, Éxo 12:37 dice que “partieron los hijos de Israel de Ramasés a Sucot, con seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños”. Por diversos motivos (aprovisionamiento de agua y de víveres en el Sinaí; evidencia de sepulturas, etcétera) los eruditos actuales traducen la palabra hebrea “mil” como “clan o unidad militar”. Esto da como resultado una reducción drástica de la cantidad de israelitas en el éxodo como así también en el resto del AT. Sin embargo, deben admitir que esta traducción no se puede utilizar de manera constante en el AT porque algunos números son más específicos. Núm 1:46 establece más específicamente que Dios le ordenó a Moisés hacer un censo en el segundo año del éxodo de Egipto y que los hombres aptos para la guerra sumaban 603.550. No es inusual que se usen números redondos en ciertas ocasiones, tanto en la Biblia como en el antiguo Cercano Oriente, pero esto no significa que los números redondos carezcan de historicidad o de veracidad. Justo antes de entrar en la Tierra Prometida, en Núm 26:1-65, Dios le ordenó a Moisés que realizara un censo después de la plaga causada por la inmoralidad con las mujeres moabitas. Los israelitas contaron 601.730 hombres en pie de guerra (Núm 26:51) de más de 20 años de edad (Núm 1:3). Las diferencias entre las cifras de Éxo 12:1-51 y de Núm 26:1-65 podrían atribuirse al fallecimiento de las personas de más edad debido tanto a la voluntad divina como a causas naturales, y también a un aumento producto de los nuevos nacimientos en los primeros 20 de los 40 años de peregrinaciones en el Desierto de Sinaí. Algunos eruditos evitan grandes cantidades específicas al dividir las cifras en dos partes (donde los miles son unidades/clanes militares y los cientos son el número real de hombres), pero este método se derrumba cuando vemos en Núm 1:46 (603.550) 603 unidades militares o clanes pero un total de solo 550 hombres. Si las estadísticas son correctas en cuanto a que esos hombres de más de veinte años representan aprox. el 25% de la población total, los israelitas sumaban mucho más de dos millones de personas, tanto al comienzo como al final del peregrinaje en el desierto.
El éxodo fue obra de Dios. Fue un hecho histórico donde participaron una nación sumamente poderosa y un pueblo oprimido. Dios actuó de manera redentora con poder, libertad y amor. Cuando el reino de Dios no llegaba, los profetas tardíos comenzaron a esperar un segundo éxodo. Esta expectativa se cumplió espiritualmente en la obra redentora de Cristo.

Ralph L. Smith y Eric Mitchell