¿Cómo Confiar En Dios En Medio de Los Conflictos Laborales?

«Todo tiene su tiempo» (Eclesiastés 3:1).

Cuando los despidos y la reducción de personal se presentan en nuestro ambiente laboral, casi siempre nos sentimos atemorizados, pensamos que la próxima persona en salir seremos nosotros. Seamos sinceros, nos acostumbramos a todo en nuestro ambiente de trabajo, amigos, jefes, horarios, estructuras, y queremos con el corazón que siga todo igual.

Deseamos que todo permanezca sin cambios y no pidan de nosotros nada más de lo que hemos hecho en años pasados. La verdad es que tenemos la necesidad de sentirnos estables y seguros, sin cambios o sorpresas. Piensa conmigo: «nadie en su buen censo se prepara para las tormentas de la inestabilidad, la incertidumbre o el desempleo».

Creo que si estuviéramos dispuestos a disminuir nuestras expectativas y ser más realistas, no estaríamos tan asustados cuando llegue este momento. Algo que aprendí en la vida es que las cosas pueden cambiar en 1 segundo. Es posible que sea por la muerte de un familiar, la perdida de un trabajo o tu salud. Aquí un principio de vida: Los cambios en la vida son a única constante. Y tienen el potencial de llevarte a grandes cosas o caerte como una piedra de 10 toneladas. La decisión es tuya y no olvides «Todo tiene su tiempo.»

La única verdad en la vida es que Jesucristo es nuestro puerto seguro, y es de sabios construir una relación fuerte con Él. Al fin y al cabo, Dios nunca dejará que dependas de algo que no sea Él.

El ejemplo viene de Elías, la Biblia dice: «Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra» (1 Reyes 17:6-7).

Elías pudo haber entrado en pánico, pero Dios no. «Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente» (vv. 8-9). Presta atención a lo que Dios acostumbraba proveer para Elías: cuervos, un arroyo y una viuda sin dinero. ¡Así que disfruta de tu trabajo, marca la diferencia, esfuérzate, da siempre la mejor de ti, pero nunca olvides depender únicamente de Dios!