1 CORINTIOS 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
En los tiempos que vivimos donde la competencia y la rivalidad inundan nuestro sistema; donde la gente es capaz de hacer lo que sea con tal de ascender a los lugares o posiciones más privilegiadas, hablar del pasaje de hoy pareciera algo fuera «de moda» pues nos recuerda que como cristianos ya no vivimos más para buscar nuestra propia gloria, o promoción, sino para darle la gloria a Dios en todo lo que hagamos.
Para que esto se haga realidad en nuestras vidas, debe suceder primero un quebrantamiento de nuestro ser interior para ya no desear buscar nuestra propia gloria.
Naturalmente a todos nos gustan los primeros lugares, el aplauso, reconocimiento y la gloria, pero el Reino de Dios está integrado por aquellos redimidos por la sangre de Cristo que han decidido voluntariamente, en todo lo que hagan en la vida, darle todo el crédito y la gloria al Señor. ¿Qué clase de gloria está usted buscando? ¿La suya propia o la gloria de Diosí
Ritchie Pugliese
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