A VECES ES MEJOR CALLAR

Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará… Pero ellos callaron, no le respondieron palabra, porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis (Isaías 36: 18ª, 21)

Los movimientos de subversión, pretenden destruir la resistencia de un Estado o poner en temor al pueblo, no mediante armas y guerras, sino con un discurso y propaganda alarmista y sensacionalista.

Es interesante meditar, en la historia y en las estrategias de los reyes para conquistar naciones. Aquí Senaquerib envía su portavoz, quien con soberbia da un discurso para persuadir a Israel a no confiar en el Señor; pero el pueblo calló y prefirió esperar que Dios actuará.

La llave de la profecía, hay que hallarla en la historia, y aquí está, como quien dice, colgada en la puerta misma… Aun cuando los tiestos de la tierra puedan alternar unos con otros, es inútil que se pongan a altercar con el alfarero (Romanos 9:20,21), según el autor Matthew.

Aquí hay la técnica de la subversión, la habilidad de la verdad que hace el tentador, la perfidia de Egipto, el fracaso de los dioses, su uso del ridículo, la amenaza, y la adulación, las perniciosas conclusiones de falsas religiones. La instrucción del rey, fue no responder; quien hablaba no buscaba la verdad sino la victoria. (Guthrie NCB 1985)

Tengamos mucho cuidado cuando alguien nos insulta, nos amenaza y trata de amedrentar para que no actuemos como cristianos, sino como impíos.

No le hagamos caso a satanás, de sus insinuaciones al pecado y de asustarnos para que no confiemos en Dios. Es mejor en forma silenciosa esperar en las promesas del Señor.

Recordemos frente al problema, a las pruebas y vicisitudes de la vida esperar quietos en el Señor y dejar que Él obre. Ore por nosotros.

ORACIÓN:

Señor en tus manos encomiendo mis problemas, dame sabiduría para callar frente a las insinuaciones del maligno.

Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir (Ap.1:4ª)Amén.  Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.(Ap22:20).Amén

Martha