¡Milagroso encuentro! Evangelista desafía a demonios compartiendo la Palabra de Dios

En una apasionante experiencia que dejó maravillados a muchos, el reconocido evangelista estadounidense Ray Comfort demostró su amor inquebrantable por las almas perdidas al compartir el Evangelio con una mujer que afirmaba hablar con demonios. Este valiente acto de fe nos recuerda el llamado de Jesús a llevar Su mensaje de salvación a todas las personas, sin importar cuán desafiante pueda parecer la situación.

Ray Comfort, conocido por su entrega y pasión por las almas, no se amedrentó al encontrarse con esta mujer que mostraba incredulidad hacia Jesús y afirmaba tener trato con fuerzas espirituales malignas. En lugar de retroceder, Ray se mantuvo firme, recordando que la perfección de Dios no admite imperfección, como nos enseña en Mateo 5:48: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto».

La conversación se desarrolló con sabiduría y paciencia, recordándonos las palabras de Proverbios 15:1: «La blanda respuesta quita la ira». Ray no buscaba confrontarla, sino que, con amor, mostró interés en conocer cómo la mujer escuchaba a sus «guías espirituales» y cómo era su vida espiritual. Esta actitud refleja el deseo de Dios de que todos los hombres sean salvos, como se menciona en 1 Timoteo 2:4: «El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad».

Ray explicó que confrontar a personas no arrepentidas solo las empeorará siete veces (Lucas 11:26), lo que evidencia su sabiduría y discernimiento para llevar a las personas a la reflexión sobre su necesidad de salvación. Así, citando las Escrituras, presentó los Diez Mandamientos para mostrar la necesidad de redención, tal como lo hizo Jesús en Marcos 10:18: «Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios».

La mujer, aunque no recibió a Jesús en ese momento, fue testigo de la semilla del Evangelio sembrada en su corazón. Esta valiente acción nos recuerda la importancia de obedecer el mandato de Jesús en Mateo 28:19-20: «Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado».

Como pastor, veo este testimonio como un desafío para todos nosotros. No debemos desanimarnos ante la incredulidad, sino ser valientes en compartir la verdad de la Palabra de Dios, sabiendo que Su mensaje tiene el poder de transformar corazones. Sigamos el ejemplo de Ray Comfort y permitamos que el amor y la verdad de Jesús brillen a través de nosotros, llevando esperanza y salvación a aquellos que necesitan escuchar Su mensaje. ¡Que este testimonio nos inspire a perseverar en la obra del Señor, confiando en que Su Palabra nunca volverá vacía (Isaías 55:11) y que Él es poderoso para salvar a todos los que creen (Romanos 1:16)!