¡Escándalo en el mundo cristiano! Condenan a Pastor por decir que la ideología LGBT es “diabólica”

En un juicio que ha conmocionado al país, el pastor Ricardo dos Santos, líder de la Casa de Oración de la Iglesia Evangélica, ha sido condenado por sus declaraciones incendiarias hacia la comunidad LGBT. La sentencia, emitida por el juez José Luis Pereira Andrade, del 3er Tribunal Acumulativo del Foro Lençóis Paulista, le ordena pagar una indemnización de USD 8,371 mil dólares por «daños morales colectivos».

Los hechos ocurrieron el 2 de agosto de 2021, cuando el pastor encabezó una marcha contra la ideología de género y la comunidad LGBT. Según la demanda, hizo declaraciones contrarias a la ideología de género y calificó a las personas LGBT como «trucos de Satanás, falsos y diabólicos». La demanda también señala que Santos afirmó que «Dios hizo al niño, niño y a la niña, niña», lo que se consideraba contenido transfóbico.

Para el Ministerio Público del Estado de São Paulo (MPSP), estas declaraciones son intolerantes y fomentan el sentimiento de ira y rechazo contra un grupo socialmente vulnerable.

Frente a las acusaciones, el pastor afirmó que el pasaje mencionado en la petición inicial no retrataba el verdadero contenido de su manifestación. Según él, solo estaba expresando el contenido de su fe, que sería un derecho garantizado por la Constitución.

El juez, sin embargo, refutó ese argumento, señalando que la libertad de religión y expresión no puede utilizarse como justificación para propagar el discurso de odio o incitar a la violencia. El magistrado destacó que hubo intención por parte del pastor, es decir, una clara intención de causar daño, y que sus declaraciones acentuaron aún más la vulnerabilidad de la comunidad LGBT, generando estigma.

Según lo informado por UOL, los abogados defensores del pastor declararon que publicó videos en las redes sociales explicando su posición bíblica. Sin embargo, el juez no aceptó estos argumentos, confirmando la decisión de sentencia. La sentencia representa una tendencia de persecución religiosa, amenazando la libertad de expresión y culto.

Mi opinión:

Como pastor, observo que estamos viviendo en tiempos que indican que nos encontramos en los últimos días, y posiblemente hayamos cruzado ese umbral con grandes avances. En la sociedad actual, se ha vuelto común llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo. Esta dinámica, citada por el profeta Isaías, se hace más evidente cada día. Es vital que, como siervos de Dios, permanezcamos fieles a Su Palabra y proclamemos la verdad con amor, aunque en ocasiones la verdad pueda chocar con ciertas mentalidades y comportamientos.

El pasaje de Isaías 5:20-21 es una advertencia contundente contra aquellos que tergiversan la verdad y promueven la maldad como algo bueno. Es un llamado a discernir entre lo que es luz y lo que es tinieblas, entre lo que es amargo y lo que es dulce. Como líderes espirituales, nuestra responsabilidad es guiar a nuestra iglesia a la comprensión y aplicación de la Palabra de Dios, aun cuando la verdad confronte el pecado en nuestras vidas.

El amor debe ser la base de nuestra predicación, pero eso no implica que debamos tolerar el pecado o comprometer la verdad. Es posible amar a las personas y a la vez denunciar el pecado, tal como hizo Jesús en su ministerio terrenal. Nuestra misión como pastores es presentar el mensaje de salvación y transformación a través de Jesucristo, para que las personas puedan experimentar el perdón, la redención y el poder del Espíritu Santo para vivir una vida en santidad.

Más aún, a medida que proclamamos la verdad de Dios, podemos enfrentar oposición y persecución, ya que la sociedad en la que vivimos se aleja cada vez más de los principios divinos. Pero, como iglesia de Dios, no debemos desanimarnos ni amedrentarnos ante las adversidades. Debemos prepararnos para enfrentar los desafíos con valentía y perseverancia, confiando en que Jesucristo vendrá pronto y establecerá Su reino de justicia y paz.

En estos tiempos violentos contra Dios y Su Palabra, sigamos siendo luces en medio de la oscuridad, compartiendo el mensaje del evangelio con amor y verdad. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca a medida que nos mantenemos firmes en la fe, preparándonos para el regreso glorioso de nuestro Señor Jesucristo.

Que la gracia y paz de Dios estén con todos nosotros.