Apocalipsis 5 - Biblia de Jerusalem 1976El rollo y el Cordero1. Vi también en la mano derecha del que está sentado en el trono = un libro, escrito por el anverso y el reverso, = sellado con siete sellos. 2. Y vi a un Ángel poderoso que proclamaba con fuerte voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y soltar sus sellos?» 3. Pero nadie era capaz, ni en el cielo ni en la tierra ni bajo tierra, de abrir el libro ni de leerlo. 4. Y yo lloraba mucho porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro ni de leerlo. 5. Pero uno de los Ancianos me dice: «No llores; mira, ha triunfado = el León = de la tribu = de Judá, el Retoño = de David; él podrá abrir el libro y sus siete sellos.» 6. Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un Cordero, como degollado; tenía siete cuernos y = siete ojos, = que son los siete Espíritus de Dios, = enviados a toda la tierra. = 7. Y se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. 8. Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. 9. Y cantan un cántico nuevo diciendo: «Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; 10. y has hecho de ellos para nuestro Dios = un Reino de Sacerdotes, = y reinan sobre la tierra.» 11. Y en la visión oí la voz de una multitud de Ángeles alrededor del trono, de los Vivientes y de los Ancianos. Su número era = miríadas de miríadas y millares de millares, = 12. y decían con fuerte voz: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» 13. Y toda criatura, del cielo, de la tierra, de debajo de la tierra y del mar, y todo lo que hay en ellos, oí que respondían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y potencia por los siglos de los siglos.» 14. Y los cuatro Vivientes decían: «Amén»; y los Ancianos se postraron para adorar. |