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sábado, agosto 17, 2024
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    Hechos 8 - Biblia de Jerusalem 1976

    Saulo persigue a la iglesia

    1. Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.

    2. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él.

    3. Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel.

    Predicación del evangelio en Samaria

    4. Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra.

    5. Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo.

    6. Habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, encontraron a un mago, un falso profeta judío, llamado Bar Jesús,

    7. que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente. Este hizo llamar a Bernabé y Saulo, deseoso de escuchar la Palabra de Dios.

    8. Pero se les oponía el mago Elimas - pues eso quiere decir su nombre - intentando apartar al procónsul de la fe.

    9. En la ciudad había ya de tiempo atrás un hombre llamado Simón que practicaba la magia y tenía atónito al pueblo de Samaria y decía que él era algo grande.

    10. Y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y decían: «Este es la Potencia de Dios llamada la Grande.»

    11. Le prestaban atención porque les había tenido atónitos por mucho tiempo con sus artes mágicas.

    12. Entonces, viendo lo ocurrido, el procónsul creyó, impresionado por la doctrina del Señor.

    13. Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Pero Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén,

    14. Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.

    15. Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: «Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.»

    16. Pablo se levantó, hizo señal con la mano y dijo: «Israelitas y cuantos teméis a Dios, escuchad:

    17. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.

    18. Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu, les ofreció dinero diciendo:

    19. después, = habiendo exterminado siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia = su tierra,

    20. Pedro le contestó: «Vaya tu dinero a la perdición y tú con él; pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero.

    21. En este asunto no tienes tú parte ni herencia, pues tu corazón no es recto delante de Dios.

    22. Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: = He encontrado a David, = el hijo de Jesé, = un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. =

    23. De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús.

    24. Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel.

    25. Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que vosotros os pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies.”

    Felipe y el etíope

    26. «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación.

    27. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado;

    28. y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le hiciera morir.

    29. Y cuando hubieron cumplido todo lo que referente a él estaba escrito, le bajaron del madero, y le pusieron en el sepulcro.

    30. Pero Dios le resucitó de entre los muertos.

    31. El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.

    32. «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la Promesa hecha a los padres

    33. Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús, como está escrito en los salmos: = Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. =

    34. Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la corrupción, lo tiene declarado: = Os daré las cosas santas de David, las verdaderas. =

    35. Por eso dice también en otro lugar: = No permitirás que tu santo experimente la corrupción. =

    36. Ahora bien, David, después de haber servido en sus días a los designios de Dios, murió, se reunió con sus padres y = experimentó la corrupción. =

    37. En cambio aquel a quien Dios resucitó, = no experimentó la corrupción. =

    38. «Tened, pues, entendido, hermanos, que por medio de éste os es anunciado el perdón de los pecados; y la total justificación que no pudisteis obtener por la Ley de Moisés

    39. la obtiene por él todo el que cree.

    40. Cuidad, pues, de que no sobrevenga lo que dijeron los Profetas: