Isaías 8 - Biblia de Jerusalem 1976Sea Jehová vuestro temor1. Yahveh me dijo: «Toma una placa grande, escribe en ella con buril: de Maher Salal Jas Baz, 2. y toma por fieles testigos míos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías.» 3. Me acerqué a la profetisa, que concibió y dio a luz un hijo, Yahveh me dijo: «Llámale Maher Salal Jas Baz, 4. pues antes que sepa el niño decir “papá” y “mamá”, la riqueza de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asur.» 5. Volvió Yahveh a hablarme de nuevo: 6. «Porque ha rehusado ese pueblo las aguas de Siloé que van de vagar y se ha desmoralizado ante Rasón y el hijo de Remalías, 7. por lo mismo, he aquí que el Señor hace subir contra ellos las aguas del Río embravecidas y copiosas. Desbordará por todos sus cauces, (el rey de Asur y todo su esplendor) invadirá todas sus riberas. 8. Seguirá por Judá anegando a su paso, hasta llegar al cuello. Y la envergadura de sus alas abarcará la anchura de tu tierra, Emmanuel. 9. Sabedlo, pueblos: seréis destrozados; escuchad, confines todos de la tierra; en guardia: seréis destrozados; en guardia: seréis destrozados. 10. Trazad un plan: fracasará. Decid una palabra: no se cumplirá. Porque con nosotros está Dios. 11. Pues así me ha dicho Yahveh cuando me tomó de la mano y me apartó de seguir por el camino de ese pueblo: 12. No llaméis conspiración a lo que ese pueblo llama conspiración, ni temáis ni tembléis de lo que él teme. 13. A Yahveh Sebaot, a ése tened por santo, sea él vuestro temor y él vuestro temblor. 14. Será un santuario y piedra de tropiezo y peña de escándalo para entrambas Casas de Israel; lazo y trampa para los moradores de Jerusalén. 15. Allí tropezarán muchos, caerán, se estrellarán y serán atrapados y presos. 16. Envuelve el testimonio, sella la enseñanza entre mis discípulos. 17. Aguardaré por Yahveh, el que vela su faz de la casa de Jacob, y esperaré por él. 18. Aquí estamos yo y los hijos que me ha dado Yahveh, por señales y pruebas en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, el que reside en el monte Sión. 19. Y cuando os dijeren: «Consultad a los nigromantes y a los adivinos que bisbisean y murmujean; ¿es que no consulta un pueblo a sus dioses, por los vivos a los muertos?»: 20. en pro de la enseñanza y el testimonio ¡Vaya si dirán cosa tal! Lo que no tiene provecho. 21. Pasará por allí lacerado y hambriento, y así que le dé el hambre, se enojará y faltará a su rey y a su Dios. Volverá el rostro a lo alto, 22. la tierra oteará, y sólo habrá cerrazón y negrura, lobreguez prieta y tiniebla espesa. |