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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Corintios 14 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion

    El hablar en lenguas

    1. Buscad la caridad; pero aspirad también a los dones espirituales, especialmente a la profecía.

    2. Pues el que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios. En efecto, nadie le entiende: dice en espíritu cosas misteriosas.

    3. Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación.

    4. El que habla en lenguas, se edifica a sí mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea.

    5. Deseo que habléis todos en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticéis. Pues el que profetiza, supera al que habla en lenguas, a no ser que también interprete, para que la asamblea reciba edificación.

    6. Y ahora, hermanos, supongamos que yo vaya a vosotros hablándoos en lenguas, ¿qué os aprovecharía yo, si mi palabra no os trajese ni revelación ni ciencia ni profecía ni enseñanza?

    7. Así sucede con los instrumentos musicales inanimados, como la flauta o la cítara. Si no dan distintamente los sonidos, ¿cómo se conocerá lo que toca la flauta o la cítara?

    8. Y si la trompeta no da sino un sonido confuso, ¿quién se preparará para la batalla?

    9. Así también vosotros: si al hablar no pronunciáis palabras inteligibles, ¿cómo se entenderá lo que decís? Es como si hablarais al viento.

    10. Hay en el mundo no sé cuánta variedad de lenguas, y ninguna carece de sentido.

    11. Mas si yo desconozco el sentido de una lengua seré un extranjero para el que me habla; y el que me habla, un extranjero para mí.

    12. Así pues, ya que aspiráis a los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la asamblea.

    13. Por tanto, el que habla en lenguas, pida el don de interpretarlas.

    14. Porque si oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi mente queda sin fruto.

    15. Entonces, ¿qué hacer? Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mente. Cantaré salmos con el espíritu, pero también los cantaré con la mente.

    16. Porque, si no bendices más que con el espíritu, ¿cómo dirá "amén" a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del simple fiel, pues no sabe lo que dices?

    17. ¡Cierto!, tu acción de gracias es excelente; pero el otro no se edifica.

    18. Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros;

    19. pero en la asamblea, prefiero decir cinco palabras con sentido, para instruir a los demás, que diez mil en lenguas.

    20. Hermanos, no seáis niños en mentalidad. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en mentalidad.

    21. Está escrito en la Ley: Por hombres de lenguas extrañas y por boca de extraños hablaré yo a este pueblo, y ni así me escucharán, dice el Señor.

    22. Así pues, las lenguas sirven de signo no para los creyentes, sino para los infieles; en cambio la profecía, no para los infieles, sino para los creyentes.

    23. Por ejemplo, si se reúne toda la asamblea y todos hablan en lenguas y entran en ella simples fieles o infieles, ¿no dirán que estáis locos?

    24. Por el contrario, si todos profetizan y entra un infiel o un simple fiel, será convencido por todos, juzgado por todos.

    25. Los secretos de su corazón quedarán al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorará a Dios confesando: Dios está verdaderamente entre vosotros.

    26. ¿Qué concluir, hermanos? Cuando os reunís, cada cual puede tener un salmo, una instrucción, una revelación, un discurso en lenguas, una interpretación; pero que todo sea para edificación.

    27. Si se habla en lenguas, que hablen dos, o a lo más, tres, y por turno; y que haya un intérprete.

    28. Si no hay quien interprete, guárdese silencio en la asamblea; hable cada cual consigo mismo y con Dios.

    29. En cuanto a los profetas, hablen dos o tres, y los demás juzguen.

    30. Si algún otro que está sentado tiene una revelación, cállese el primero.

    31. Podéis profetizar todos por turno para que todos aprendan y sean exhortados.

    32. Pero los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas,

    33. pues Dios no es un Dios de confusión, sino de paz. Como en todas la iglesias de los santos,

    34. las mujeres cállense en las asambleas; que no les está permitido tomar la palabra; antes bien, estén sumisas como también la Ley lo dice.

    35. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus propios maridos en casa; pues es indecoroso que la mujer hable en la asamblea.

    36. ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios? O ¿solamente a vosotros ha llegado?

    37. Si alguien se cree profeta o inspirado por el Espíritu, reconozca en lo que os escribo un mandato del Señor.

    38. Si no lo conoce, tampoco él es reconocido.

    39. Por tanto, hermanos, aspirad al don de la profecía, y no estorbéis que se hable en lenguas.

    40. Pero hágase todo con decoro y orden.