32.6 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Cantares 5 - Biblia de Jerusalem 3-Edicion

    1. He entrado en mi huerto, hermana y novia mía, a cosechar mi mirra y mi bálsamo, a comer de mi miel y mi panal, a beber de mi vino y de mi leche. ¡Comed, amigos, bebed, queridos, embriagaos!

    El tormento de la separación

    2. Yo dormía, velaba mi corazón. ¡La voz de mi amado que llama!: "¡Ábreme, hermana, amiga mía, paloma mía sin tacha! Mi cabeza está cubierta de rocío, mis bucles del relente de la noche."

    3. - "Me he quitado la túnica, ¿cómo ponérmela de nuevo? Ya me he lavado los pies, ¿cómo volver a mancharlos?"

    4. ¡Mi amado metió la mano por el hueco de la cerradura; mis entrañas se estremecieron.

    5. Me levanté para abrir a mi amado, mis manos destilaban mirra, mirra goteaban mis dedos, en el pestillo de la cerradura.

    6. Abrí yo misma a mi amado, pero mi amado se había marchado. El alma se me fue con su huida. Lo busqué y no lo hallé, lo llamé y no respondió.

    7. Me hallaron los centinelas, los que rondan la ciudad. Me golpearon, me hirieron, me despojaron del chal los guardias de las murallas.

    8. Yo os conjuro, muchachas de Jerusalén, si encontráis a mi amado, ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.

    La esposa alaba al esposo

    9. ¿Qué distingue a tu amado de los otros, tú, la más bella de las mujeres? ¿Qué distingue a tu amado de los otros, para que así nos conjures?

    10. Mi amado es moreno claro, distinguido entre diez mil.

    11. Su cabeza es oro, oro puro; sus guedejas, racimos de palmera, negras como el cuervo.

    12. Sus ojos como palomas a la vera del arroyo, que se bañan en leche, posadas junto al estanque.

    13. Sus mejillas, eras de balsameras, macizos de perfumes. Sus labios son lirios con mirra que fluye.

    14. Sus manos, torneadas en oro, engastadas de piedras de Tarsis. Su vientre, pulido marfil, todo cubierto de zafiros.

    15. Sus piernas, columnas de alabastro, asentadas en basas de oro. Su porte es como el Líbano, esbelto como sus cedros.

    16. Su paladar, dulcísimo, todo él un encanto. Así es mi amado, mi amigo, muchachas de Jerusalén.