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    Isaías 49 - Biblia de Jerusalén 1998

    Israel, siervo de Jehová

    1. ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahvé desde el seno materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.

    2. Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.

    3. Me dijo: "Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré."

    4. Pues yo decía: "Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahvé se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?"

    5. Ahora, pues, dice Yahvé, el que me plasmó desde el seno materno para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una. Mas yo era glorificado a los ojos de Yahvé, mi Dios era mi fuerza.

    6. "Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob, y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra."

    7. Así dice Yahvé, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al esclavo de los dominadores: Veránlo reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán por respeto a Yahvé, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido.

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    8. Así dice Yahvé: En tiempo favorable te escucharé, y en día nefasto te asistiré. Yo te formé y te he destinado a ser alianza del pueblo, para levantar la tierra, para repartir las heredades desoladas,

    9. para decir a los presos: "Salid", y a los que están en tinieblas: "Mostraos". Por los caminos pacerán y en todos los calveros tendrán pasto.

    10. No tendrán hambre ni sed, ni les dará el bochorno ni el sol, pues el que tiene piedad de ellos los conducirá, y a manantiales de agua los guiará.

    11. Convertiré todos mis montes en caminos, y mis calzadas serán levantadas.

    12. Mira: Éstos vienen de lejos, esos otros del norte y del oeste, y aquéllos de la tierra de Sinín.

    13. ¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de alegría, pues Yahvé ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido.

    14. Pero dice Sión: "Yahvé me ha abandonado, el Señor me ha olvidado."

    15. - ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.

    16. Míralo, en las palmas de mis manos te tengo tatuada, tus muros están ante mí perpetuamente.

    17. Apresúrense los que te reedifican, y salgan de ti los que te arruinaron y demolieron.

    18. Alza en torno los ojos y mira: todos ellos se han reunido y han venido a ti. ¡Por mi vida! - oráculo de Yahvé - que con todos ellos como con velo nupcial te vestirás, y te ceñirás con ellos como una novia.

    19. Porque tus ruinas y desolaciones y tu tierra arrasada van a ser ahora demasiado estrechas para tanto morador, y se habrán alejado tus devoradores.

    20. Todavía te dirán al oído los hijos de que fuiste privada: "El lugar es estrecho para mí. Cédeme sitio para alojarme."

    21. Y dirás para ti misma: "¿Quién me ha dado a luz a éstos? Pues yo había quedado sin hijos y estéril, desterrada y aparte; y a éstos ¿quién los crió? He aquí que yo había quedado sola; pues éstos ¿dónde estaban?"

    22. Así dice el Señor Yahvé: He aquí que yo voy a alzar hacia las gentes mi mano, y hacia los pueblos voy a levantar mi bandera; traerán a tus hijos en brazos, y tus hijas serán llevadas a hombros.

    23. Reyes serán tus tutores, y sus princesas, nodrizas tuyas. Rostro en tierra se postrarán ante ti, y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy Yahvé; no se avergonzarán los que en mí esperan.

    24. ¿Se arrebata al valiente la presa, o se escapa el prisionero del guerrero?

    25. Pues así dice Yahvé: Sí, al valiente se le quitará el prisionero, y la presa del guerrero se le escapará; con tus litigantes yo litigaré, y a tus hijos yo salvaré.

    26. Haré comer a tus opresores su propia carne, como con vino nuevo, con su sangre se embriagarán. Y sabrá todo el mundo que yo, Yahvé, soy el que te salva, y el que te rescata, el Fuerte de Jacob.