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jueves, julio 18, 2024
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    Isaías 52 - Biblia de Jerusalén 1998

    Dios librará del cautiverio a Sion

    1. ¡Despierta, despierta! ¡Revístete de tu fortaleza, Sión! ¡Vístete tus ropas de gala, Jerusalén, Ciudad Santa! Porque no volverán a entrar en ti incircuncisos ni impuros.

    2. Sacúdete el polvo, levántate, cautiva Jerusalén. Líbrate de las ligaduras de tu cerviz, cautiva hija de Sión.

    3. Porque así dice Yahvé: De balde fuisteis vendidos, y sin plata seréis rescatados.

    4. Sí, así dice el Señor Yahvé: A Egipto bajó mi pueblo en un principio, a ser forastero allí, y luego Asiria le oprimió sin motivo.

    5. Y ahora, ¿qué voy a hacer aquí - oráculo de Yahvé -, pues mi pueblo ha sido arrebatado sin motivo? Sus dominadores profieren gritos - oráculo de Yahvé -, y todo a lo largo del día mi nombre es blasfemado.

    6. Por eso mi pueblo conocerá mi nombre en aquel día, y comprenderá que yo soy el que decía: "Aquí estoy."

    7. ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios"!

    8. ¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahvé a Sión.

    9. Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque ha consolado Yahvé a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén.

    10. Ha desnudado Yahvé su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.

    11. ¡Apartaos, apartaos, salid de allí! ¡Cosa impura no toquéis! ¡Salid de en medio de ella, manteneos limpios, portadores del ajuar de Yahvé!

    12. Pues sin prisa habréis de salir, no iréis a la desbandada, que va al frente de vosotros Yahvé, y os cierra la retaguardia el Dios de Israel.

    Sufrimientos del Siervo de Jehová

    13. He aquí que prosperará mi Siervo, será enaltecido, levantado y ensalzado sobremanera.

    14. Así como se asombraron de él muchos - pues tan desfigurado tenía el aspecto que no parecía hombre, ni su apariencia era humana -,

    15. otro tanto se admirarán muchas naciones; ante él cerrarán los reyes la boca, pues lo que nunca se les contó verán, y lo que nunca oyeron reconocerán.