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    Jeremías 10 - Biblia de Jerusalén 1998

    Los falsos dioses y el Dios verdadero

    1. Oíd la palabra que os dedica Yahvé, oh casa de Israel.

    2. Así dice Yahvé: Al proceder de los gentiles no os habituéis, ni de los signos celestes os espantéis. ¡Que se espanten de ellos los gentiles!

    3. Porque las costumbres de los gentiles son vanidad: un madero del bosque, obra de manos del maestro que con el hacha lo cortó,

    4. con plata y oro lo embellece, con clavos y a martillazos lo sujeta para que no se menee.

    5. Son como espantajos de pepinar, que ni hablan. Tienen que ser transportados, porque no andan. No les tengáis miedo, que no hacen ni bien ni mal.

    6. No hay como tú, Yahvé; grande eres tú, y grande tu Nombre en poderío.

    7. ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Porque a ti se te debe eso. Porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos sus reinos no hay nadie como tú.

    8. Todos a la par son estúpidos y necios: lección de madera la que dan los ídolos.

    9. Plata laminada, de Tarsis importada, y oro de Ofir; hechura de maestro y de manos de platero (de púrpura violeta y escarlata es su vestido): todos son obra de artistas.

    10. Pero Yahvé es el Dios verdadero; es el Dios vivo y el Rey eterno. Cuando se irrita, tiembla la tierra, y no aguantan las naciones su indignación.

    11. (Así les diréis: "Los dioses que no hicieron el cielo ni la tierra serán exterminados de la tierra y de debajo del cielo.")

    12. Él es quien hizo la tierra con su poder, el que fundó el orbe con su saber, y con su inteligencia expandió los cielos.

    13. Cuando da voces, hay estruendo de aguas en los cielos, y hace subir las nubes desde el extremo de la tierra. Él hace los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.

    14. Todo hombre es torpe para comprender, se avergüenza del ídolo todo platero, porque sus estatuas son una mentira y no hay espíritu en ellas.

    15. Vanidad son, cosa ridícula; al tiempo de su visita perecerán.

    16. No es así la "Parte de Jacob", pues él es el plasmador del universo, y aquel cuyo heredero es Israel; Yahvé Sebaot es su nombre.

    Asolamiento de Judá

    17. Recoge del suelo tu mercancía, oh tú, que estás sitiada,

    18. porque así dice Yahvé: He decidido lanzar con honda a los moradores del país - ¡esta vez va de veras!- y hundirlos en la angustia, de modo que den conmigo.

    19. - "¡Ay de mí, qué quebranto!, ¡cómo me duele la herida! Y yo que decía: "Sólo es un sufrimiento, y me lo aguantaré".

    20. Mi tienda ha sido saqueada, y todos mis tensores arrancados. Mis hijos me han dejado, ya no queda ninguno. No hay quien despliegue ya mi tienda ni quien ice mis toldos."

    21. - Es que han sido torpes los pastores y no han buscado a Yahvé; así no obraron cuerdamente, y toda su grey fue dispersada.

    22. ¡Se oye un rumor!, ¡ya llega!: un gran estrépito del país del norte, para trocar las ciudades de Judá en desolación, guarida de chacales.

    23. Yo sé, Yahvé, que no depende del hombre su camino, que el que anda no decide la rectitud de sus pasos.

    24. Corrígeme, Yahvé, pero con tino, no con tu ira, no sea que me quede en poco.

    25. Vierte tu cólera sobre las naciones que te desconocen, y sobre los linajes que no invocan tu Nombre. Porque han devorado a Jacob hasta consumirlo, lo han devorado y su mansión han desolado.