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domingo, agosto 18, 2024
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    Jeremías 31 - Biblia de Jerusalén 1998

    1. En aquel tiempo - oráculo de Yahvé - seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo.

    2. Así dice Yahvé: Halló gracia en el desierto el pueblo que se libró de la espada: va a su descanso Israel.

    3. De lejos Yahvé se me apareció. Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti.

    4. Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; aún volverás a tener el adorno de tus adufes, y saldrás a bailar entre gentes festivas.

    5. Aún volverás a plantar viñas en los montes de Samaría: (plantarán los plantadores, y disfrutarán).

    6. Pues habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraín: "¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahvé, el Dios nuestro!"

    7. Pues así dice Yahvé: Dad hurras por Jacob con alegría, y gritos por la capital de las naciones; hacedlo oír, alabad y decid: "¡Ha salvado Yahvé a su pueblo, al Resto de Israel!"

    8. Mirad que yo los traigo del país del norte, los recojo de los confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una. Gran asamblea vuelve acá.

    9. Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un padre, y Efraín es mi primogénito.

    10. Oíd la palabra de Yahvé, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: "El que dispersó a Israel lo reunirá y lo guardará cual un pastor su hato."

    11. Porque ha rescatado Yahvé a Jacob, y lo ha redimido de la mano de otro más fuerte.

    12. Vendrán y darán hurras en la cima de Sión, y acudirán al regalo de Yahvé: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y serán como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos.

    13. Entonces se alegrará la doncella en el baile, los mozos y los viejos juntos, y cambiaré su duelo en regocijo, los consolaré y aliviaré su tristeza;

    14. saciaré de enjundia a los sacerdotes, mi pueblo se hartará de mis bienes - oráculo de Yahvé -.

    15. Así dice Yahvé: En Ramá se escuchan ayes, lloro amarguísimo. Raquel que llora por sus hijos, que rehúsa consolarse - por sus hijos - porque no existen.

    16. Así dice Yahvé: Reprime tu voz del lloro y tus ojos del llanto, pues tus penas tendrán recompensa - oráculo de Yahvé -: volverán de tierra hostil,

    17. y hay esperanza para tu futuro - oráculo de Yahvé -: volverán los hijos a su territorio.

    18. Bien he oído a Efraín lamentarse: "Me corregiste y corregido fui, cual becerro no domado. Hazme volver y volveré, pues tú, Yahvé, eres mi Dios.

    19. Porque luego de desviarme, me arrepiento, y luego de darme cuenta, me golpeo el pecho, me avergüenzo y me confundo luego, porque aguanto el oprobio de mi mocedad."

    20. ¿Es un hijo tan caro para mí Efraín, o niño tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no ha de faltarme - oráculo de Yahvé -.

    21. Plántate hitos, ponte jalones de ruta, presta atención a la calzada, al camino que anduviste. Vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas ciudades.

    22. ¿Hasta cuándo darás rodeos, oh díscola muchacha? Pues ha creado Yahvé una novedad en la tierra: la Mujer ronda al Varón.

    23. Así dice Yahvé Sebaot, el Dios de Israel: Todavía dirán este refrán en tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver a sus cautivos: "¡Bendígate Yahvé, oh estancia justa, oh monte santo!"

    24. Y morarán allí Judá y todas sus ciudades juntamente, los labradores y los que trashuman con el rebaño,

    25. porque yo refrescaré la garganta reseca y saciaré todo cuerpo macilento.

    26. En esto, me desperté y vi que mi sueño era sabroso para mí.

    El nuevo pacto

    27. Van a llegar días - oráculo de Yahvé - en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y ganados.

    28. Entonces, del mismo modo que anduve presto contra ellos para extirpar, destruir, arruinar, perder y dañar, así andaré respecto a ellos para reconstruir y replantar - oráculo de Yahvé -.

    29. En aquellos días no dirán más: "Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren de dentera";

    30. sino que cada uno por su culpa morirá: quienquiera que coma el agraz tendrá la dentera.

    31. Van a llegar días - oráculo de Yahvé - en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza;

    32. no como la alianza que pacté con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos - oráculo de Yahvé -.

    33. Sino que ésta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días - oráculo de Yahvé -: pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

    34. Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: "Conoced a Yahvé", pues todos ellos me conocerán, del más chico al más grande - oráculo de Yahvé -, cuando perdone su culpa y de su pecado no vuelva a acordarme.

    35. Así dice Yahvé, el que da el sol para alumbrar el día, y gobierna la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el mar y hace bramar sus olas, cuyo nombre es Yahvé Sebaot.

    36. Si fallaren estas normas en mi presencia - oráculo de Yahvé -, también la prole de Israel dejaría de ser una nación en mi presencia a perpetuidad.

    37. Así dice Yahvé: Si fueren medidos los cielos por arriba, y sondeadas las bases de la tierra por abajo, entonces también yo renegaría de todo el linaje de Israel por todo cuanto hicieron - oráculo de Yahvé -.

    38. Van a llegar días - oráculo de Yahvé - en que será reconstruida la ciudad de Yahvé desde la torre de Jananel hasta la Puerta del Ángulo;

    39. y volverá a salir la cuerda de medir toda derecha hasta la cuesta de Gareb, y torcerá hasta Goá,

    40. y toda la hondonada de los Cuerpos Muertos y de la Ceniza, y toda la Campa del Muerto hasta el torrente Cedrón, hasta la esquina de la Puerta de los Caballos hacia oriente será sagrado de Yahvé: no volverá a ser destruido ni dado al anatema nunca jamás.