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    Job 34 - Biblia de Jerusalén 1998

    Eliú justifica a Dios

    1. Elihú retomó su discurso:

    2. Escuchad, sabios, mis palabras, prestadme atención los doctos,

    3. que el oído distingue las palabras lo mismo que la boca los sabores.

    4. Distingamos, pues, lo que es justo, sepamos entre todos lo que es bueno.

    5. Job ha dicho: "Soy inocente, pero Dios me niega el derecho;

    6. me asiste el derecho y creen que miento, me hieren de muerte sin haber pecado".

    7. ¿Hay algún hombre como Job, que bebe el sarcasmo como agua,

    8. que se hace acompañar de malhechores y anda con gente malvada?

    9. ¿No dice: "Al hombre no aprovecha estar a buenas con Dios"?

    10. Escuchadme, pues, sensatos: ¡Lejos de Dios la maldad, la injusticia de Shaddai!

    11. Dios paga al hombre según sus obras, trata a cada cual según su conducta.

    12. Está claro que Dios no obra mal, que Shaddai no tuerce el derecho.

    13. ¿Quién le confió el cuidado de la tierra?, ¿quién le encargó de todo el universo?

    14. Si sólo prestase atención a sí mismo, si centrase en sí su espíritu y su aliento,

    15. toda carne a la vez moriría, el hombre al polvo volvería.

    16. Pero si sabes comprender, escucha, presta oído a mi voz y a mis palabras:

    17. ¿Podrá gobernar quien odia el derecho? ¿Vas a condenar al Justo supremo,

    18. capaz de llamar al rey "canalla", de tratar a los nobles de bandidos?

    19. No tiene preferencia por los príncipes, ni favorece al grande contra el débil, pues todos son obra de sus manos.

    20. Mueren de repente, en plena noche, la gente se agita y desaparece, el tirano es depuesto sin esfuerzo.

    21. Él vigila el camino del hombre, se da cuenta de todos sus pasos;

    22. no hay sombras ni espesa tiniebla que puedan ocultar al malhechor.

    23. Dios no asigna un plazo al hombre para comparecer a juicio ante él.

    24. Destruye al poderoso sin tener que indagar y a otros establece en su lugar;

    25. como conoce bien sus acciones, de noche los trastorna y pulveriza;

    26. los azota igual que a criminales, en la plaza pública los encadena,

    27. por no haber querido seguirle, por no entender sus designios,

    28. provocando ante Dios el grito del débil, haciéndole oír el grito del pobre.

    29. Si se queda inmóvil, ¿quién condenará?; si esconde su rostro, ¿quién lo verá? Pero él vela sobre hombres y países,

    30. para evitar que reine el impío, que el pueblo sea engañado.

    31. Si alguien dice a Dios: "Me arrepiento, ya no lo haré,

    32. lo que no veo, házmelo ver, si he obrado mal, no recaeré",

    33. ¿debería, según tú, castigar? ¡Pero tú rechazas su criterio! Dado que tú decides, y no yo, haznos partícipes de tu ciencia.

    34. Pero la gente sensata me dirá, lo mismo que los sabios que me escuchen:

    35. "No habla Job con sensatez, no son juiciosas sus palabras.

    36. Tenga a bien probarlo a fondo, pues responde igual que un malvado.

    37. A su pecado añade la rebeldía, entre nosotros siembra la duda, multiplica sus palabras contra Dios".