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    Jueces 5 - Biblia de Jerusalén 1998

    Cántico de Débora y de Barac

    1. Aquel día, Débora y Barac, hijo de Abinoán, entonaron este cántico:

    2. Cuando Israel se suelta la cabellera, cuando el pueblo se ofrece voluntario, ¡bendecid a Yahvé!

    3. ¡Escuchad, reyes! ¡Prestad oídos, príncipes! A Yahvé voy a cantar. Tocaré el salterio para Yahvé, Dios de Israel.

    4. Cuando saliste de Seír, Yahvé, cuando avanzaste por los campos de Edom, tembló la tierra, gotearon los cielos, las nubes en agua se fundieron.

    5. Los montes se licuaron delante de Yahvé, el del Sinaí, delante de Yahvé, el Dios de Israel.

    6. En los días de Sangar, hijo de Anat, en los días de Yael, no había caravanas; los que hollaban calzadas marchaban por senderos desviados.

    7. Vacíos en Israel quedaron los poblados, vacíos hasta tu despertar, oh Débora, hasta tu despertar, oh madre de Israel.

    8. Se elegían dioses nuevos; la guerra les llegaba hasta las puertas; ¡ni un escudo se ve ni una lanza para cuarenta mil en Israel!

    9. Mi corazón con los jefes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendecid a Yahvé!

    10. Los que cabalgáis en blancas asnas, los que os sentáis sobre tapices, los que vais por el camino, cantad,

    11. al clamor de los pregoneros del botín, junto a los abrevaderos. Allí se cantan los favores de Yahvé, los favores a sus poblados de Israel. (Entonces el pueblo de Yahvé bajó a las puertas).

    12. ¡Despierta, Débora, despierta! ¡Despierta, despierta, entona un cantar! ¡Animo! ¡Arriba, Barac! ¡Apresa a los que te apresaron, hijo de Abinoán!

    13. Entonces Israel bajó a las puertas, el pueblo de Yahvé bajó por él, como un héroe.

    14. Los principales de Efraín en el valle. Detrás de ti Benjamín entre tu gente. De Maquir han bajado capitanes, de Zabulón los que manejan cetro.

    15. Los jefes de Isacar están con Débora, y Neftalí, con Barac, en la llanura, lanzado tras sus huellas. En los arroyos de Rubén, grandes son las intenciones.

    16. ¿Por qué te has quedado en los corrales, escuchando los silbidos entre los rebaños? (En los arroyos de Rubén, grandes son las intenciones.)

    17. Allende el Jordán, Galaad se queda, y Dan, ¿por qué vive en naves extranjeras? Aser se ha quedado a orillas del mar, tranquilo en sus puertos mora.

    18. Zabulón es un pueblo que reta a la muerte, y Neftalí, en las alturas del país.

    19. Vinieron los reyes, combatieron, combatieron entonces los reyes de Canaán, en Tanac, en las aguas de Meguidó, mas no lograron botín de plata.

    20. Desde los cielos combatieron las estrellas, desde sus órbitas combatieron contra Sísara.

    21. El torrente Quisón los barrió, ¡el viejo torrente, el torrente Quisón! ¡Avanza, alma mía, con denuedo!

    22. Cascos de caballos sacuden el suelo: ¡galopan, galopan sus corceles!

    23. Maldecid a Meroz, dice el Ángel de Yahvé, maldecid, maldecid a sus moradores: pues no vinieron en ayuda de Yahvé, en ayuda de Yahvé como los héroes.

    24. ¡Bendita entre las mujeres Yael (mujer de Jéber el quenita), entre las mujeres que habitan en tiendas, bendita sea!

    25. Pedía agua, le dio leche, en la copa de los nobles le ofreció nata.

    26. Tendió su mano a la clavija, la diestra al martillo de los carpinteros. Hirió a Sísara, le partió la cabeza, le golpeó y le partió la sien;

    27. a sus pies se desplomó, cayó, durmió, a sus pies se desplomó, cayó; donde se desplomó, allí cayó, deshecho.

    28. A la ventana se asoma y atisba la madre de Sísara, por las celosías: "¿Por qué tarda en llegar su carro?; ¿por qué se retrasa el galopar de su carroza?

    29. La más discreta de sus princesas le responde; ella se lo repite a sí misma:

    30. "¡Será que han cogido botín y lo reparten: una doncella, dos doncellas para cada guerrero; botín de paños de colores para Sísara, botín de paños de colores; un manto, dos mantos bordados para mi cuello!"

    31. Así perezcan todos tus enemigos, ¡oh Yahvé! ¡Y sean los que te aman como el sol cuando sale en todo su fulgor! Y el país quedó tranquilo cuarenta años.