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miércoles, julio 17, 2024
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    Marcos 11 - Biblia de Jerusalén 1998

    La entrada triunfal en Jerusalén

    1. Cuando se aproximaban a Jerusalén, cerca ya de Betfagé y Betania, al pie del monte de los Olivos, envía a dos de sus discípulos,

    2. diciéndoles: "Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y no bien entréis en él, encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre. Desatadlo y traedlo.

    3. Y si alguien os dice: "¿Por qué hacéis eso?", decid: "El Señor lo necesita, y que lo devolverá en seguida"."

    4. Fueron y encontraron el pollino atado junto a una puerta, fuera, en la calle, y lo desataron.

    5. Algunos de los que estaban allí les dijeron: "¿Qué hacéis desatando el pollino?"

    6. Ellos les contestaron según les había dicho Jesús, y les dejaron.

    7. Traen el pollino ante Jesús, echaron encima sus mantos y se sentó sobre él.

    8. Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos.

    9. Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: "¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

    10. ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!"

    11. Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.

    Maldición de la higuera estéril

    12. Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre.

    13. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos.

    14. Entonces le dijo: "¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!" Y sus discípulos oían esto.

    Purificación del templo

    15. Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas

    16. y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo.

    17. Y les enseñaba, diciéndoles: "¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!"

    18. Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina.

    19. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.

    La higuera maldecida se seca

    20. Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz.

    21. Pedro, recordándolo, le dice: "¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca."

    22. Jesús les respondió: "Tened fe en Dios.

    23. Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá.

    24. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis.

    25. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas."

    26. [Mas si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas.]

    La autoridad de Jesús

    27. Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos,

    28. y le decían: "¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?"

    29. Jesús les dijo: "Os voy a preguntar una cosa. Respondedme y os diré con qué autoridad hago esto.

    30. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondedme."

    31. Ellos discurrían entre sí: "Si decimos: "Del cielo", dirá: "Entonces, ¿por qué no le creísteis?"

    32. Pero ¿vamos a decir: "De los hombres?"" Tenían miedo a la gente; pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta.

    33. Responden, pues, a Jesús: "No sabemos." Jesús entonces les dice: "Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto."