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    Salmos 119 - Biblia de Jerusalén 1998

    Excelencias de la ley de Dios Alef

    1. Alef. Dichosos los que caminan rectamente, los que proceden en la ley de Yahvé.

    2. Dichosos los que guardan sus preceptos, los que lo buscan de todo corazón;

    3. los que, sin cometer iniquidad, andan por sus caminos.

    4. Tú promulgaste tus ordenanzas, para que sean guardadas cabalmente.

    5. ¡Ojalá mis caminos estén firmes para poder guardar tus preceptos!

    6. No me veré entonces defraudado al mirar todos tus mandamientos.

    7. Te daré gracias con toda sinceridad cuando aprenda tus justas normas.

    8. Quiero observar tus preceptos, no me abandones del todo.

    Bet

    9. Bet. ¿Cómo purificará el joven su conducta? Observando tu palabra.

    10. Te busco de todo corazón, no me desvíes de tus mandatos.

    11. En el corazón guardo tu promesa, para no pecar contra ti.

    12. ¡Bendito seas, Yahvé, enséñame tus preceptos!

    13. Con mis labios he contado lo que dispone tu boca.

    14. Me recreo cumpliendo tus dictámenes más que en toda riqueza.

    15. Tus ordenanzas quiero meditar y fijarme en tu forma de actuar.

    16. Me deleito en tus preceptos, no olvido tu palabra.

    Guímel

    17. Guímel. Favorece a tu siervo y viviré, y así guardaré tu palabra.

    18. Abre mis ojos y contemplaré las maravillas de tu ley.

    19. Soy un forastero en la tierra, no me ocultes tus mandamientos.

    20. Me consumo todo deseando tus normas en todo tiempo.

    21. Tú has increpado a los soberbios, ¡malditos los que se apartan de tus mandatos!

    22. Aleja de mí oprobio y menosprecio, porque he guardado tus dictámenes.

    23. Aunque los nobles deliberen contra mí, tu siervo medita en tus preceptos.

    24. Tus dictámenes hacen mis delicias, tus preceptos son mis consejeros.

    Dálet

    25. Dálet. Estoy abatido en el polvo, hazme vivir por tu palabra.

    26. Te conté mi vida y me respondiste, enséñame tus preceptos.

    27. Indícame el camino hacia tus mandatos y meditaré en todas tus maravillas.

    28. Me deshago en lágrimas por la pena, sosténme conforme a tu palabra.

    29. Aléjame del camino de la mentira y dame la gracia de tu ley.

    30. He escogido el camino de la lealtad, me conformo a tus disposiciones.

    31. Me mantengo adherido a tus preceptos, no me confundas, Yahvé.

    32. Recorro el camino de tus mandatos, pues tú dilatas mi corazón.

    He

    33. He. Enséñame, Yahvé, el camino de tus preceptos, lo quiero recorrer como recompensa.

    34. Dame inteligencia para guardar tu ley y observarla de todo corazón.

    35. Llévame por la senda de tus mandatos, que en ella me siento complacido.

    36. Inclina mi corazón a tus dictámenes, y no a ganancias injustas.

    37. Aparta mis ojos de la vanidad, hazme vivir por tu palabra.

    38. Mantén a tu siervo tu promesa, que conduce a tu temor.

    39. Apártame el oprobio que me espanta, pues son buenas tus decisiones.

    40. Mira que anhelo tus ordenanzas, hazme vivir por tu justicia.

    Vau

    41. Vau. ¡Llegue a mí tu amor, Yahvé, tu salvación, conforme a tu promesa!

    42. Y daré respuesta al que me insulta, porque confío en tu palabra.

    43. No apartes de mi boca la palabra veraz, pues tengo esperanza en tus mandamientos.

    44. Observaré sin descanso tu ley, para siempre jamás.

    45. Y andaré por camino anchuroso, pues voy buscando tus ordenanzas.

    46. De tus dictámenes hablaré ante los reyes, y no tendré que avergonzarme.

    47. Me deleitaré en tus mandatos, que amo muchísimo.

    48. Tiendo mis manos hacia ti, medito en todos tus preceptos.

    Zain

    49. Zain. Recuerda la palabra dada a tu siervo, de la que has hecho mi esperanza.

    50. Éste es mi consuelo en mi miseria: que me da vida tu promesa.

    51. Los soberbios me insultan hasta el colmo, pero yo no me aparto de tu ley.

    52. Me acuerdo de tus normas de antaño, oh Yahvé, y me consuelo.

    53. Me arrebata el furor por los malvados, que abandonan tu ley.

    54. Tus preceptos son cantares para mí en mi mansión de forastero.

    55. Por la noche me acuerdo de tu nombre, Yahvé, quiero guardar tu ley.

    56. Ésta es mi tarea: guardar tus ordenanzas.

    Chet

    57. Jet. Mi porción es Yahvé. He decidido guardar tus palabras.

    58. Busco con anhelo tu favor, tenme piedad por tu promesa.

    59. He examinado mis caminos y vuelvo mis pasos a tus dictámenes.

    60. Me doy prisa, sin tardar, en observar tus mandamientos.

    61. Me envuelven las redes de los malvados, pero yo no olvido tu ley.

    62. Me levanto a medianoche a darte gracias, por la justicia de tus normas.

    63. Amigo soy de los que te temen y observan tus ordenanzas.

    64. De tu amor, Yahvé, está llena la tierra, enséñame tus preceptos.

    Tet

    65. Tet. Has sido generoso con tu siervo, oh Yahvé, conforme a tu palabra.

    66. Enséñame cordura y sabiduría, pues tengo fe en tus mandamientos.

    67. Antes de humillarme, me descarriaba, pero ahora cumplo tu palabra.

    68. Tú, que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos.

    69. Los soberbios me enredan con mentiras, pero guardo tus ordenanzas de corazón.

    70. Como de grasa se embota su corazón, pero yo me deleito en tu ley.

    71. Considero un bien ser humillado, para así aprender tus preceptos.

    72. Considero un bien la ley de tu boca, más que miles de monedas de oro y de plata.

    Yod

    73. Yod. Tus manos me han hecho y me han formado, instrúyeme para aprender tus mandamientos.

    74. Los que te temen me miran alegres, porque sé esperar en tu palabra.

    75. Sé, Yahvé, que son justas tus decisiones, que tú me humillas con lealtad.

    76. Que tu amor sea mi consuelo, según prometiste a tu siervo.

    77. Que me alcance tu ternura y viviré, porque tu ley es mi delicia.

    78. Queden confundidos los soberbios que me calumnian, pero yo medito en tus ordenanzas.

    79. Vuélvanse hacia mí los que te temen, los que conocen tus dictámenes.

    80. Sea mi corazón firme en tus preceptos, para que no quede avergonzado.

    Caf

    81. Kaf. Se consume mi ser en pos de tu salvación, espero en tu palabra.

    82. Se consumen mis ojos en pos de tu promesa: ¿Cuándo me consolarás?

    83. Aunque quede como un odre ahumado, no me olvido de tus preceptos.

    84. ¿Cuántos años vivirá aún tu siervo? ¿cuándo juzgarás a mis perseguidores?

    85. Los soberbios me han cavado fosas, los que van en contra de tu ley.

    86. Todos tus mandatos son verdad, me persiguen con mentira, ¡ayúdame!

    87. Poco falta porque me borren de la tierra, pero yo tus ordenanzas no abandono.

    88. Hazme vivir en nombre de tu amor, y guardaré el dictamen de tu boca.

    Lámed

    89. Lámed. Tu palabra, Yahvé, para siempre, firme está en los cielos.

    90. Tu verdad dura por todas las edades, tú asentaste la tierra, que persiste.

    91. Tu disposición conserva todo hasta hoy, pues todas las cosas están a tu servicio.

    92. De no haberme deleitado en tu ley, ya habría perecido en mi aflicción.

    93. Jamás olvidaré tus ordenanzas, con ellas me mantienes en vida.

    94. Tuyo soy, sálvame, pues busco tus ordenanzas.

    95. Los malvados me acechan para perderme, pero estoy atento a tus dictámenes.

    96. En todo lo perfecto he visto límites: ¡Pero qué inmenso tu mandamiento!

    Mem

    97. Mem. ¡Oh, cuánto amo tu ley! Todo el día la medito.

    98. Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos, porque es mío para siempre.

    99. Gano en sagacidad a mis maestros, porque medito tus dictámenes.

    100. Gano en cordura a los ancianos, porque guardo tus ordenanzas.

    101. Aparto mis pasos del mal camino, para guardar así tu palabra.

    102. Nunca me aparto de tus normas, porque así me instruyes tú.

    103. ¡Qué dulce me sabe tu promesa, más que la miel a mi boca!

    104. Con tus ordenanzas cobro inteligencia, por eso odio la senda del engaño.

    Nun

    105. Nun. Tu palabra es antorcha para mis pasos, luz para mi sendero.

    106. Lo he jurado y he de cumplirlo: guardar tus justas disposiciones.

    107. Estoy sobremanera humillado, Yahvé, dame la vida conforme a tu palabra.

    108. Acepta, Yahvé, los votos de mi boca, y hazme ver tu voluntad.

    109. Mi vida está en mis manos sin cesar, pero no olvido tu ley.

    110. Me tienden lazos los malvados, pero no me desvío de tus ordenanzas.

    111. Tus dictámenes son mi herencia perpetua, ellos son la alegría de mi corazón.

    112. Inclino mi corazón a cumplir tus preceptos, que son recompensa para siempre.

    Sámec

    113. Sámek. Aborrezco la doblez y amo en cambio tu ley.

    114. Tú eres mi escudo y mi refugio, yo espero en tu palabra.

    115. ¡Apartaos de mí, malvados, quiero guardar los mandamientos de mi Dios!

    116. Sosténme con tu promesa y viviré, no defraudes mi esperanza.

    117. Sé tú mi apoyo y estaré a salvo, y sin cesar me fijaré en tus preceptos.

    118. Rechazas a los que se apartan de tu voluntad, que utilizan la mentira en sus cálculos.

    119. Consideras escoria a los malvados de la tierra, por eso amo tus dictámenes.

    120. Tu terror me hace temblar, tengo miedo de tus juicios.

    Ayin

    121. Ain. Practico derecho y justicia, no me entregues a mis opresores.

    122. Sal fiador en favor de tu siervo, que no me opriman los soberbios.

    123. Mis ojos languidecen por tu salvación, por tu promesa de justicia.

    124. Trata a tu siervo según tu amor, enséñame tus preceptos.

    125. Soy tu siervo, hazme entender y aprenderé tus dictámenes.

    126. Ya es hora de actuar, Yahvé, se ha violado tu ley.

    127. También yo amo tus mandamientos, más que el oro, que el oro fino.

    128. También yo me guío por tus preceptos y aborrezco el camino de la mentira.

    Pe

    129. Pe. Tus dictámenes son maravillas, por eso los guarda mi alma.

    130. Al manifestarse, tus palabras iluminan, dando inteligencia a los sencillos.

    131. Abro bien mi boca y hondo aspiro, que estoy ansioso de tus mandatos.

    132. Vuélvete a mí y tenme piedad, como es justo con los que aman tu nombre.

    133. Afirma mis pasos en tu promesa, que no me domine ningún mal.

    134. Rescátame de la opresión humana, y yo tus ordenanzas guardaré.

    135. Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, y enséñame tus preceptos.

    136. Ríos de lágrimas vierten mis ojos, porque no se guarda tu ley.

    Tsade

    137. Sade. ¡Justo eres, Yahvé, y rectos tus juicios!

    138. Con justicia impones tus dictámenes, con colmada fidelidad.

    139. Mi celo me consume, pues mis adversarios olvidan tus palabras.

    140. Tu promesa es pura en extremo, y tu siervo la ama.

    141. Pequeño soy y despreciado, mas no olvido tus ordenanzas.

    142. Justicia eterna es tu justicia, verdad es tu ley.

    143. Aunque me alcancen angustia y opresión, tus mandamientos hacen mis delicias.

    144. Justicia eterna son tus dictámenes, dame entendimiento y viviré.

    Cof

    145. Qof. Invoco de corazón, respóndeme, Yahvé, y guardaré tus preceptos.

    146. Yo te invoco, sálvame, y guardaré tus dictámenes.

    147. Me adelanto a la aurora y pido auxilio, espero en tu palabra.

    148. Mis ojos se adelantan a las vigilias nocturnas, a fin de meditar en tu promesa.

    149. Por tu amor, Yahvé, escucha mi voz, dame vida conforme a tus juicios.

    150. Se acercan a la infamia mis perseguidores, se alejan de tu ley.

    151. Tú estás cerca, Yahvé, tus mandamientos son verdad.

    152. Hace tiempo que sé de tus dictámenes, que tú estableciste para siempre.

    Resh

    153. Res. Mira mi aflicción y líbrame, que yo no olvido tu ley.

    154. Defiende mi causa, rescátame, dame vida conforme a tu promesa.

    155. Lejos de los malvados tu salvación, pues no buscan tus preceptos.

    156. Grande es tu ternura, Yahvé, dame vida conforme a tus juicios.

    157. Muchos son mis enemigos y adversarios, pero yo no me aparto de tus dictámenes.

    158. Veo a los traidores y me disgusta que no guarden tu promesa.

    159. Pero yo amo tus ordenanzas, Yahvé, dame la vida por tu amor.

    160. El conjunto de tu palabra es la verdad, tus rectos juicios duran por siempre.

    Sin

    161. Sin. Unos príncipes me persiguen sin razón, mas mi corazón teme tus palabras.

    162. Yo me regocijo en tu promesa como quien halla un gran botín.

    163. Abomino y detesto la mentira, pero amo en cambio tu ley.

    164. Siete veces al día te alabo, por la rectitud de tus juicios.

    165. Rebosan paz los que aman tu ley, ningún contratiempo los hace tropezar.

    166. Espero tu salvación, Yahvé, y cumplo tus mandamientos.

    167. Aspiro a guardar tus dictámenes, los amo sobremanera.

    168. Guardo tus ordenanzas y dictámenes, tienes presente todos mis caminos.

    Tau

    169. Tau. Llegue mi grito ante ti, Yahvé, por tu palabra hazme comprender.

    170. Llegue mi súplica a tu presencia, líbrame por tu promesa.

    171. Mis labios proclaman tu alabanza, pues tú me enseñas tus preceptos.

    172. Mi lengua proclama tu promesa, pues justos son tus mandamientos.

    173. Acuda tu mano en mi socorro, pues he elegido tus ordenanzas.

    174. Anhelo tu salvación, Yahvé, tu ley hace mis delicias.

    175. Que mi ser viva para alabarte, que tus disposiciones me ayuden.

    176. Me he descarriado como oveja, ven en busca de tu siervo. No, no olvido tus mandamientos.