Salmos 32 - Biblia de Jerusalén 1998La dicha del perdón Salmo de David. Masquil.1. [De David. Poema.] ¡Dichoso al que perdonan su culpa y queda cubierto su pecado! 2. Dichoso el hombre a quien Yahvé no le imputa delito, y no hay fraude en su interior. 3. Guardaba silencio y se consumía mi cuerpo, cansado de gemir todo el día, 4. pues descargabas día y noche tu mano sobre mí; mi corazón cambiaba como un campo que sufre los ardores del estío. [Pausa.] 5. Reconocí mi pecado y no te oculté mi culpa; me dije: "Confesaré a Yahvé mis rebeldías". Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado. [Pausa.] 6. Por eso, quien te ama te suplica llegada la hora de la angustia. Y aunque aguas caudalosas se desborden jamás le alcanzarán. 7. Tú eres mi cobijo, me guardas de la angustia, me rodeas para salvarme. [Pausa.] 8. "Voy a instruirte, a mostrarte el camino a seguir; sin quitarte los ojos de encima, seré tu consejero". 9. No seas lo mismo que caballo o mulo sin sentido, rienda y freno hacen falta para domar su brío. 10. Copiosas son las penas del malvado, mas a quien confía en Yahvé lo protege su amor. 11. ¡Alegraos en Yahvé, justos, exultad, gritad de gozo los de recto corazón! |