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miércoles, julio 24, 2024
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    Salmos 65 - Biblia de Jerusalén 1998

    La generosidad de Dios en la naturaleza Al músico principal. Salmo. Cántico de David.

    1. [Del maestro de coro. Salmo. De David. Cántico.]

    2. Tú mereces la alabanza, oh Dios, en Sión. A ti el voto se te cumple,

    3. tú que escuchas la oración. A ti acuden los mortales

    4. con sus malas acciones; nos abruman nuestras culpas, pero tú las perdonas.

    5. Dichoso el que eliges e invitas a habitar dentro de tus atrios. ¡Que nos hartemos de los bienes de tu Casa, de las ofrendas santas de tu Templo!

    6. Nos respondes con prodigios favorables, Dios Salvador nuestro, esperanza de los confines de la tierra y de las islas lejanas:

    7. Tú afirmas los montes con tu fuerza, ceñido de potencia;

    8. tú acallas el estruendo de los mares, el estruendo de sus olas (y el tumulto de los pueblos).

    9. Los que habitan los confines lejanos se estremecen al ver tus signos; a las puertas del alba y del ocaso las haces gritar de júbilo.

    10. Te ocupas de la tierra y la riegas, la colmas de riquezas. El arroyo de Dios va lleno de agua, tú preparas sus trigales. Así la preparas:

    11. riegas sus surcos, allanas sus glebas, las mulles con lluvia, bendices sus brotes.

    12. Coronas el año con tus bienes, de tus rodadas brota la abundancia;

    13. destilan los pastos del páramo, las colinas se adornan de alegría;