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sábado, agosto 17, 2024
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    2 Crónicas 18 - Biblia de las Americas

    Micaías profetiza la derrota de Acab

    1. Josafat tenía grandes riquezas y gloria; se emparentó con Acab,

    2. y algunos años después descendió a Samaria para visitar a Acab. Y Acab mató muchas ovejas y bueyes para él y para el pueblo que estaba con él, y lo persuadió a que subiera contra Ramot de Galaad.

    3. Y Acab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: ¿Irás conmigo contra Ramot de Galaad? Y él le respondió: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo; estaremos contigo en la batalla.

    4. Dijo además Josafat al rey de Israel: Te ruego que primero consultes la palabra del SEÑOR.

    5. Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, cuatrocientos hombres, y les dijo: ¿Iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o debo desistir? Y ellos dijeron: Sube, porque Dios la entregará en mano del rey.

    6. Pero Josafat dijo: ¿No queda aún aquí algún profeta del SEÑOR para que le consultemos?

    7. Y el rey de Israel dijo a Josafat: Todavía queda un hombre por medio de quien podemos consultar al SEÑOR, pero lo aborrezco, porque nunca profetiza lo bueno en cuanto a mí, sino siempre lo malo. Es Micaías, hijo de Imla. Pero Josafat dijo: No hable el rey así.

    8. Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías, hijo de Imla.

    9. El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos con sus mantos, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas estaban profetizando delante de ellos.

    10. Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho cuernos de hierro y decía: Así dice el SEÑOR: "Con éstos acornearás a los arameos hasta acabarlos."

    11. Y todos los profetas profetizaban así, diciendo: Sube a Ramot de Galaad y tendrás éxito, pues el SEÑOR la entregará en manos del rey.

    12. Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le habló, diciendo: He aquí, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Por esto te ruego que tu palabra sea como la de uno de ellos, y hables favorablemente.

    13. Pero Micaías dijo: Vive el SEÑOR, que lo que mi Dios me diga, eso hablaré.

    14. Y cuando llegó al rey, el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a Ramot de Galaad a pelear, o debo desistir? El respondió: Sube y tendrás éxito, porque serán entregados en tu mano.

    15. Entonces el rey le dijo: ¿Cuántas veces he de tomarte juramento de que no me digas más que la verdad en el nombre del SEÑOR?

    16. Y él respondió: Vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas sin pastor; y el SEÑOR dijo: "Estos no tienen señor; que cada uno vuelva a su casa en paz."

    17. Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te dije que no profetizaría lo bueno acerca de mí, sino lo malo?

    18. Respondió Micaías: Por tanto, escuchad la palabra del SEÑOR. Yo vi al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su derecha y a su izquierda.

    19. Y el SEÑOR dijo: "¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y uno decía de una manera, y otro de otra.

    20. Entonces se adelantó un espíritu y se puso delante del SEÑOR, y dijo: "Yo lo induciré." Y el SEÑOR le dijo: "¿Cómo?"

    21. Y él respondió: "Saldré y seré un espíritu de mentira en boca de todos sus profetas." Entonces El dijo: "Lo inducirás y también prevalecerás. Ve y hazlo así."

    22. Y ahora, he aquí, el SEÑOR ha puesto un espíritu de mentira en boca de estos tus profetas, pues el SEÑOR ha decretado el mal contra ti.

    23. Entonces se acercó Sedequías, hijo de Quenaana, y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Cómo pasó el Espíritu del SEÑOR de mí para hablarte a ti?

    24. Respondió Micaías: He aquí, tú lo verás aquél día en que entres en un aposento interior para esconderte.

    25. Y el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías y devolvedlo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey;

    26. y decid: "Así dice el rey: 'Echad a éste en la cárcel, y alimentadlo con poco pan y poca agua hasta que yo vuelva en paz.'"

    27. Y Micaías dijo: Si en verdad vuelves en paz, el SEÑOR no ha hablado por mí. Y añadió: Oíd, pueblos todos.

    28. Y subió el rey de Israel con Josafat, rey de Judá, contra Ramot de Galaad.

    29. Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú ponte tus ropas reales. Y el rey de Israel se disfrazó y entraron en la batalla.

    30. Pero el rey de Aram había ordenado a los capitanes de sus carros, diciendo: No peleéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel.

    31. Y sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel; y se desviaron para pelear contra él. Pero Josafat clamó, y el SEÑOR vino en su ayuda, y Dios los apartó de él,

    32. pues al ver los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, dejaron de perseguirlo.

    33. Y un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre la juntura de la armadura. Y él dijo al cochero: Da la vuelta y sácame de la batalla pues estoy gravemente herido.

    34. Pero la batalla arreció aquel día, y el rey de Israel fue sostenido en el carro frente a los arameos hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.