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viernes, agosto 16, 2024
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    Mateo 28 - Biblia de las Americas

    La resurrección

    1. Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro.

    2. Y he aquí, se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella.

    3. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve;

    4. y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.

    5. Y hablando el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.

    6. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía.

    7. E id pronto, y decid a sus discípulos que El ha resucitado de entre los muertos; y he aquí, El va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.

    8. Y ellas, alejándose a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo, corrieron a dar las noticias a sus discípulos.

    9. Y he aquí que Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y le adoraron.

    10. Entonces Jesús les dijo*: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán.

    El informe de la guardia

    11. Y mientras ellas iban, he aquí, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los principales sacerdotes de todo lo que había sucedido.

    12. Y después de reunirse con los ancianos y deliberar con ellos, dieron una gran cantidad de dinero a los soldados,

    13. diciendo: Decid esto: "Sus discípulos vinieron de noche y robaron el cuerpo mientras nosotros dormíamos."

    14. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo convenceremos y os evitaremos dificultades.

    15. Ellos tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Y este dicho se divulgó extensamente entre los judíos hasta hoy.

    La gran comisión

    16. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado.

    17. Cuando le vieron, le adoraron; mas algunos dudaron.

    18. Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.

    19. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

    20. enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.