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viernes, agosto 16, 2024
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    Mateo 3 - Biblia de las Americas

    Predicación de Juan el Bautista

    1. En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo:

    2. Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

    3. Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: "PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS."

    4. Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre.

    5. Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán;

    6. y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.

    7. Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?

    8. Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento;

    9. y no presumáis que podéis deciros a vosotros mismos: "Tenemos a Abraham por padre", porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras.

    10. Y el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

    11. Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; El os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

    12. El bieldo está en su mano y limpiará completamente su era; y recogerá su trigo en el granero, pero quemará la paja en fuego inextinguible.

    El bautismo de Jesús

    13. Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él.

    14. Pero Juan trató de impedírselo, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?

    15. Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió*.

    16. Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y he aquí, los cielos se abrieron, y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre El.

    17. Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.