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domingo, julio 21, 2024
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    Salmos 34 - Biblia de las Americas

    La protección divina Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.

    1. Salmo de David cuando se fingió loco delante de Abimelec, quien lo echó, y él se fue. Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca.

    2. En el SEÑOR se gloriará mi alma; lo oirán los humildes y se regocijarán.

    3. Engrandeced al SEÑOR conmigo, y exaltemos a una su nombre.

    4. Busqué al SEÑOR, y El me respondió, y me libró de todos mis temores.

    5. Los que a El miraron, fueron iluminados; sus rostros jamás serán avergonzados.

    6. Este pobre clamó, y el SEÑOR le oyó, y lo salvó de todas sus angustias.

    7. El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, y los rescata.

    8. Probad y ved que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!

    9. Temed al SEÑOR, vosotros sus santos, pues nada les falta a aquellos que le temen.

    10. Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, mas los que buscan al SEÑOR no carecerán de bien alguno.

    11. Venid, hijos, escuchadme; os enseñaré el temor del SEÑOR.

    12. ¿Quién es el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien?

    13. Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.

    14. Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y síguela.

    15. Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.

    16. El rostro del SEÑOR está contra los que hacen mal, para cortar de la tierra su memoria.

    17. Claman los justos, y el SEÑOR los oye, y los libra de todas sus angustias.

    18. Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.

    19. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el SEÑOR.

    20. El guarda todos sus huesos; ni uno de ellos es quebrantado.

    21. La maldad dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados.

    22. El SEÑOR redime el alma de sus siervos; y no será condenado ninguno de los que en El se refugian.