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jueves, julio 18, 2024
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    1 Samuel 9 - Biblia de nuestro Pueblo

    Saúl es elegido rey

    1. Samuel y Saúl Había un hombre de Guibeá de Benjamín llamado Quis, hijo de Abiel, de Seror, de Becorá, de Afía, benjaminita, de buena posición.

    2. Tenía un hijo que se llamaba Saúl, que era joven y apuesto. Era el israelita más alto: de los hombros para arriba, sobresalía por encima de todos los demás.

    3. A su padre, Quis, se le habían extraviado unas burras, y dijo a su hijo Saúl: -Llévate a uno de los criados y vete a buscar las burras.

    4. Cruzaron la serranía de Efraín y atravesaron la región de Salisá, pero no las encontraron. Atravesaron la región de Saalín, y nada. Atravesaron la región de Benjamín, y tampoco.

    5. Cuando llegaron a la región de Suf, Saúl dijo al criado que iba con él: -Vamos a volvernos, no sea que mi padre deje de lado las burras y empiece a preocuparse por nosotros.

    6. Pero el criado repuso: -Precisamente en ese pueblo hay un hombre de Dios de gran fama; lo que él dice sucede sin falta. Vamos allá. A lo mejor nos orienta sobre lo que andamos buscando.

    7. Saúl replicó: -Y si vamos, ¿qué le llevamos a ese hombre? Porque no nos queda pan en las alforjas y no tenemos nada que llevarle a ese hombre de Dios. ¿Qué nos queda?

    8. El criado respondió: -Tengo aquí dos gramos y medio de plata; se los daré al profeta y nos orientará.

    9. Saúl comentó: -Muy bien. ¡Vamos! Y caminaron hacia el pueblo en donde estaba el hombre de Dios.

    10. Mientras subían por la cuesta del pueblo, encontraron a unas muchachas que salían a buscar agua; les preguntaron: -¿Vive aquí el vidente?

    11. En Israel, antiguamente, el que iba a consultar a Dios, decía así: ¡Vamos al vidente!, porque antes se llamaba vidente al que hoy llamamos profeta.

    12. Ellas contestaron: -Sí; se te ha adelantado. Precisamente hoy ha llegado a la ciudad, porque hoy se ofrece un sacrificio público en el lugar alto.

    13. Si entran en la ciudad, lo encontrarán antes de que suba al lugar alto para el banquete; porque no se pondrán a comer hasta que él llegue, porque a él le corresponde bendecir el sacrificio, y luego comen los convidados. Suban ahora, que ahora precisamente lo encontrarán.

    14. Subieron a la ciudad. Y justamente cuando entraban les salió al encuentro Samuel que subía al lugar alto.

    15. El día antes de llegar Saúl, el Señor había revelado a Samuel:

    16. -Mañana te enviaré un hombre de la región de Benjamín, para que lo unjas como jefe de mi pueblo, Israel, y libre a mi pueblo de la dominación filistea; porque he visto la aflicción de mi pueblo, sus quejas han llegado hasta mí.

    17. Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: -Ése es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.

    18. Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: -Haz el favor de decirme dónde está la casa del vidente.

    19. Samuel le respondió: -Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto; hoy comerán conmigo y mañana te dejaré marchar y responderé a todo lo que te preocupa.

    20. Por las burras que se te perdieron hace tres días no te preocupes, que ya aparecieron. Además, ¿por quién suspira todo Israel? Por ti y por la familia de tu padre.

    21. Saúl respondió: -¡Si yo soy de Benjamín, la menor de las tribus de Israel! Y de todas las familias de Benjamín, mi familia es la menos importante. ¿Por qué me dices eso?

    22. Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los metió en el comedor y los puso en la presidencia de los convidados, unas treinta personas.

    23. Luego dijo al cocinero: -Trae la ración que te encargué, la que te dije que apartaras.

    24. El cocinero sacó el muslo y la cola, y se lo sirvió a Saúl. Samuel dijo: -Ahí tienes lo que te reservaron; come, que te lo han guardado para esta ocasión, para que lo comas con los convidados. Así Saúl comió aquel día con Samuel.

    25. Después bajaron del lugar alto a la ciudad, y Samuel habló con Saúl en la azotea.

    26. Unción de Saúl Al despuntar el sol, Samuel fue a la azotea a llamarlo: -Levántate, voy a dejarte partir. Saúl se levantó, y los dos, él y Samuel, salieron de casa.

    27. Cuando habían bajado hasta las afueras, Samuel le dijo: -Dile al criado que vaya delante; tú párate un momento y te comunicaré la Palabra de Dios.