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jueves, julio 18, 2024
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    2 Samuel 12 - Biblia de nuestro Pueblo

    Natán amonesta a David

    1. Penitencia de David Sal 51 El Señor envió a Natán. Entró Natán ante el rey y le dijo: -Había dos hombres en un pueblo: uno rico y otro pobre.

    2. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y bueyes;

    3. el pobre sólo tenía una oveja pequeña que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y con sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo: era como una hija.

    4. Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, tomó la oveja del pobre y convidó a su huésped.

    5. David se puso furioso contra aquel hombre, y dijo a Natán: -¡Por la vida de Dios, que el que ha hecho eso merece la muerte!

    6. No quiso respetar lo del otro, pagará cuatro veces el valor de la cordera.

    7. Entonces Natán dijo a David: -¡Ese hombre eres tú! Así dice el Señor, Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel, te libré de Saúl,

    8. te di la hija de tu señor, puse en tus brazos sus mujeres, te di la casa de Israel y Judá, y por si fuera poco te añadiré otros favores.

    9. ¿Por qué te has burlado del Señor haciendo lo que él reprueba? Has asesinado a Urías, el hitita, para casarte con su mujer matándolo a él con la espada amonita.

    10. Por eso, la espada no se apartará jamás de tu casa, por haberte burlado de mí casándote con la mujer de Urías, el hitita.

    11. Así dice el Señor: Yo haré que de tu propia casa nazca tu desgracia; te arrebataré tus mujeres y ante tus ojos se las daré a otro, que se acostará con ellas a la luz del sol que nos alumbra.

    12. Tú lo hiciste a escondidas, yo lo haré ante todo Israel, en pleno día.

    13. David dijo a Natán: -¡He pecado contra el Señor! Natán le respondió: -El Señor ya ha perdonado tu pecado, no morirás.

    14. Pero por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá.

    15. Natán marchó a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó gravemente enfermo.

    16. David pidió a Dios por el niño, prolongó su ayuno y de noche se acostaba en el suelo.

    17. Los ancianos de su casa intentaron levantarlo, pero él se negó, ni quiso comer nada con ellos.

    18. El séptimo día murió el niño. Los cortesanos de David temieron darle la noticia de que había muerto el niño, porque se decían: -Si cuando el niño estaba vivo le hablábamos al rey y no atendía a lo que decíamos, ¿cómo le decimos ahora que ha muerto el niño? ¡Hará un disparate!

    19. David notó que sus cortesanos andaban cuchicheando y adivinó que había muerto el niño. Les preguntó: -¿Ha muerto el niño? Ellos dijeron: -Sí. Entonces David se levantó del suelo,

    20. se bañó y se cambió; fue al templo a adorar al Señor; luego fue a palacio, pidió la comida, se la sirvieron y comió.

    21. Sus cortesanos le dijeron: -¿Qué manera es ésta de proceder? ¡Ayunabas y llorabas por el niño cuando estaba vivo, y en cuanto ha muerto te levantas y te pones a comer!

    22. David respondió: -Mientras el niño estaba vivo ayuné y lloré, pensando que quizá el Señor se apiadaría de mí y el niño se sanaría.

    23. Pero ahora ha muerto, ¿qué saco con ayunar? ¿Podré hacerlo volver? Soy yo quien irá donde él, él no volverá a mí.

    24. Luego consoló a su mujer, Betsabé, fue y se acostó con ella. Betsabé dio a luz un hijo, y David le puso el nombre de Salomón; el Señor lo amó,

    25. y envió al profeta Natán, que le puso el nombre de Yedidías por orden del Señor.

    David captura Rabá

    26. Mientras tanto, Joab había atacado a la capital de los amonitas y se había apoderado de ella.

    27. Despachó unos mensajeros que dijeran a David: -He atacado Rabá. He conquistado el barrio de los aljibes.

    28. Moviliza a los reservistas, acampa contra la fortaleza y ocúpala tú; si no, la conquistaré yo y le pondrán mi nombre.

    29. David llamó a filas a los reservistas, marchó a Rabá, la atacó y la conquistó.

    30. Le quitó al dios Milcom la corona -que pesaba treinta kilos de oro-, con una piedra preciosa que David puso en su diadema, y se llevó un botín inmenso de la ciudad.

    31. Hizo salir a todos los habitantes y los puso a trabajar con sierras, escoplos y hachas, y a trabajar en los hornos de ladrillos. Hizo lo mismo con todas las poblaciones de los amonitas. Después David volvió a Jerusalén con todo el ejército.