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miércoles, julio 17, 2024
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    2 Tesalonicenses 2 - Biblia de nuestro Pueblo

    Manifestación del hombre de pecado

    1. La parusía o segunda venida del Señor Mt 24; Mc 13; Lc 21 Hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos

    2. que no pierdan fácilmente la cabeza ni se asusten por profecías o discursos o cartas falsamente atribuidas a nosotros, como si el día del Señor fuera inminente.

    3. Que nadie los engañe de ningún modo: primero tiene que suceder la apostasía y se tiene que manifestar el Hombre sin ley, el destinado a la perdición,

    4. el Rival que se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el santuario de Dios, proclamándose Dios.

    5. ¿No recuerdan que ya se lo decía yo cuando aún estaba con ustedes?

    6. Ya saben qué es lo que ahora lo retiene para que no se manifieste antes de tiempo.

    7. La fuerza oculta de la iniquidad ya está actuando; sólo falta que el que la retiene se quite de en medio.

    8. Entonces se revelará el Impío, al que destruirá el Señor [Jesús] con el aliento de su boca y anulará con la manifestación de su venida.

    9. El Impío se presentará, por acción de Satanás, con toda clase de milagros, señales y falsos prodigios;

    10. con toda clase de engaños perversos para los que se pierden porque no aceptaron para salvarse el amor a la verdad.

    11. Por eso les enviará Dios un poder seductor que los haga creer la mentira;

    12. así serán juzgados los que, en vez de creer la verdad, prefirieron la injusticia.

    Escogidos para salvación

    13. Oraciones mutuas Siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados del Señor, porque Dios los tomó para que fueran los primeros en alcanzar la salvación, por la consagración del Espíritu y la fe verdadera;

    14. y por medio de nuestra predicación de la Buena Noticia, los llamó a poseer la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

    15. Así que, hermanos, sigan firmes, y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de mí, sea de palabra o por carta.

    16. Que nuestro Señor Jesucristo y Dios nuestro Padre, que los amó y los favoreció con un consuelo eterno y una esperanza magnífica,

    17. anime sus corazones y los fortalezca para que todo lo que digan y hagan sea bueno.