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miércoles, julio 17, 2024
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    Daniel 7 - Biblia de nuestro Pueblo

    Visión de las cuatro bestias

    1. Las visiones Primera: Las cuatro fieras El año primero de Baltasar, rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño, visiones de su fantasía, estando en la cama. Al punto escribió lo que había soñado:

    2. Tuve una visión nocturna: los cuatro vientos agitaban el océano.

    3. Cuatro fieras gigantescas salían del mar, las cuatro distintas.

    4. La primera era como un león con alas de águila; mientras yo miraba, le arrancaron las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron mente humana.

    5. La segunda era como un oso medio erguido, con tres costillas en la boca, entre los dientes. Le dijeron: ¡Arriba! Come carne en abundancia.

    6. Después vi otras fieras como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y cuatro cabezas. Y le dieron el poder.

    7. Después tuve otra visión nocturna: una cuarta fiera, terrible, espantosa, fortísima; tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba, y las sobras las pateaba con las pezuñas. Era diversa de las fieras anteriores, porque tenía diez cuernos.

    8. Miré atentamente los cuernos y vi que entre ellos salía otro cuerno pequeño; para hacerle sitio, arrancaron tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía ojos humanos y una boca que profería insolencias.

    9. Durante la visión vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó: Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas.

    10. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.

    11. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego.

    12. A las otras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada.

    13. Seguí mirando, y en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo una figura humana, que se acercó al anciano y fue presentada ante él.

    14. Le dieron poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

    15. Yo, Daniel, me sentía agitado por dentro y me turbaban las visiones de mi fantasía.

    16. Me acerqué a uno de los servidores y le pedí que me explicase todo aquello. Él me contestó explicándome el sentido de la visión:

    17. -Esas cuatro fieras gigantescas representan cuatro reinos que surgirán en el mundo.

    18. Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y lo poseerán por los siglos de los siglos.

    19. Yo quise saber lo que significaba la cuarta fiera, diversa de las demás; la fiera terrible, con dientes de hierro y garras de bronce, que devoraba y trituraba y pateaba las sobras con las pezuñas;

    20. lo que significaban los diez cuernos de su cabeza y el otro cuerno que salía y eliminaba a otros tres, que tenía ojos y una boca que profería insolencias, y era más grande que los otros.

    21. Mientras yo seguía mirando, aquel cuerno luchó contra los santos y los derrotó.

    22. Hasta que llegó el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo, y empezó el imperio de los santos.

    23. Después me dijo: -La cuarta bestia es un cuarto reino que habrá en la tierra, diverso de todos los demás; devorará toda la tierra, la pisará y triturará.

    24. Sus diez cuernos son diez reyes que habrá en aquel reino; después vendrá otro, diverso de los precedentes, que destronará a tres reyes;

    25. blasfemará contra el Excelso, perseguirá a los santos del Altísimo e intentará cambiar el calendario y la ley. Dejarán en su poder a los santos durante un año y otro año y otro año y medio.

    26. Pero cuando se siente el tribunal para juzgar, le quitará el poder y será destruido y aniquilado totalmente.

    27. El poder real y el dominio sobre todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Será un reino eterno, al que temerán y se someterán todos los soberanos.

    28. Fin del relato. Yo, Daniel, quedé inquieto con estos pensamientos y me puse pálido; pero todo me lo guardé en mi interior.