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domingo, agosto 18, 2024
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    Deuteronomio 18 - Biblia de nuestro Pueblo

    Las porciones de los levitas

    1. Derechos de los sacerdotes levitas Nm 17 »Los sacerdotes levitas, la tribu entera de Leví, no se repartirán la herencia con Israel; comerán de las ofrendas destinadas a los sacrificios y de la herencia del Señor;

    2. esta tribu no tendrá parte en la herencia de sus hermanos, el Señor será su herencia, como le dijo.

    3. »Derechos sacerdotales. Si uno del pueblo sacrifica un toro o una oveja, dará al sacerdote una espalda, las quijadas y el estómago.

    4. Le darás las primicias de tu trigo, tu mosto y tu aceite y la primera lana al esquilar tu rebaño.

    5. Porque el Señor, tu Dios, los eligió para siempre, a él y a sus hijos, de entre todas las tribus, para que estén al servicio personal del Señor.

    6. »Si un levita residente en cualquier poblado de Israel se traslada por voluntad propia al lugar elegido por el Señor,

    7. podrá servir personalmente al Señor, su Dios, como el resto de sus hermanos levitas que están allí al servicio del Señor,

    8. y comerá una parte lo mismo que los demás. Se exceptúan los sacerdotes adivinos.

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    9. Sobre los profetas »Cuando entres en la tierra que va a darte el Señor, tu Dios, no imites las abominaciones de esos pueblos.

    10. Que no haya entre ustedes quien queme a sus hijos o hijas, ni vaticinadores, ni astrólogos, ni agoreros,

    11. ni hechiceros, ni encantadores, ni espiritistas, ni adivinos, ni quién consulta a los muertos.

    12. Porque el que practica eso es abominable para el Señor. Y por semejantes abominaciones los va a desheredar el Señor, tu Dios.

    13. »Sé íntegro en tu trato con el Señor, tu Dios;

    14. esos pueblos que tú vas a desposeer escuchan a astrólogos y vaticinadores, pero a ti no te lo permite el Señor, tu Dios.

    Dios promete un profeta como Moisés

    15. »El Señor, tu Dios te suscitará un profeta como yo, lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos; y es a él a quién escucharán.

    16. »Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio para no morir.

    17. »El Señor me respondió: Tienen razón.

    18. Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande.

    19. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi Nombre, yo le pediré cuentas.

    20. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi Nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá.

    21. »Y si te preguntas: ¿Cómo sabremos si tal palabra no es Palabra del Señor?

    22. »Cuando un profeta hable en Nombre del Señor y no suceda ni se cumpla su palabra, es algo que no dice el Señor; ese profeta habla por arrogancia, no le tengas miedo.