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sábado, agosto 17, 2024
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    Ezequiel 11 - Biblia de nuestro Pueblo

    Reprensión de los príncipes malvados

    1. El resto Jr 24 Me arrebató el espíritu y me llevó por los aires a la puerta oriental de la casa del Señor la que mira al este; allí, junto a la puerta, había veinticinco hombres, entre los que distinguí a Jazanías, hijo de Azur, y a Palatías, hijo de Banías, jefes del pueblo.

    2. El Señor me dijo: -Hijo de hombre, ésos son los que en esta ciudad maquinan maldades y planean crímenes.

    3. Andan diciendo: Pronto reconstruiremos las casas: la ciudad es la olla y nosotros la carne.

    4. Por tanto, profetiza contra ellos, profetiza, Hijo de hombre.

    5. Bajó sobre mí el Espíritu del Señor y me dijo: -Di: Esto dice el Señor: Eso piensan ustedes, casa de Israel; yo conozco sus pensamientos.

    6. Han multiplicado sus víctimas en esta ciudad, han llenado de víctimas sus calles.

    7. Por tanto, esto dice el Señor: La ciudad es la olla, de la que los sacaré a ustedes, y sus víctimas son la carne.

    8. Temen la espada: Pues mandaré la espada contra ustedes -oráculo del Señor-.

    9. Los sacaré de la ciudad, los entregaré en poder de bárbaros y haré justicia en ustedes.

    10. Los juzgaré en la frontera de Israel, caerán a espada y sabrán que yo soy el Señor.

    11. No será ya su olla ni ustedes la carne: los juzgaré en la frontera de Israel.

    12. Y sabrán que yo soy el Señor, cuyas leyes no han seguido, cuyos mandatos no han cumplido, sino que han imitado las costumbres de los pueblos vecinos.

    13. Mientras yo profetizaba, cayó muerto Palatías, hijo de Banías; entonces caí rostro en tierra y rompí a gritar, diciendo: -¡Ay, Señor, vas a aniquilar al resto de Israel!

    Promesa de restauración y renovación

    14. Me vino esta Palabra del Señor:

    15. -Hijo de hombre, los habitantes de Jerusalén dicen de tus hermanos, compañeros tuyos de exilio, y de la casa de Israel toda entera: Ellos se han alejado del Señor, a nosotros nos toca poseer la tierra.

    16. Por tanto, di: Esto dice el Señor: Cierto, los llevé a pueblos lejanos, los dispersé por los países y fui para ellos un santuario pasajero en los países adonde fueron.

    17. Por tanto, di: Esto dice el Señor: Los reuniré de entre los pueblos, los recogeré de los países en los que están dispersos y les daré la tierra de Israel.

    18. Entrarán y quitarán de ella todos sus ídolos y prácticas idolátricas.

    19. Les daré un corazón íntegro e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,

    20. para que sigan mis leyes y pongan por obra mis mandatos; serán mi pueblo y yo seré su Dios.

    21. Pero si el corazón se les va tras sus ídolos y prácticas idolátricas, les daré su merecido -oráculo del Señor-.

    22. Los querubines levantaron las alas sin separarse de las ruedas; mientras tanto, la gloria del Dios de Israel sobresalía por encima de ellos.

    23. La gloria del Señor se elevó sobre la ciudad y se detuvo en el monte, al oriente de la ciudad.

    24. Entonces el espíritu me arrebató y me llevó por los aires al destierro de Babilonia, en éxtasis; la visión desapareció.

    25. Y yo les conté a los desterrados lo que el Señor me había revelado.