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domingo, agosto 18, 2024
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    Hechos 10 - Biblia de nuestro Pueblo

    Pedro y Cornelio

    1. Pedro y Cornelio Vivía en Cesarea un tal Cornelio, capitán de la cohorte Itálica;

    2. hombre piadoso, que veneraba a Dios con toda su familia. Hacía muchas limosnas al pueblo y oraba constantemente a Dios.

    3. A eso de las tres de la tarde, vio claramente en una visión a un ángel de Dios que entraba en su habitación y le decía: -Cornelio.

    4. Él lo miró asustado y dijo: -¿Qué quieres, Señor? Le contestó: -Tus oraciones y limosnas han subido a la presencia de Dios y son tenidas en cuenta.

    5. Ahora envía gente a Jafa, a buscar a un tal Simón, por sobrenombre Pedro.

    6. Se aloja en casa de Simón el curtidor, al lado del mar.

    7. Cuando se marchó el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso y de confianza,

    8. les explicó el asunto y los envió a Jafa.

    9. Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar. Como era cerca del mediodía,

    10. sintió apetito y quiso comer algo. Mientras se lo preparaban, cayó en éxtasis.

    11. Vio el cielo abierto y un objeto como un mantel enorme, descolgado por las cuatro puntas hasta el suelo:

    12. contenía toda clase de cuadrúpedos, reptiles y aves.

    13. Y oyó una voz: -¡Vamos, Pedro, mata y come!

    14. Pedro respondió: -De ningún modo, Señor; nunca he probado un alimento profano o impuro.

    15. Por segunda vez sonó la voz: -Lo que Dios declara puro tú no lo tengas por impuro.

    16. Esto se repitió tres veces y enseguida el objeto fue elevado al cielo.

    17. Mientras Pedro, desconcertado, se interrogaba sobre el significado de la visión, los enviados de Cornelio que habían preguntado por la casa de Simón, se presentaron a la puerta,

    18. y preguntaron si se alojaba allí Simón, de sobrenombre Pedro.

    19. Pedro seguía dándole vueltas a la visión, cuando el Espíritu le dijo: -Mira, tres hombres preguntan por ti.

    20. Levántate, baja y sin dudarlo vete con ellos, porque yo los he enviado.

    21. Pedro bajó a donde estaban y les dijo: -Soy yo el que buscan, ¿para qué vinieron?

    22. Contestaron: -El capitán Cornelio, hombre honrado que venera a Dios, apreciado por todo el pueblo judío, ha recibido de un ángel santo el encargo de llamarte y escuchar tus palabras.

    23. Pedro los hizo entrar y les dio alojamiento.

    24. Al día siguiente se puso en camino con ellos, acompañado de algunos hermanos de Jafa. Al otro día llegaron a Cesarea. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos íntimos.

    25. Cuando Pedro entró, Cornelio le salió al encuentro, y se arrodilló a sus pies en señal de veneración.

    26. Pedro lo levantó y le dijo: -Levántate, que yo no soy más que un hombre.

    27. Conversando con él, entró y encontró a muchos reunidos,

    28. entonces se dirigió a ellos diciendo: -Ustedes saben que a cualquier judío le está prohibido juntarse o visitar a personas de otra raza. Pero Dios acaba de enseñarme que no se debe considerar profano o impuro a ningún hombre.

    29. Por eso, cuando me llamaron, vine sin dudarlo. Ahora deseo saber para qué me han llamado.

    30. Cornelio contestó: -Hace tres días, a esta hora, estaba yo recitando la oración de la tarde en mi casa, cuando un hombre con un traje resplandeciente se presentó ante mí

    31. y me dijo: Cornelio, tu oración y tus limosnas han sido escuchadas por Dios y son tenidas en cuenta.

    32. Envía gente a Jafa y llama a Simón, por sobrenombre Pedro, que se aloja en casa de Simón el curtidor, junto al mar.

    33. Enseguida te hice llamar y tú has tenido la bondad de venir. Estamos todos en presencia de Dios dispuestos a escuchar lo que el Señor te ha mandado decirnos.

    34. En casa de Cornelio Pedro tomó la palabra: -Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas sino que,

    35. acepta a quien lo respeta y practica la justicia, de cualquier nación que sea.

    36. Él comunicó su palabra a los israelitas y anuncia la Buena Noticia de la paz por medio de Jesús, el Mesías, que es Señor de todos.

    37. Ustedes ya conocen lo sucedido por toda la Judea, empezando por Galilea, a partir del bautismo que predicaba Juan.

    38. Cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con Espíritu Santo y poder: él pasó haciendo el bien y sanando a los poseídos del Diablo, porque Dios estaba con él.

    39. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y Jerusalén. Ellos le dieron muerte colgándolo de un madero.

    40. Pero Dios lo resucitó al tercer día e hizo que se apareciese,

    41. no a todo el pueblo, sino a los testigos designados de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él después de su resurrección.

    42. Nos encargó predicar al pueblo y atestiguar que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos.

    43. Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él, en su nombre reciben el perdón de los pecados.

    44. Pedro no había acabado de hablar, cuando el Espíritu Santo bajó sobre todos los oyentes.

    45. Los creyentes convertidos del judaísmo se asombraban al ver que el don del Espíritu Santo también se concedía a los paganos;

    46. ya que los oían hablar en diversas lenguas y proclamar la grandeza de Dios. Entonces intervino Pedro:

    47. -¿Puede alguien impedir que se bauticen con agua los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?

    48. Y ordenó que los bautizaran invocando el nombre de Jesucristo. Ellos le rogaron que se quedaran unos días.