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miércoles, julio 17, 2024
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    Hechos 7 - Biblia de nuestro Pueblo

    Defensa y muerte de Esteban

    1. Discurso de Esteban El sumo sacerdote lo interrogó: -¿Es eso verdad?

    2. Él contestó: -Hermanos y padres, escuchen. Cuando nuestro padre Abrahán residía en Mesopotamia, antes de trasladarse a Jarán, se le apareció el Dios de la gloria

    3. y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela y ve a la tierra que te indicaré.

    4. Así que salió de Caldea y se estableció en Jarán. Al morir su padre, lo trasladó de allí a esta tierra, donde ustedes habitan ahora.

    5. Pero no le dio una propiedad donde afincarse, sino que le prometió darle en posesión este país a él y a su descendencia. Cuando aún no tenía hijos,

    6. Dios le habló así: Tus descendientes serán emigrantes en tierra extranjera; los esclavizarán y maltratarán cuatrocientos años.

    7. Al pueblo que lo esclavice yo lo juzgaré Dios-. Después saldrán y me darán culto en este lugar.

    8. Como señal de la alianza le dio la circuncisión. Y así al nacer su hijo Isaac lo circuncidó al octavo día. Isaac engendró a Jacob y Jacob a los doce patriarcas.

    9. Los patriarcas, envidiosos de José, lo vendieron para que lo llevaran a Egipto; pero Dios estaba con él

    10. y lo libró de todas sus desgracias. Hizo que se ganase el favor del Faraón, rey de Egipto, por su prudencia, el cual lo nombró gobernador de Egipto y de su entera corte.

    11. Sobrevino una carestía en Egipto y Canaán, una época de gran escasez, de suerte que nuestros antepasados no encontraban provisiones.

    12. Al enterarse Jacob de que había trigo en Egipto envió en una primera expedición a nuestros antepasados.

    13. En una segunda expedición, José se dio a conocer a sus hermanos y el Faraón se enteró del origen de José.

    14. José mandó llamar a Jacob su padre y a toda la familia, unas setenta y cinco personas.

    15. Jacob bajó a Egipto, donde murió, lo mismo que nuestros antepasados.

    16. Sus restos fueron trasladados a Siquén y depositados en el sepulcro que Abrahán había comprado por dinero a los jamoritas de Siquén.

    17. Cuando se acercaba la hora de cumplirse la promesa que Dios había hecho a Abrahán, el pueblo había crecido y se había multiplicado en Egipto.

    18. Subió al trono de Egipto un rey que no sabía nada de José,

    19. ese rey maltrató con astucia a nuestros padres, y los obligó a abandonar a los recién nacidos para que no sobrevivieran.

    20. La figura de Moisés Era la época en que nació Moisés, el cual agradaba a Dios. Durante tres meses lo criaron en la casa paterna;

    21. después lo abandonaron, y la hija del Faraón lo adoptó y educó como hijo suyo.

    22. Moisés se formó en toda la cultura egipcia: era eficaz de palabra y de obra.

    23. Al cumplir cuarenta años se le ocurrió ir a visitar a sus hermanos israelitas.

    24. Viendo que uno era maltratado, salió en su defensa y vengó a la víctima matando al egipcio.

    25. Pensaba que sus hermanos comprenderían que Dios iba a salvarlos por su mano; pero ellos no lo comprendieron.

    26. Al día siguiente se presentó a unos que peleaban e intentó reconciliarlos diciendo: ustedes son hermanos, ¿por qué se maltratan?

    27. Pero el que estaba golpeando al otro lo rechazó diciendo: ¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro?

    28. ¿Pretendes matarme como mataste ayer al egipcio?

    29. Al oírlo, Moisés se escapó y se estableció en Madián, donde engendró dos hijos.

    30. Pasados cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza que ardía.

    31. Moisés quedó maravillado ante el espectáculo, y, cuando se acercaba para reconocerlo, se oyó la voz del Señor:

    32. Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.

    33. El Señor le dijo: Quítate las sandalias de los pies, que estás en lugar sagrado.

    34. He visto cómo sufre mi pueblo en Egipto, he escuchado su queja y he bajado a liberarlos. Y ahora yo te envío a Egipto.

    35. A este Moisés, a quien habían rechazado diciendo: ¿Quién te ha nombrado jefe y juez?, Dios lo envió como liberador por medio del ángel que se le apareció en el zarzal.

    36. Él los sacó realizando milagros y señales en Egipto, en el Mar Rojo y cuarenta años en el desierto.

    37. Éste es el Moisés que dijo a los israelitas: Dios suscitará de entre ustedes un profeta como yo.

    38. Éste es el que en la asamblea, en el desierto, trataba con el ángel que le había hablado en el monte Sinaí a él y a nuestros padres; el que recibió palabras de vida que luego nos comunicó.

    39. Nuestros padres no quisieron obedecerle, al contrario lo rechazaron y desearon volver a Egipto.

    40. Y pidieron a Aarón: Fabrícanos un dios que vaya delante de nosotros, porque no sabemos qué ha sido de ese Moisés, que nos sacó de Egipto.

    41. Entonces hicieron el becerro, ofrecieron sacrificios al ídolo y celebraron fiesta en honor de la obra de sus manos.

    42. Así que Dios decidió entregarlos al culto de los astros del cielo, como está escrito en los libros proféticos: Casa de Israel ¿acaso ustedes me ofrecieron víctimas y sacrificios estos cuarenta años en el desierto?

    43. Transportaron la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán y las imágenes que fabricaron para adorarlas. Por eso yo los deportaré más allá de Babilonia.

    44. El Templo Nuestros padres en el desierto tenían la tienda del Testimonio, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que la fabricara, conforme al modelo que le había mostrado.

    45. Nuestros padres recibieron esta tienda como herencia y, bajo el mando de Josué, la introdujeron en el país conquistado a los paganos, a los que Dios iba expulsando a su paso; y duró hasta el tiempo de David.

    46. David obtuvo el favor de Dios y solicitó permiso para construir una morada al Dios de Jacob.

    47. Pero tocó a Salomón construirle el templo;

    48. si bien el Altísimo no habita en construcciones humanas, como dice el profeta:

    49. El cielo es mi trono y la tierra la tarima de mis pies: ¿qué casa me van a construir? -dice el Señor-, ¿qué lugar para mi descanso?

    50. ¿No ha hecho mi mano todo esto?

    51. Invectiva final ¡Ustedes, duros de cabeza, infieles de corazón, cerrados a la verdad, siempre resisten al Espíritu Santo; y son iguales a sus padres!

    52. ¿Hubo algún profeta que sus padres no persiguieran? Mataron a los que profetizaban la venida del Justo, el mismo al que ahora han entregado y asesinado

    53. ustedes que recibieron la ley por intermedio de ángeles y no la cumplieron.

    54. Muerte de Esteban Cuando oyeron estas cosas se enfurecieron y rechinaban los dientes contra él.

    55. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la vista en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús a la derecha de Dios,

    56. y dijo: -Estoy viendo el cielo abierto y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Dios.

    57. Ellos comenzaron a gritar, se taparon los oídos y todos se arrojaron contra él,

    58. lo arrastraron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos habían dejado los mantos a los pies de un muchacho llamado Saulo.

    59. Mientras lo apedreaban, Esteban invocó: -Señor Jesús, recibe mi espíritu.

    60. Y arrodillado, gritó con voz potente: -Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Y dicho esto, murió.